A Martín Amis, a este cabrón que es hoy uno de los míos.


Por Pablo Gasco de la Rocha , 05/06/2008.  


“Descargué todo el tambor del revolver” Quien se expresa así, de esta forma tan explícitamente brutal, es Israel Clemente, líder de los GRAPO -grupo terrorista marxista de tendencia maoísta en el que militó Pío Moa y en cuyo aparato político lo hizo también Federico Giménez Losantos-, que reconoció el jueves 7 de mayo ante el tribunal que le juzga su participación junto con su compañero Xurxo García en el asesinato de la empresaria zaragozana Ana Isabel Herrero en febrero de 2006, cuando ella y su marido se resistieron a ser secuestrados.

Con todo, tanto Israel como Xurxo a nada que se arrepientan o simulen hacerlo podrán salir de la cárcel dentro de pocos meses, y a poco que estudien un poco hasta convertirse en adalides de opinión. Incluso ser premiados con la máxima distinción del sistema, como ya se ha hecho con destacados terroristas de ETA por parte de PSOE y PP. Que es la esclavitud de un sistema que necesita de tales muestras de lealtad para seguir subsistiendo. Siendo increíble, por paradójico, que lo que fueron sus vidas, las palabras que profirieron, los actos criminales que protagonizaron y los compromisos que establecieron con el terror cobren apenas importancia, sobre todo si su argumento es “la lucha por la libertad desde su condición de antifranquistas”, como recientemente han expresado Federico G. Losantos, Joan Juaristi y Pío Moa. Simples incidentes, consecuencia directa de su indomable rebeldía democrática. Con lo que se constata, que el máximo atractivo de estos criminales se refiere a la conversión que han hecho de sus vidas. Una conversión que el sistema corrupto y amoral en el que vivimos presenta como ejemplo a cualquier terrorista de ETA y GRAPO.

Sin embargo, reivindicar a un asesino y distinguirle porque ya no mate o mande matar es el mayor grado de bajeza moral que una sociedad puede permitirse, por cuanto quienes así se conducen olvidan el sufrimiento que el reivindicado, potenciado y distinguido causó, segando la vida de una o varias personas, que ya nunca podrán desarrollar su proyecto vital. Con todo, es lo que se viene haciéndose desde hace muchos años en España, sin que la Ley de la Memoria Histórica, antes al contrario, intervenga en el asunto. Y es que, curiosamente, los asesinos son siempre de los suyos.  

Pero no nos engañemos. O mejor dicho, que no se engañen quienes tienen a estos arrepentidos como figuras dignas de todo crédito, porque la fascinación por el poder ha sido el señuelo de todos ellos. Un argumento que el sistema ha sabido utilizar convenientemente para captar arrepentimientos. Como sin duda está tratando de hacer en estos momentos respecto a ETA, cada día con mayores dificultades para seguir matando gracias a la presión de las autoridades de Francia. Y es que el Estado siempre ha sabido que los terroristas son individuos de muy baja catadura moral y que no tienen ninguna dificultad en cerrar un ciclo para abrir otro, que en esto ha consistido su conversión, en cerrar un pasado. Un pasado que basta con olvidarlo en los fastos del presente (Mario Onaindia, Juan Juaristi, Federico Giménez Losantos, Pío Moa, Ramón Tamames y tantos otros), ya que el resto, la gloria y el dinero, es cuestión de dejárselo al gran público devenido cada cuatro años en soberano de su propia estupidez.

Por eso hoy a este bastardo cabrón que es Martín Amis tenemos que agradecerle, que tantos años después les refresque a muchos la memoria olvidada sobre lo que la inmensa mayoría de los políticos de la izquierda (PSOE, PCE) pensaban del asesinato de Carrero y de la propia ETA. Aunque desde nuestras filas, nosotros nunca fuimos muy inteligentes salvo excepciones, se haya salido contra este cabrón sin acertar a comprender que hoy, y pese a todo, este Amis es uno de los nuestros.

Hemos de dejarlo aquí. Allá cada cual con sus lealtades y sus filias. Sin embargo, una última cuestión suscita mi curiosidad, ¿hay mayor éxito biográfico que conseguir que el enemigo reconozca el deber de perdonar a toda esta  cuadrilla de terroristas? Pues esto es lo que se viene haciéndose en España desde hace treinta años.

 


 

Artículo de opinión extraído de la página: www.generalisimofranco.com