LA HISTORIA DE ESPAÑA, DEL PERIÓDICO «EL MUNDO»

Por Luis Carlos.

La Historia, me decían en el colegio, nos ayuda a conocer el pasado para saber comprender el presente y poder planificar el futuro.  Para ello, ese conocimiento del pasado tiene que ser limpio y veraz, ceñirse a los acontecimientos y mantener al historiador como un observador de los mismos y no como un intérprete.

Somos humanos y esa condición nos hace ser parciales a la hora de juzgar lo que sucede a nuestro alrededor.  Pero esa condición de humanos, unida a la de una buena e independiente formación, nos hace al mismo tiempo discernir una cosa de otra, interpretar lo bueno y lo malo, nos da criterio para elegir.

Durante muchos años, tal vez demasiados, los amantes de la Historia, aquellos que tratamos de conocer lo que sucedió verdaderamente antes para interpretar el hoy, tan sólo disponíamos en las librerías de ejemplares de gran divulgación compilados o escritos por Historiadores al servicio del poder establecido. Si queríamos obtener una versión objetiva de un determinado acontecimiento o época, teníamos que remitirnos a libros muy especializados, manuales universitarios u obras de autores extranjeros.

Durante muchos años, tal vez demasiados, Tussell o Cortázar monopolizaban las ediciones, dando una subjetiva visión de la Historia Contemporánea de España, demasiado acomodada a los gustos del Partido de turno en el poder. Al mismo tiempo las grandes editoriales censuraban la obra de Catedráticos de prestigio, obligando en muchos casos a estos a crear sus propias editoriales si es que querían seguir manteniendo su vocación divulgativa.

Durante la primera etapa de poder socialista en España, Manuel Tuñón de Lara, historiador republicano, exiliado durante 35 años en Francia y Catedrático de la Universidad de Pau (prestigiosa donde las haya), se convirtió en el “gurú” de la historiografía hispana. Tuñón y Tussell escribían la Historia a su medida y la divulgaban con la bendición de las más importantes compañías editoriales de España.

Al mismo tiempo y siguiendo la tradición hispana de carecer de escuelas historiográficas serias, venían del extranjero “hispanistas” como Benassar o Gibson, que contribuían con su obra a manipular la Historia al gusto del gobierno de González. Que un francés o un irlandés navegasen por las aguas de la Historia de España en una nave fletada por el gobierno parecía otorgar a sus escritos una objetividad que tal vez podía ponerse en duda en la obra de un español.

Con posterioridad la situación pareció estabilizarse con las aportaciones de Cortázar (Jesuita de tendencias liberales), y las contribuciones inestimables de la Doctora Iglesias o Henry Kamen. Parece que la Historia empieza a interesar de verdad y que los hasta entonces autores de manuales científicos, pasan a convertirse en autores de best-sellers: Carlos Seco Serrano, Luis Suárez, Luis Ribot, etc.

A esta contribución escrita de divulgación histórica se añade la conmemorativa, a través de la encomiable labor realizada por el Dr. Enciso al frente de la Sociedad española de conmemoraciones, cuyas exposiciones han contribuido en gran medida a dar una visión real y no partidista de la Historia de España.

El Diario “El Mundo” conmemora sus 15 años de existencia con una colección de volúmenes sobre la Historia de España. Tal medida divulgativa, debe de  ser aplaudida por aquellos que consideramos que un conocimiento de la Historia de España contribuye a crear las bases de un sentimiento de identidad nacional y de proyecto común.  Pero este objetivo puede verse frustrado cuando quiénes dirigen o contribuyen a elaborar la misma no tienen la objetividad requerida al historiador profesional. García de Cortázar se limita a prologar la obra, pero el sectario Tussell nos ofrece nada más y nada menos que la dirección de 4 de los 20 tomos de que consta la obra.  No pongo en duda la profesionalidad del resto de los colaboradores (Victoria Prego entre otros), pero sí considero que tratándose de una obra divulgativa de primera categoría (el Domingo a las 12 del mediodía se habían vendido todos los ejemplares de el diario a cuenta del volumen que se incluía), bien podían haberse elegido los colaboradores de otra forma.

12 de Septiembre de 2.004.-

 


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