ASÍ CAYÓ MADRID

 

En el día 26 de marzo de 1939 las tropas rojas sabían que la ofensiva del Ejército Nacional era inminente, no ignorando que ante su empuje arrollador nada podían hacer y que la resistencia que opusieran se traduciría en una cantidad considerable de bajas, por lo que los jefes y oficiales abandonaron los frentes y muchos de los soldados huyeron en busca de sus hogares.

En la tarde del 27, el coronel Adolfo Prada, informó a Segismundo Casado López, jefe del Ejército del Centro, que algunas unidades se pasaban al enemigo en la Casa de Campo y en la Ciudad Universitaria. También fue informado por el teniente coronel Zuleta, que algunos de sus batallones estaban en terreno de nadie, confraternizando con los nacionales, con guitarras, botas de vino, bailes y canciones. Los soldados “habían hecho la paz”.

A última hora del día 27, todas las fuerzas de los Cuerpos del Ejército I, II y III habían abandonado el frente, quedando solamente los Estados Mayores. En la mañana del 28 todos los del Consejo Nacional de Defensa se trasladaron a Valencia, excepto Julián Besteiro.

El general Miaja ya se había trasladado anteriormente a la capital levantina en avión, haciéndolo también Casado en un avión Douglas, regalo personal que habían hecho al Jefe del Ejército del Centro los norteamericanos simpatizantes de los rojos.


© Generalísimo Francisco Franco. 1 de Abril de 2.005.-


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