Textos históricos.


HIPÓTESIS PARA UN GOLPE

(del general Primo de Rivera)


 

La postura del rey ha podido ser una de éstas:

1)      Desconocía en absoluto las intenciones del general Primo de Rivera y de los políticos y generales que con aquél preparaban el Golpe de Estado.

2)      Conocía en su detalle el montaje del pronunciamiento y estaba en cuerpo y alma de acuerdo con todo ello.

3)      Conocía las intenciones de los generales y los políticos del equipo de Primo de Rivera y, sin estar en acuerdo con ellos, dejaba hacer. (¡Cuidado! No es lo mismo estar de acuerdo que estar en acuerdo. Lo primero supone conformidad; lo segundo, complicidad).

4)      Había sido informado de lo que se preparaba, por su jefe de Gobierno, y se hacía el incrédulo a fin de que el Golpe de Estado se llevase a efecto (sin estar en acuerdo con los conjurados).  

5)      Estaba in mente en desacuerdo con los conjurados, pero estimaba que es oportuno y razonable un pronunciamiento militar.

6)      Era el inspirador del Golpe de Esta- do, para poder, al fin, gobernar sin parlamento, relevo de partidos, obstrucción, elecciones, huelgas, sediciones, etc.

7)      No estaba en acuerdo con los conjurados, pero le convenía el Golpe de Estado para frenar en seco el expediente Picasso, que podía dar luz a su poder personal en el espinoso asunto de Silvestre, Annual, etc.

Una vez planteadas todas estas posibilidades, veamos de aclarar si en septiembre de 1923 hay para el país otro horizonte -desde el punto de vista de la continuidad de la monarquía- que no sea la brusca sustitución del sistema constitucional por el régimen autoritario nacido con los Directorios del general Primo de Rivera. Es decir, de no haberse producido el Golpe de Estado, ¿podía el país seguir como iba?

No.
 

(Del libro «El golpe de Estado de Primo de Rivera», de Federico Bravo Morata.)

 

Fuerza Nueva. Nº 791. Del 6 al 13 de marzo de 1982.

 


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