INICIO

LIBRO FIRMAS

SUGERENCIAS

 

Declaraciones a la Prensa.


 
Artículo de Franco en la Revista de tropas coloniales.

Abril de 1924.

«La pasividad y la inacción, son en la guerra forzosos aliados del vencido. Estudiad los más elementales principios del arte militar, detened la vista en las páginas guerreras de la historia, revisad las campañas coloniales de las distintas naciones, y en todo encontraréis la confirmación a estas palabras.

Por más que queramos definir el protectorado marroquí, por mucho que ansiemos la paz de Marruecos, de hecho existe un problema militar que solucionar, una guerra en que vencer, y en ella, la inacción y la pasividad conducen irremisiblemente a ser vencidos. No es posible permanecer quietos desempeñando la eterna parodia de un protectorado, que para ejercerse necesita autoridad y fortaleza, ya que una y otra, desde su máximo esplendor (en la primavera del 21) han ido cayendo al compás que crecieron los desplantes y rebeldías del pueblo protegido.

La guerra de Marruecos ha tomado distintos derroteros. No son estos los tiempos "en que sentados en la puerta de casa hemos de ver pasar el cadáver del enemigo", el proverbio árabe se ha esfumado tras las densas nubes de nuestro revés, y la vieja y desacreditada política de atracción, se estrella contra la rebeldía rifeña, que sólo ve en nuestro deseo de paz un seguro temor para la guerra... No es posible sostener el "mito" del llamado estado de paz y operaciones de policía. No olvidemos que siempre los heraldos pacíficos de la nota oficiosa han tenido el triste eco de contratiempos y agresiones, ¡como si el azar quisiera dar un mentís a nuestras palabras! ...

Aquellos procedimientos de atracción y política, útiles y aun necesarios, sometido el enemigo o vencidos sus focos de rebeldía, son perjudiciales cuando en nuestro frente se mantiene latente el fuego de la guerra, los cañones truenan en enorme paqueo, y la arbaia y el fusil acechan desde las barrancadas a nuestros centinelas; toda suavidad y política en esos momentos es dejara impunes las agresiones, y al crear intereses en la guerra se aleja indefinidamente la hora de la paz.

Los sucesos del 21 marcan una revolución en la guerra de Marruecos, el valor efectivo de las unidades ha bajado de nivel y los efectivos antes fuertes para resolver una situación, son hoy reducidos e imponentes. La rota de Annual ha sido fatal enseñanza para los indígenas, y los sometidos de ayer, en su fanatismo rencoroso, creen posible una nueva matanza de arumis y un nuevo triunfo del estado de anarquía.

La historia de Marruecos posee una fuente de enseñanzas reveladoras, de las que en vano nos alejamos. El tiempo corre ..., la historia se repite ..., y lo mismo en las montañas del Atlas que en los riscos del Rif y de Yebala sigue perenne el odio de la raza, y sus rescoldos sólo esperan el viento de un azar para arrancar la llama...

Parece que fue ayer cuando Moha Ben Hamú, caíd de los Zaian, conversa con los notables a las vistas de Marraquex y cuando éstos, celosos de su independencia, le reprochan sus tratos con el Majzen (el gobierno) él les dice: "confiad en mí; la guerra no puede hacerse sin armas, municiones ni dinero y no lo tenemos; el Majzen nos dará de todo y entonces... cuando éste se debilite ... será nuestro día..." y así llegó para las gentes de Kenitra la hora de su independencia, aquella en que las armas del Majzen brillaron con los rojos reflejos del odio berebere y el Gobierno fue impotente para dominarlos... ¿Cuántas  veces después se repitió la historia?... La psicología de los pueblos bereberes, fanáticos e impresionables, imprime grandes cambios en la actitud de las cabilas, y basta un jefe prestigioso o santón melenudo para turbar y aun levantar cabilas y aduares... Aceptan con resignación coránica el mando del más fuerte, pero aprovechan toda ocasión de recobrar su independencia.

La época en que la política, el tiempo y el dinero facilitaban nuestra labor, y la razón parecía acompañar a los prudentes y tímidos en operar, dejó paso a ésta en que la pasividad y la inacción pueden ser un engendro de reveses y contrariedades. No es la guerra oficio de pasivos; en ella encarnan la actividad y la energía, la iniciativa y la voluntad, y los qeu no sientan en la campaña la actividad del bien obrar, los que encubran tras de suicida pasividad su indecisión e ignorancia, los que no acierten a vislumbrar tras el empeño el resplandor de la victoria, o se sientan sobrecogidos por la responsabilidad o el temor, recuerden la máxima napoleónica que dice: "la guerra es un juego serio en el cual se puede comprometer la reputación y el país, y cuando se es razonable se debe sentir y conocer si se ha nacido o no para el oficio", y dejen el paso franco a los más aptos o capaces.

La primavera del año 24 puede abrir un paréntesis en nuestra actuación ...; pero antes de que nuestros economistas nos hagan las cuentas de la guerra, preciso es que apaguemos los focos de rebeldía y en las zonas sometidas reine la tranquilidad y confianza aseguradas por el desarme. De otra manera, el más ligero viento podrá convertir en pavesas nuestro edificio.»


   ATRÁS   



© Generalísimo Francisco Franco. Noviembre 2.003 - 2.006. - España -

E-mail: generalisimoffranco@hotmail.com