EL INDESEABLE

 Por Alfonso USSÍA

    En mayo de 1991, el charnego acomplejado Carod-Rovira, el hermano de Apeles, publicó una carta abierta a la ETA con el título «ETA, Kataluñatik kampora», cuyo significado es «ETA, fuera de Cataluña». En dicha carta, el indeseable Carod-Rovira no pedía a la banda terrorista inmersa en el nacionalismo vasco que dejara de matar. Solicitaba a los asesinos lo mismo que ha exigido ahora a «Josu Ternera» y «Mikel Antza» en Perpignan, en nombre de un pueblo catalán al que sólo representa en un dieciséis por ciento. Es decir, que no sólo ha humillado y traicionado a los españoles, en general, sino también a los catalanes en particular. En 1991 escribió Carod-Rovira, el «conseller en cap» de Maragall: «Los vascos no sois españoles, de acuerdo, pero los catalanes tampoco, y con acciones como ésta no hacéis más que españolizar Cataluña. Ahora sólo me atrevo a pediros que cuando queráis atentar contra España, os situéis previamente en el mapa». ¿Cómo se puede alcanzar un pacto de Gobierno con semejante canalla, con rata tan nauseabunda?

    El charnego acomplejado, el hijo de un ingenuo guardia civil que procreó más de la cuenta, el «demócrata» que no quiere hablar con el Partido Popular y sí se reúne con los asesinos de la ETA a espaldas de sus propios compañeros de Gobierno, llevaba trece años pidiendo a la ETA que distinguiera entre catalanes y españoles para asesinar con más criterio. Este inmundo político no puede pertenecer al Gobierno autonómico de Cataluña, entre otras razones, porque representa a una muy reducida proporción de ciudadanos catalanes. Este cínico de mierda tiene que ser cesado inmediatamente por el socialista Maragall, si pretende este último que el socialismo en España pueda mantener la esperanza, no ya de gobernar, sino sólo de ser respetado. A este impresentable no le afectan las víctimas que no son de Cataluña. A este pendejo miserable que impone en la presidencia del Parlamento catalán a un individuo que no terminó el Bachillerato y se reúne con asesinos, no se le puede tratar con benevolencias interesadas que son consecuencia de un pacto infame suscrito por los socialistas. No basta con el cese o dimisión del cernícalo. El Partido Socialista está obligado a romper el pacto con los separatistas y alcanzar un acuerdo de Gobierno con los nacionalistas de Convergencia y Unión, aunque pierda la presidencia de la Generalidad de Cataluña, que, lógicamente, tendría que ceder al partido con más escaños en el Parlamento.

    La reacción de Zapatero ha sido floja en un principio y tardía cuando intuyó lo que se le viene encima. Todos contra el PP, incluido en el «todos» a los terroristas de la ETA. A León, Zapatero, y sin abandonar la comarca. Usted no es un canalla como Carod-Rovira, pero empiezo a pensar que es un irresponsable o un tonto. Gobernar a cualquier precio equivale a someterse a la miseria. Ni moral, ni ética, ni estéticamente tiene justificación mantener un acuerdo de gobernación con un individuo de esa calaña y una formación política a la que Companys y Tarradellas repudiarían asqueados en la actualidad. ¿Pacto de progreso con quienes se reúnen a escondidas con los asesinos para pedirles que, de asesinar, lo hagan a quienes no son catalanes? ¿Se han vuelto ustedes locos? ¿Estaba en situación de normal sobriedad el Muy Honorable Pascual Maragall cuando decidió no aceptar la dimisión del energúmeno? ¿Está usted, Zapatero, en condiciones de autoridad para poner orden, sensatez y, sobre todo, decencia en el Partido Socialista?

    ¿Representa Carod-Rovira, el hermano de Apeles, el inventor del Rovira, el contertulio con la ETA, a Cataluña? ¿El dieciséis por ciento de los catalanes es Cataluña? Es de esperar que no. Los votantes catalanes son los primeros que tienen que reaccionar para liberarse de la humillación de ser gobernados por un indeseable.

ABC. 28 de enero de 2.004.-


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