En la primavera de 1939, Franco, acompañado de Moscardó, recorrió la sierra de Guadarrama para buscar un lugar donde excavar la cripta que albergaría a los caídos de ambos bandos, unidos bajo una monumental cruz. Al contemplar un imponente macizo rocoso, Franco fue terminante: "Esto es lo que soñaba". El valle se llamaba Cuelgamuros, y el macizo Risco de la Nava. Un año después, por Decreto del 1 de abril, se promulgaba oficialmente la erección del monumento. Además de la cripta-basílica y la cruz, el plan de construcción incluía la abadía, el seminario-noviciado, la hostelería y el Centro de Estudios Sociales. Franco iba dos o tres veces al año a visitar las obras, que se extendieron a 1958 con la participación de veinte mil obreros. En el año 1951 comenzó la construcción la gran cruz, que mide ciento cincuenta metros de altura, con un total de trescientos desde la explanada.


  El 3 de abril de 1940, Franco visitó el futuro emplazamiento de la Cruz de los Caídos, acompañado por los generales Varela, Saliquet y Moscardó. 

  A la izquierda aparece con su esposa cuando comenzó a horadarse el risco para realizar la cripta.

  El Caudillo presidió los funerales por el Rey Alfonso XIII en San Francisco el Grande, el 3 de marzo de 1941. 

  El día 17 llegaba a las Cortes Españolas para presidir la solemne sesión inaugural.

  El verano de 1943 asistió a la II Concentración de la Sección Femenina de Falange, celebrada en El Escorial.


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