Carta a Ansón.


 

-a la memoria de mi padre, ex combatiente voluntario con 16 años en los Tercios del Requeté, y a todos los combatientes del Bando Nacional en nuestra Cruzada de 1936-39-


Por Pablo Gasco de la Rocha. 25/10/2007.  


"... gracias a la Monarquía parlamentaria, la Monarquía de todos, la que defendió Juan III contra la dictadura durante 40 años, la que devolvió al pueblo español la soberanía nacional secuestrada por el Ejército en 1939 tras la victoria franquista en la guerra incivil, se ha conseguido una etapa histórica ejemplar por el progreso, la tolerancia y las libertades" ( Extracto de la "Canela Fina", publicado en el periódico El Mundo, 16 de octubre)


Ilustrísimo ñoño. Mi muy poco estimado Luís Mari:

No veas en esta carta más animadversión hacia tu persona, canelo contrahecho, que la misma que tú manifiestas y expresas, memo de baba, respecto a la verdad de nuestra historia más reciente. Una historia que entre unos y otros os estáis cargando sin importaros las consecuencias que ello pueda tener. Aunque seguro que ya vendrá algún hispanista inglés para rectificaros, que es, parece,   lo que están haciendo, y digo parece porque no me hace falta leerles, esos tales como Stanley y Preston en relación con la Guerra Civil, que tanto y tan determinantemente afecta a eso que dais en llamar Memoria Histórica. Qué ya manda que seas tú de los que colaboran, siendo como fuiste un panegirista de Hitler.

Respecto a esas fuerza militares a las que injurias, repugnante ratón de retrete, sepas que fueron las que te salvaron el culo a ti, mal nacido, y a toda tu familia, y que salvando a España de caer en la órbita comunista, dieron luz a un Régimen, el mismo del que te serviste hasta la nausea, que cumplida su tarea histórica, aquella que se conoció como el "milagro español", entronizó la Monarquía, una forma de Estado físicamente liquidada desde el 14 de abril de 1931 por la acción revolucionaria de quienes hoy son tus colegas y que no conformaba en el imaginario de los españoles, fuéramos de derechas o izquierdas, en la persona del hijo de tu don Juan, otro de nuestros alzados. Mal que te pese, cabrito.

Tú sabes, bellaco , lascivo de tres al cuarto, yo sé y muchas sabemos, ¡qué mientes! Y pese a que te quepa una cierta disculpa, pues, cada día te nos presentas física y mentalmente más jorobado, piensa que, al paso que va, puedes acabar convirtiéndote en una simple folclórica a mitad de camino entre Sarita Montiel, Rosa Valentí y algo de Ramoncín,   pese a que todavía no te dé por lucir plumas, que no-pluma, Luís Mari, que todos sabemos que eso es marca de la casa. Piénsalo, Luís Mari. Piénsalo fríamente, y tenlo presente.

No sea, además, que te conviertas definitivamente en un clon de Antonio, el Inglés, esa sátira de las nulidades e inmundicias desafortunadas de la naturaleza, algunas veces tan esquiva y grosera, un infeliz enano, traído de corte a corte, de Estoril a Zarzuela, y vestido de brocados, blondas y plumajes dignas de una princesa, que nos mira todavía con la altanería de todos los validos que salen de repente de la oscuridad a la luz y que se encumbran, como tú, Luís Mari, en un cuarto de hora de capricho insensato, desde la calle o el tugurio hasta las gradas del poder o del trono.

Y es que, mi muy poco estimado Luís Mari, canelo de lo más fino, no puedes seguir sustentando errores tan de bulto como los que sostienes, sin mostrar a las claras los demasiados intereses que sustentan tu parcialidad. Pues primero es la Verdad y luego el Rey, aunque éste no la defienda o no pueda hacerlo. Que esa, sabemos que es otra de nuestras grandes lacras como nación. Consecuencia de haber explicitado constitucionalmente la "irresponsabilidad" del Jefe del Estado, hasta convertirle entre unos y otros en el chico de los recados

Pero como pese a todo sigues haciéndome gracia, no sé si por tu voz aflautada o por qué, decididamente no me queda otra que pedir a la Real Academia Española que té clonen para seguir disfrutándote cuando nos faltes. Y es que España, Luís Mari, no puede permitirse el lujo de quedarse en el futuro sin ti, eterno   cantamañanas a mitad de camino entre el fabulador y el bufón.

Por cierto, titulas tu artículo: "Zapatero mira hacia atrás con ira"... ¿Con qué ojo miras tú? Sin duda, canelo, que con el ojo de tu culo.

Sin otro particular, y dándote las gracias anticipadas por lo mucho que me haces reír. Adiós, canelo. Adiós, cantamañanas.

 

Artículo de opinión extraído de la página: www.generalisimofranco.com