Franco ... ¡Socorro! (9)


Por Jaime Miguel Tur, antiguo Sargento Legionario. 03/03/2008.  


¡Querido Paco!, si el Gran Jefazo celestial  –debido a los efluvios hediondos que le llegan de los mangantes que mal gobiernan nuestra Nación- os ha prohibido mirar a este planeta Tierra. Ten mucho cuidaito,  porque como te sorprendan echando una recalada y te manden pá España, te vas a enterar de lo que vale un peine.

Ya te digo, menudo jamacuco ibas a sufrir cuando vieras a legionarios paseando a viejecitas, dando la papilla a los niños -más o menos-   y huyendo de la quema a carajo sacado.

¿Te acuerdas? Me refiero a los que tienen por lema y cantan: ¡legionarios a luchar!, ¡legionarios a moriiir!  Los mismos que tiran de tu Credo Legionario y te lanzan: “El espíritu del legionario es único y sin igual, es de ciega y feroz acometividad, de buscar siempre acortar la distancia con el enemigo y llegar a la bayoneta”

O el de la muerte: “El morir en el combate es el mayor honor. No se muere más que una vez. La muerte llega sin dolor. El morir no es tan horrible como parece. Lo más horrible es vivir siendo un cobarde”.

O ese otro: “La legión pedirá siempre, siempre combatir, sin turno, sin contar los días, ni los meses, ni los años”.

O aquel: “La legión, desde el hombre sólo, hasta la Legión entera, acudirá siempre donde oiga fuego, de día, de noche, siempre, siempre, aunque

Ya sabes, cuerpo que tú fundaste, y que en su 2ª regla de las 46 que componen su organización, dice así: “Este cuerpo habrá de emplearse tácticamente como de primera línea y en todos los servicios de paz y guerra, sin otro fin que el de su utilidad militar”, que como bien sabes no es más que la  preparación física de los hombres; inculcación de valores patrióticos; tácticas de guerra  y el conocimiento de las armas y el más útil y eficaz empleo de las mismas en defensa de la patria.

¿A que te gusta oírlo? ¿Cómo ves la cosa?  Mal, ¿verdad? Pues si estuvieras aquí te morirías otra vez de un soponcio. Pá que no farte de ná, hasta hemos tenido como Ministro de Defensa a un tal José Bono;  especie de muñeco diabólico de verbo pastoso y repelente.

¿Qué te parece? ¿No crees que hubiera sido mucho mejor deshacer el cuerpo de La Legión  antes que utilizarlo como monjitas de la caridad y verlos salir de estampida como salieron de Irak mientras que soldados de otros países cacareaban a coro?

Tú sabes mejor que nadie, que retirada equivale a huida, y la huida es un hecho ultrajante para el ejército. Un ejército se repliega; y replegarse no es más que la sabia táctica de hacer un alto en el combate para reorganizarse, pertrecharse y volver a la carga de inmediato.

Así me lo enseñaron en tu querida e inolvidable Legión española; y así lo digo, porque así lo entiendo, y como así lo creo, así lo defiendo.

Otra cosa, para evitarle un cabreo, no se te ocurra contarle nada de todo esto a Millán Astray, porque es capaz de resucitar y venir repartiendo hostias a diestro y siniestro en cuanto se enterara de que algunas medallas militares se ganan ahora en la Legión por salir huyendo.

Y que siendo militares profesionales son recibidos por un ignominioso tropel de familiares  y allegados llorando a moco tendido, cuando resulta que vienen forrados de dinero -algunos han comprado un piso a su vuelta-  y sin haber pegado un tiro  ni en la caseta  de una feria, ¿Qué te parece? 


 

Artículo de opinión extraído de la página: www.generalisimofranco.com