Tariq Ramadan...

 

Razones para una invasión islámica (I)


Por Pablo Gasco de la Rocha. 11/12/2009.


La situación es alarmante, sobre todo para un avezado islamismo que conoce nuestra debilidad y domina las claves de una estrategia insurgente. A lo que hay que añadir, la falta de iniciativa de parte de las naciones  europeas, encorsetadas dentro de un único modelo político, aspecto que traducido a términos reales significa ausencia de la necesaria libertad de acción. Lo que hace que toda Europa esté a remolque de los acontecimientos en un impasse dominado por la inanición, cuyo soporte ideológico es un discurso civilista con ausencia total de identidad europea-occidental. Un discurso fabricado a jirones y retazos sobre el escenario de la mal entendida globalización.

Tariq Ramadán (profesor de Derecho Islámico afincado en Suiza y ex asesor del Gobierno británico para asuntos islámicos) lo sabe, y es por eso por lo que sostiene su discurso de comprensión para el pobre Islam ("Contra los minaretes votó el miedo", El Mundo, 1-12-2009).   

Por eso gran parte de su crítica se centra y concentra en que Europa debe mejorar su cultura democrática a nivel operacional, a fin de facilitar la necesaria convivencia: "Europa se está enfrentando a una reacción nacional en contra de la reciente visibilidad de los musulmanes europeos" De ahí entonces que le exija a Europa comprensión y diálogo: "A lo largo de las dos últimas décadas, se ha relacionado al islam con tantos debates polémicos que a los ciudadanos normales y corrientes se les hace muy cuesta arriba aceptar esta nueva presencia musulmana como un factor positivo". En definitiva, Europa debe reformarse para favorecer a la comunidad islámica, que como corriente religiosa-ideológica ya opera a nivel internacional: "Europa como Suiza, se han acobardado y se asustan ante cualquier política valerosa en favor del pluralismo cultural y religioso".

Razones del musulmán e islamista Tariq que hoy pueden sostenerse en toda Europa, y que demuestran hasta qué extremo tenemos a los musulmanes introducidos en nuestras sociedades, y al Islam como aglutinante ideológico-religioso de dominación. Realidad ésta que le hace afirmar a este musulmán islamista que es Tariq Ramadán, que los europeos no somos capaces de apreciar, que el "islam es en estos momentos una religión suiza y una religión europea". Sin dejar, por otra parte, ese discurso de lamentación tan efectista: "Todos los países europeos tienen sus obsesiones o tópicos en cuya virtud se ataca a los musulmanes".

Y todo ese razonamiento sobre la base de una decisión soberana libremente expresada por el pueblo suizo ("NO a los minaretes islámicos") que ha sido inmediatamente calificada en clave senofoga anti-islamista, al considerar manipuladora la campaña del Partido Unión Democrática de Centro (UDC), que para colmo de sus críticos no es de extrema derecha.

Pero las razones de Tariq son claras y encajan perfectamente en esa estrategia de insurgencia mucho más compleja que el mero radicalismo, mucho más aparente y contestado. Pues esta estrategia sólo desea aplicar el mismo objetivo con menos costes y recursos, y con el empleo de menos efectos especiales como sería el fuego purificador contra los "infieles". De ahí que Tariq Ramadán pida a los países europeos menos protección de su nuestra identidad... "todos los países europeos tienen sus obsesiones o tópicos". Sin que por ello tenga que hacer una relación de comparación con los países musulmanes de religión islámica en donde no es que esté prohibido el cristianismo, sino que dicha religión es perseguida y sus creyentes acosados, encarcelados y hasta asesinados: "Se trata -dice el bueno de Tariq en referencia al NO a los minaretes- de una terrible e intolerante falta de confianza en sus nuevos conciudadanos musulmanes".

Así, pues, el mensaje que envía a los países europeos es claro:

- Europa debe transformarse radicalmente a fin de facilitar la convivencia.

- Europa debe adaptarse a una nueva realidad cada vez más evidente, que es su nueva configuración racial, social y religiosa.

- Europa debe empezar a dirigir sus acciones hacia esa nueva realidad europea sin demora y sin concesiones a su identidad, reducto de intolerancia, xenofobia y anti-islamismo.  

 Justo, pues, lo contrario de lo que debemos hacer. Que no es otra cosa, y con carácter de urgencia, que ir moviéndose en la dirección que ha indicado Suiza, priorizando nuestra identidad amenazada, repensándonos nuestras actitudes  respecto a la religión musulmana y dejando de favorecer una inmigración que es fuente de conflictos.

"Con vuestras leyes os invadiremos". Lo han dicho muy claro. Y es que por mucho que se oculte el problema, los musulmanes están colonizándonos silenciosamente y estamos perdiendo nuestras raíces y nuestra cultura auténtica. Existiendo, además, serias dudas sobre la actitud final del aliado Islam, que todavía no ha consumado su presencia en Europa, y que precisará todavía de tiempo para conseguirlo con los excedentes que ya tiene a modo de caballo de Troya en Europa, al límite de nuestra capacidad  de  relevo generacional. Una cuestión que los responsables de la invasión conocen de sobra, de ahí que intenten en los próximos años seguir aumentando en número, aunque el aumento deberá ser compartido ya por los argumentos que esgrime el propio Tariq: "estamos enfrentados -se refiere a sus compatriotas en Europa- a problemas comunes como el desempleo, la pobreza y la violencia".

"Con vuestras leyes os invadiremos". Lo han dicho muy claro. Por eso la situación no permite cerrar los ojos a  esta invasión. Lo que nos obliga a cambiar las leyes. Y esta acción legislativa, que tendrá que ser una acción conjunta de toda Europa frente a la invasión todavía pacífica del Islam, deberá abordar las posibilidades ilimitadas que de momento se tienen, incluso creando una legalidad ad hoc como sería la expulsión retroactivo y por procedimiento de urgencia de todos los musulmanes delincuentes una vez hubiesen cumplido sus condenas, de los ilegales y de cuantos nos sobran: los parados y los que no se necesitan. Una medida que estaría respaldado por una ciudadanía que ve como el problema se agranda sin solución. Aunque de momento, y hasta que se articulase una nueva legalidad-conjunta europea, tuviera que asumir las consecuencias de la comunidad internacional.

"Con vuestras leyes os invadiremos". Lo han dicho muy claro. Y justo cuando se ha creado el primer partido islámico de ámbito nacional, que aglutinará a más de 2.000.000 de musulmanes que son los que tenemos dentro de España, se produce la aberrante decisión de la Junta de Andalucía apoyando la iniciativa del Ayuntamiento socialista de Canillas de Aceituno (Málaga), con una gran mayoría de musulmanes en su municipio, de retirar de su escudo las cadenas al rey Boadil al ser consideradas "un símbolo de esclavitud". Ante cuya decisión, y frente a otro tipo de argumento, las buenísimas gentes del PP dicen que "supondrá un gasto prescindible".  

"Con vuestras leyes os invadiremos". Este es el reto que tenemos plantado, que tiene planteado Europa como comunidad supranacional con raíces y valores propios que conforman nuestra particular y única forma de ser y de estar en el devenir del mundo. Que nuestra Madre, la Santísima Virgen de Europa nos guía, nos cuide y nos ayude a ser fieles a la Cruz, símbolo del amor redentor de Dios-Padre, que nos dejó entrever Nuestro Señor Jesucristo.


 

Artículo de opinión extraído de la página: www.generalisimofranco.com