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LIBRO FIRMAS

SUGERENCIAS

 

Discursos y mensajes del Jefe del Estado.


 
Declaraciones al corresponsal de la prensa Kemsley

27 de noviembre de 1951.

- Cuando la visita del difunto almirante Sherman se creía generalmente que Su Excelencia era favorable a la idea de una cooperación española en los planes americanos anticomunistas de defensa. ¿La muerte del almirante o algún nuevo hecho internacional ha modificado en algo el deseo español de asociarse a las medidas americanas encaminadas a resistir una posible agresión comunista?

«No ha variado ni hay razón para que variase.»

- El deseo español de asociarse activamente a los planes de defensa anticomunista, ¿tiene como condición previa el suministro de armamento y equipo por parte de los Estados Unidos? En caso afirmativo, ¿bajo qué condiciones aceptarían los Estados Unidos el suministrar este armamento y equipo?

«Más que un deseo es un deber con que la Nación se enfrenta; una obligación moral en las naciones es el colaborar a la defensa de lo que les es común e insoslayable. La postura más cómoda a primera vista para los pueblos sería hurtarse al sacrificio; pero por ese sistema acabaríamos siendo las víctimas propiciatorias de males irremediables, de la suerte que hoy padecen Otros pueblos cautivos de la Europa ocupada.

El suministro y dotación de los medios indispensables a la defensa por quienes, más poderosos, los poseen en calidad y cantidad, es en este orden natural y obligado.»

- El deseo español de asociarse activamente a estos planes de defensa anticomunista, ¿tiene como condición previa una necesidad de ayuda económica por parte de los Estados Unidos? En este caso, ¿qué condiciones pondrían los Estados Unidos para suministrar tal ayuda?

«No se puede pensar en encararse con los peligros de una guerra si la preparación moral. económica y militar de la nación no la permitiese el reducir en la medida de lo posible los sufrimientos. Así lo entendieron los Estados Unidos para sus planes generosos de ayuda a Europa. ¿Por qué había de ser España una excepción en esta regla? No parece haya razón alguna para que España sufriese distinto trato y condición que lo que otros países de Europa obtuvieron.

- ¿Acogería España favorablemente una invitación para formar parte de las Naciones Unidas?

«Fué tan injusta, grave y continuada la hostilidad que sufrió nuestra Nación a través de este organismo que tendrían que corregirse muchas cosas para que España pudiera tomar en consideración invitaciones de este orden. Por otra parte, la guerra de Corea, la ocupación por Rusia de tantos países ayer soberanos, la retención en campos de esclavitud de millares de prisioneros a los seis años de terminada la última contienda y la persecución y exterminación tras el telón de acero de religiosos. militares y determinadas clases sociales dentro de los propios miembros de las Naciones Unidas creo constituye un constante pregón de su ineficacia.

No soy enemigo de las Naciones Unidas, pero mientras no se revisen su constitución y determinados privilegios estimo carecerá de eficacia.»

- ¿Aceptaría España una invitación para ser firmante del Pacto del Atlántico en su forma actual? En caso contrarío, ¿bajo qué condiciones estaría España dispuesta a enviar una fuerza simbólica a las órdenes del general Eisenhower?

«Las cosas son como son y no como quisiéramos que fueran. La ceguera de algunos de los principales miembros del Pacto del Atlántico hizo que éste naciera cojo, y cojo tiene que terminar su vida. España no se excluyó, España fué excluida. Fueron tales las pasiones políticas artificiosas que alrededor de la participación española los primates marxistas forjaron que todo cambio que se intentase tropezaría con ese falso estado de opinión y, en España, la natural resistencia de cogerse en frío de! brazo de quienes tanto nos hostilizaron y ofendieron. Sólo el tiempo y una enmienda clara en el proceder podrán hacer variar este estado de cosas.

Esto no implica el que en la defensa de intereses supremos comunes nuestras naciones no puedan marchar por sendas paralelas y encontrarse un día combatiendo al costado, con todas las servidumbres que en este orden la necesidad imponga.»

- Su Excelencia ha manifestado que hasta que Gibraltar sea devuelta a España las relaciones hispanoinglesas no pueden ser plenamente satisfactorias. ¿En qué forma podría llevarse a cabo tal devolución, ya que ningún Gobierno británico, conservador o laborista, podría llevar a cabo una simple entrega sin más?

«Así ocurre en la realidad, y lo comprenderá usted mejor si volviendo la oración por pasiva, los ingleses se imaginasen lo que pensarían ellos si Portsmouth u otro puerto o territorio inglés estuviera ocupado por una base española.

