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LIBRO FIRMAS

SUGERENCIAS

 

Discursos y mensajes del Jefe del Estado, 1957.


 
Discurso pronunciado en el acto de entrega de viviendas y créditos a pescadores del poblado de San Pedro de Visma (La Coruña).

19 de septiembre de 1957.

Solamente unas palabras porque los hechos son mucho más elocuentes que ellas y a través de vuestra vida habréis escuchado tantas que resultaron falsas y banales, que pecaríamos del mismo defecto de los que nos antecedieron, si hiciéramos promesas y no os ofreciéramos realidades.

Esta obra que aquí contempláis, todas las que se extienden por la superficie de España, las que en nuestras costas y en nuestros puertos se acumulan, son obra del Movimiento Nacional. Esto no podría hacerse y carecería de continuidad y eficacia si no tuviésemos unos principios y una doctrina, si nuestra política estuviera vacía, como durante tantos años lo estuvo la política liberal; si siguiésemos aquella mala costumbre de «dejar hacer», obedeciendo a aquella tesis liberal que permitía se acumulasen las miserias en tantos rincones y lugares de España y volviésemos la cabeza para no verlas, como si un Estado no tuviera la obligación ineludible de promover e impulsar el bien común. Esta es la enorme diferencia que existe y que quiero grabar en vuestro ánimo: no se trata de la obra personal del Caudillo, no debemos abrigar ese mesianismo; es la obra de un Régimen, la consecuencia de una doctrina, es la obra de unos principios.

En los puntos que establecimos como base de partida de nuestro Movimiento, decíamos que viviríamos de cara al mar. Vivir de cara al mar, es renovar nuestros navíos y lanzarlos por las rutas de los mares al tráfico internacional; es satisfacer el anhelo de los pescadores de nuevas y mejores naves e instrumentos de trabajo; es arrancar de las entrañas del mar y de sus fondos las riquezas para esparcirlas por nuestro territorio; es no vivir indiferentes ni a los problemas de la pesca de altura ni a los que nos ofrece la pesca de bajura; es atender solícitamente a los que un día tras otro exponen sus vidas para aumentar la riqueza de la Nación. Todo esto implica el vivir cara al mar, y esto es lo que viene cumpliendo nuestro Movimiento Nacional; que si a mi me corresponde el honor de dirigirlo como capitán de la empresa, es al Movimiento, es a la existencia de una doctrina y de unos principios, a los que debéis vosotros el que puedan llevarse a cabo estas realidades.

Se quejaba España porque el crédito dejaba antes grandes sectores desamparados, y pedía y así se establece en nuestros puntos, que beneficiase a toda la Nación, se humanizase y nacionalizase. Y aquí tenéis una elocuente muestra: el crédito viene a constituir el medio de poder levantar estas casas, viene a renovar vuestras embarcaciones; y todo lo que antes se repartía caprichosamente, porque quedaba a iniciativa y decisión de los definidores financieros, que eran los jefes de empresas bancarias, está hoy regulado por el Estado en beneficio de todos los españoles Y de sus producciones, que orienta y estimula el crédito hacia aquellos sectores de la producción, que mandan ser secundados por él, lo mismo en la Industria que en el mar o en la tierra.

Hace solamente unos días recorría estas tierras de Galicia para ver y observar las nuevas granjas que se habían reformado con el fin de mejorar la suerte de este campo inmenso de nuestros agricultores. Hay que pensar lo que representa en la economía de España y en la vida de las familias gallegas la situación raquítica de las economías familiares de nuestros campesinos, donde una familia campesina o una familia pescadora de bajura, no podían contar al año con más de ocho mil pesetas de totales ingresos para sostener a una familia en estos tiempos. Y todo eso puede cambiar y multiplicar notablemente los rendimientos. No se trata de ningún milagro, sino de mejorar las especies y los cultivos, racionalizando la producción con los adelantos modernos, creándoles una nueva economía equilibrada, que permitirá multiplicar los rendimientos por tres o por cuatro, cambiando los barcos por otros nuevos con nuevos aparejos, todo lo que la ciencia pone hoy a disposición del hombre. Y esto es lo que os trae el Movimiento Nacional: la facilidad de realizar estos sueños e ideales, estas mejoras que toman hoy realidad en esas casas, en las embarcaciones nuevas, en todo lo que hoy el crédito nacional fecunda y que antes vivía bajo un crédito inexistente o usurario.

Por todo ello, debéis defender el Movimiento Nacional, como cosa propia, porque no es que vengamos a sustituir unos caciques por otros, sino que venimos a poner a España en pie, a que se realicen vuestros anhelos y a que, a través del Sindicato, trayendo a él a los hombres mejores, pueda establecerse el diálogo, y que la colaboración de las masas españolas en la obra del Estado sea una realidad que nos permita vivir en una fraternidad mayor y más contentos en una España Grande, una España Una, una España Libre.

¡Arriba España!


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