En la muerte de Fernando Fernán Gómez.


Por Eduardo Palomar Baró. 05/12/2007.  


El 21 de noviembre de 2007, falleció en Madrid a los 86 años de edad el escritor, actor, guionista, director de cine y de teatro español.

Nació en Lima el 28 de agosto de 1921, por más que su partida de nacimiento indique que lo hizo en Buenos Aires. Ello es debido a que su madre, la actriz de teatro Carola Fernán Gómez, esta de gira por Sudamérica cuando nació en Lima, por lo que su partida de nacimiento fue expedida días más tardes en Argentina, conservando esta nacionalidad hasta que le fue otorgada la española en 1948.

Durante la Guerra Civil, recibió clases en la Escuela de Actores de la CNT, debutando como profesional en 1938 en la compañía de Laura Pinillos. Allí le descubrió Enrique Jardiel Poncela, quien le dio su primera oportunidad al ofrecerle, en 1940, un papel como actor de reparto en su obra Los ladrones somos gente honrada.

Trabajó como actor hasta principios de los cuarenta, para dedicarse después al cine, primero como actor en éxitos como Balarrasa–de carácter confesional– y Botón de ancla –patriótica–, y como director más tarde, sin descuidar su vocación de autor de teatro y director de escena, y escritor y guionista asiduo de la tertulia del Café Gijón.

Se casó y divorció de la cantante María Dolores Pradera, con la que tuvo una hija, la actriz Helena Fernán Gómez, y un hijo, Fernando, relacionado también con el mundo de la cultura. Se volvió a casar en el año 2000 con la actriz Emma Cohen, con la que mantuvo una relación desde los años 70.    

Tras la muerte de Franco y la legalización de la CNT, tuvo una militancia activa en el Sindicato de Espectáculos de Barcelona.  

Fue elegido miembro de la Real Academia Española en 1998, tomando posesión del sillón B el 30 de enero de 2000. Galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de las Artes en el año 1995   

Como algunos españoles de su época, con el cambio, mutaron también de conciencias, convirtiéndose en ateos y marxistas coyunturales.

Como tal, los panegíricos que le han prodigado la Prensa, la Televisión y las altisonantes necrológicas, no las habría recibido un personaje, de igual o mayor talla, si hubiera sido de ‘derechas’.

Su afinidad ideológica con el anarquismo no le impidió, sin embargo, colaborar durante treinta y cinco años con el diario ABC. 

De acuerdo con su filosofía el entierro fue concordante con la misma, cubriendo el féretro con la bandera rojinegra anarquista, de triste recuerdo para millares de españoles.

Tras anunciar su muerte, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero se trasladó a la capilla ardiente del actor, y el Gobierno de España le concedió el día 23 de noviembre, a título póstumo, la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio. También, el alcalde de Madrid Alberto Ruiz-Gallardón anunció que el Centro Cultural de la Villa de Madrid pasará a llamarse Teatro Fernando Fernán Gómez            

Es de imaginar que al quedar los callejeros innominados, por la fulminación “democrática” de todos los nombres que pudieran tener connotaciones con el antiguo Régimen, habrá que rellenarlos urgentemente con denominaciones marxistas, anarquistas y frentepopulistas, por lo que no será de extrañar que el nombre de Fernán Gómez figure en alguna calle de la Capital del Reino.


 

Artículo de opinión extraído de la página: www.generalisimofranco.com