Mientras en la política de las naciones presidan conceptos egoístas e imperiales de la nación y sobre todo Gíbraltar constituía el nido casi invulnerable de una Escuadra que celaba el dominio de los mares, los beneficios de que la nación disfrutaba podían hacerle pasar por encima de la injusticia que el hecho encarnaba; pero hoy la realidad es totalmente distinta: ni las naciones son ya nada aisladamente, al ser sustituidas en su poder por las asociaciones de naciones, ni las escuadras señorean los mares ante el nuevo poder aéreo, ni las bases navales son ya invulnerables, ni Gibraltar sirve como tal si no va unida al «hinterland» español.

Si esto es tan claro, nos impone el sacrificar a esa necesidad ,de asociación las viejas concepciones y egoísmos, ya que no cabe asociación con reservas u ocultas malquerencias.

Para que esa devolución se lleve a cabo y la armonía se restablezca, lo primero es que el pueblo inglés se convenza de tres cosas: del ya escaso valor de Gibraltar, de la justicia de la reivindicación española y de las mayores ventajas para la nación en la devolución. Si se llegase a ello, a una inteligencia, siempre cabria mantener el puerto como zona franca y negociar un arreglo para la conservación temporal de la utilización por Inglaterra de la factoría en forma de arrendamiento.

Pese a las dificultades que a primera vista y aparentemente el problema pueda presentar, tarde o ,temprano tendrá que resolverse y lo que hoy podría recoger un aprecio al gesto que se hiciese no lo sería cuando éste sea tardío o forzado.»

- ¿Qué medidas especiales se están tomando para luchar este invierno contra la creciente carestía de la vida?

«Intensificar la producción en todos los órdenes e importar cuantos artículos sean necesarios y nos permita nuestra balanza general de pagos. Gracias a
Dios este año hemos disfrutado de una buena cosecha y la situación económica española, pese a lo que fuera se diga, no puede ser más sana. Imagínese lo que pasaría en el comercio interior de una nación si de
repente a su comercio se le privase del crédito. Sólo una posición económica solidísima podría salvarla de la quiebra. Pues lo mismo ocurre en lo internacional si las naciones se ven privadas de los créditos exteriores. y ésta es la prueba que ha superado España en estos años de la posguerra.»

- ¿Tiene Su Excelencia algún comentario que hacer respecto al papel de España en el inmediato porvenir de Europa?

«El papel que España pueda desempeñar en Europa no es ella la que ha de decirlo; el mundo lo presiente y lo proclama y la Providencia se lo ha brindado con su situación estratégica entre dos mares y la calidad y recio temple de sus hijos. Si Europa ha de salvarse, lo será por el camino del espíritu.»

- ¿Tiene Su Excelencia alguna sugestión que , hacer sobre la forma en que se propone eventualmente restaurar la Monarquía en España?

«Es asunto de poco interés para los de fuera. La Monarquía más grande para España, que fué la de los tiempos de Felipe II, no pudo ser más odiada que lo fué en su país.

Con el refrendo de la voluntad nacional, la Nación se ha convertido en Reino y como tal será presidida en lo futuro por un Príncipe o Regente, de acuerdo con la ley de Sucesión. Pero lo que sí puedo asegurarle es que lo único importante en este orden es que cualquiera que sea quien en lo futuro lo rija el espíritu de la Nación ha de ser el mismo, que no se andará para atrás.»

- Desde que se redactó el anterior cuestionario las elecciones generales en la Gran Bretaña han dado el Poder a un Gobierno conservador. ¿No seria éste un momento propicio para expresar algún sentimiento de amistad hacia el pueblo británico?

«Desde hace siglo y medio ningún inglés puede decir que los españoles le hayan inferido directa o indirectamente un daño. El haber podido salvar estos años tan difíciles y críticos sin que nuestros pueblos militasen en campos contrarios debemos ambos considerarlo como una bendición, ya que por vivir en una misma área geográfica estamos por naturaleza llamados a entendernos. España es pueblo que sabe hacer honor al adversario y, pese a las reservas y enconos que el mal trato político recibido produjo en nuestro pueblo, éste ha sabido hacer justo y noble aprecio de las virtudes del pueblo inglés y del temple y buen espíritu con que supo enfrentarse con la adversidad los primeros y difíciles años de la guerra.

Creo con el pueblo español desde hace quince años que el mayor peligro para la paz, la libertad y el progreso económico social del mundo reside en la amenaza comunista. Si Inglaterra y el mundo occidental también lo reconocen, el interés común parece llamamos a una mayor inteligencia.»


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