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LIBRO FIRMAS

SUGERENCIAS

 

Discursos y mensajes del Jefe del Estado, 1961.


 
Discurso en Málaga.

Pronunciado en la Plaza de Queipo de Llano, Málaga, el 28 de abril de 1961.



Malagueños:

Ante este acto grandioso sobran las palabras, y, sin embargo, me obliga vuestra presencia a tener que pronunciarlas para expresaros toda mi alegría y mi emoción al contemplar esta unidad política de los hijos de Málaga. Esta fe y esta confianza renacidas de los españoles entrañan el más bello porvenir. Hoy podemos decir que España cree, que España es ya una firme realidad y que todos los anhelos de los españoles podrán realizarse, si sabemos mantener nuestra unión estrecha y nuestra constante afirmación de ser.

Aunque no hubiera sido más que por crear esta unidad y esta fe entre los hombres y las tierras de España, ya habría hecho el Movimiento Nacional bastante; pero no es esto sólo. En cualquiera de los aspectos que lo miremos: en el de los bienes espirituales que el Movimiento ha producido, en el renacimiento de nuestra fe, en el cultivo de nuestras virtudes, en los sentimientos de fraternidad entre todos, en todo esto, que es tan trascendente para la vida del hombre, ya que nuestra vida en la tierra es sólo un pedazo en la proyección del destino del hombre. Y este resurgimiento de los valores del espíritu es básico para la vida de los humanos, si hemos de responder a nuestra calidad de cristianos.

Pero precisamente por cuidarnos del renacimiento de estos bienes espirituales, por el fomento de nuestra unidad, pieza básica para el logro de los bienes culturales y de las aspiraciones sociales, se nos tacha de que somos unos tiranos, unos dictadores, y que vosotros sois unos esclavos. Y yo frente a ello afirmo que la mayor esclavitud está en la ignorancia y en la miseria. ¿De qué libertades disfruta el hombre que se encuentra en la miseria? De esas libertades disfrutará bajo el régimen liberal la minoría de los poderosos; pero para los que están sumidos en la ignorancia, tienen hambre y sed de justicia, ¿qué representan las seudolibertades? Tendrán libertad y porvenir, si no caen en el libertinaje, los instruidos y bien dotados; pero, ¿qué libertad le cabe a un pueblo analfabeto? ¿De qué disfruta un pueblo sumido en la ignorancia?

Por eso veréis que los primeros pasos del Movimiento Nacional fueron buscar la redención del analfabetismo, la preparación técnica, la persecución de la cultura, el proporcionar a todos las ocasiones de poder triunfar en la vida y el libertar a los hombres de la explotación ajena.

Pero no nos basta tampoco con eso, pues hay que recuperar el abandono de más de un siglo y cambiar las circunstancias en que España ha vivido; tenemos que resolver una serie de problemas enormes, de problemas técnicos, de problemas difíciles, de problemas que exigen la unidad y la continuidad. Ha habido empresa, por ejemplo, la de los regadíos, que llevaba en España hecha más de veinte años, como sucedía con el pantano de Guadalcacín; pero, pese a aquella previsión de quienes lo concibieron, no se logró en todo ese tiempo que regara ni una sola hectárea, y se necesitaron otros veinte años del Movimiento a hoy para poder realizar toda la obra de colonización y de distribución de sus tierras, que hoy se han convertido en un vergel, como lo serán mañana las tierras de Málaga. Períodos de continuidad y de trabajos requieren las nuevas fábricas, que traerán hacia vuestro puerto un millón y pico o dos millones más de toneladas. En fin, que todo necesita un esfuerzo, una ordenación, una fe, una confianza, y esto solamente puede lograrse a través de un movimiento político de unidad, de autoridad, de orden, de racionalización y de eficacia, unidos todos en la firme decisión de no ceder.

¡Arriba España!


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