FRANCO Y EL FUTURO DE ESPAÑA

 

Por José Antonio ELOLA-OLASO IDIACAIZ

 

Cuesta hacerse a la idea de que Franco ha muerto. Ni siquiera este mes largo de alternativas e incidencias en su salud ha podido mentalizarnos. Es que en lo intimo de muchos de nosotros pervive y seguirá perviviendo mientras alentemos. No en balde es el Jefe hecho padre, el guía de las horas difíciles y el motor que despertó nuestras mejores energías.

Pero, además, Franco vive en este futuro de España. El con su visión a largo plazo trazó las líneas revolucionarias de la España nueva, con trascendencia social y cultural. Durante nuestra guerra forjó la paz, y en la hora tremenda de la guerra del mundo, serenamente, dio el "frenazo" de Hendaya. Terminada ésta, cuando todas las potencias victoriosas nos dieron la espalda, el supo ordenar que había que arriar veías en lo externo para mantener la esencia y los principios hasta que llegara la hora de que reconocieran que España era la única nación que había sabido vencer al comunismo cuando intentó dominar el otro extremo de esta nuestra Europa, otra vez amenazada.

Pero, personalmente, puedo dar testimonio de esa visión de futuro por su preocupación y fe en la juventud. Llamó al Frente de Juventudes la "obra predilecta del Régimen" y su primordial consigna fue la de que en sus filas se unieran los hijos de los padres que se habían enfrentado en las trincheras. El nos inculcó y ordenó inculcáramos en la juventud el espíritu de servicio patrio como rigurosa exigencia. Con su personal presencia nos alentó constantemente visitando campamentos y trasladándose a los nacionales, como el de Covaleda, en la tierra soriana, al pie del Pico de Urbión "do nace el Duero", o a Riaño en apartadas tierras leonesas.

Mas donde queda más patente su proyección de futuro es en el hecho de que hace más de veintiocho años, frente a criterios muy dispares, prevé la constitución de España como Reino e, inmediatamente acoge para su educación al Príncipe, al que en el año 1969 presenta a las Cortes como su sucesor.

El previó este momento de palpitante tremolo que estamos viviendo, y preparó, frente a vaticinios catastróficos de una u otra vertiente, un proceso sucesorio sin traumas, con una continuidad fundada en esta España renacida que, bajo su mando, tras resolver los apremiantes problemas de miserias seculares, ha podido afrontar, en paz fecunda, una auténtica reforma humana y social con base en el trabajo y la cultura para todos los españoles.

Pido a Dios que ilumine a nuestro Rey y al pueblo español, especialmente a la juventud, para que juntos, muy unidos, sin dar oídos a voces insidiosas de dentro o de fuera, sepamos y podamos culminar la grandiosa obra de Franco.

 

ABC. 21 de Noviembre de 1975


PÁGINA PRINCIPAL

ATRAS