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          de Marzo de 1938. Batalla del Cabo de Palos. 
           
          BATALLA
          DEL CABO DE PALOS Y HUNDIMIENTO DEL CRUCERO «BALEARES» 
           
          por Eduardo Palomar Baró. 
          A principios de 1938
          la Escuadra nacional incorporó a sus filas cuatro ‘cruceros
          auxiliares’, naves mercantes reacondicionadas en astilleros españoles
          y destinadas exclusivamente a la protección de los convoyes. Este año
          tuvo tres características principales en la guerra: se advirtió un
          dominio creciente de la Flota de los nacionales en los teatros de
          operaciones. Se ordenó a la Marina apoyar las operaciones terrestres
          de las fuerzas de Franco, que habían iniciado la toma de los puertos
          del Mediterráneo. Y por último, comenzó la lucha entre los Barcos
          de guerra y las Fuerzas aéreas. 
          En la noche del
          domingo 6 de marzo de 1938, la Escuadra roja, mandada por Luis
          González Ubieta, y compuesta por los cruceros “Libertad” -buque
          insignia-
          y “Méndez Núñez”, y dos flotillas de destructores, zarpa del
          puerto de Cartagena con el propósito de proteger a unas falúas
          que pretendían dar un audaz golpe de mano a la Base aeronaval de Palma
          de Mallorca, y así acabar de un solo golpe con el mayor número
          de buques nacionales. Esta operación estaba apoyada por Indalecio
          Prieto y por el comisario general de la flota, Bruno Alonso. 
          Sin embargo, el plan,
          basado en la infiltración de un cierto número de veloces lanchas
          torpederas soviéticas en la citada bahía, fracasó antes de empezar,
          ya que los técnicos rusos alegaron la mala mar para regresar
          inmediatamente a puerto. González de Ubieta no ocultó que el
          verdadero motivo, en su opinión, había sido la cobardía de las
          tripulaciones soviéticas, acusación a la que los rusos respondieron
          acusándole de derrotista y traidor. 
          
            
            
              
                
                  
                    
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                         Capitán de navío
                        Francisco Moreno Fernández. 
                        
                          
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                            | Contraalmirante
                              Manuel de Vierna y Belando, conversando | 
                           
                         
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                   Dispuesto a
                  aprovechar en lo posible los dispositivos acordados, el Jefe
                  de la Flota y Estado Mayor decidió salir a alta mar para
                  tratar de dar caza al crucero “Almirante Cervera”, que se
                  creía navegaba hacia Cádiz para ser sometido a reparaciones
                  de cierta consideración. 
                  Mientras
                  tanto, la flota del Bloque nacional no permanecía inactiva.
                  La división de cruceros abandonaba el puerto en solitario
                  para prestar protección a un convoy de armamento. El capitán
                  de navío Francisco Moreno Fernández, -que
                  fue nombrado el 30 de julio de 1936 vocal de la Junta
                  de Defensa Nacional, en representación de la Marina, y que
                  actuó como jefe de la flota nacional prácticamente durante
                  toda la contienda-
                  permaneció en tierra, por considerar la operación como
                  secundaria, por lo que el Estado Mayor de la Flota y la
                  insignia de mando se trasladaron al crucero “Baleares”
                  desde el “Canarias”, al mando del contralmirante Manuel
                  de Vierna y Belando.  | 
               
             
            
           
          A las 00:45
          del 6 de marzo de 1938, por sorpresa, las dos flotas se
          encuentran en alta mar, sin sospechar ninguna de ellas la presencia
          del contrario. Temeroso González Ubieta de salir malparado en caso de
          una confrontación, ordena la retirada de sus buques, y el regreso de
          los mismos a sus respectivas bases. 
          Pero poco después, el
          destructor rojo “Sánchez Barcaiztegui” avista de nuevo al
          “Baleares”, que navega acompañado de los cruceros “Canarias”
          y “Almirante Cervera” y de los destructores “Velasco”,
          “Huesca” y “Teruel”, lanzando dos torpedos sin éxito contra
          el “Baleares”, que a la vista del enemigo, sin poder localizar a
          este debido a la oscuridad, decide rodear el convoy para protegerlo en
          lugar de elevar la velocidad para evitar los torpedos enemigos. 
          A las 02:05
          horas, la Flota nacional decide mantener el rumbo, para evitar
          acercarse a la Flota roja. Se detecta al enemigo, y el contralmirante
          Manuel de Vierna ordena el lanzamiento de proyectiles iluminantes, lo
          que fue un error ya que se delató al abusar de esa señalización, así
          como del excesivo uso que se hizo de las señales de los telégrafos
          luminosos, que fueron vistas por la Flota gubernamental. 
          
            
            
              
                
                  
                    
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                         El Canarias trata de
                        evadirse de un bombardeo aéreo enemigo y lo consigue.  | 
                     
                   
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                Estos errores cometidos no reportaron ninguna
                  ventaja para los artilleros del “Baleares”, y sí, en
                  cambio para los del “Libertad” que rápidamente
                  ahorquillaron al buque nacional, el cual abrió un fuego
                  descoordinado, que solamente consiguió señalar con claridad
                  su posición a los destructores enemigos, los cuales lanzaron
                  12 torpedos, dos de los cuales hicieron blanco. El impacto fue
                  fulminante, volando el pañol de municiones de proa y el
                  puente. El “Baleares” a las 02:19
                  horas, se escoró rápidamente y con varios incendios a bordo.
                  El “Canarias”, que le seguía, esquivó los restos, y guió
                  al “Almirante Cervera” fuera de la acción. Por su parte
                  los republicanos abandonaron también el combate. | 
               
             
            
           
            
          
            
              
                
                  
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                       Momento del
                      hundimiento del crucero "Baleares"  | 
                   
                 
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              Mientras ambas Flotas abandonan el lugar, dos
                destructores de la ‘Royal Navy’, “Boreas” y
                “Kempenfelt” ven los proyectiles iluminantes y la explosión,
                dirigiéndose al lugar del combate a toda máquina. A las 03:50
                horas ven el crucero en llamas y a las 04:25
                pueden ya ver a los hombres del “Baleares” en el agua.
                Inician una operación de rescate tan audaz como arriesgada, ya
                que la Aviación roja, con una formación de 9 Tupolev SB-2
                “Katiuska”, trataron de rematar al crucero nacional, que ya
                estaba hundido, lanzando bombas contra los dos destructores británicos,
                que se dedicaban al salvamento de los náufragos, llevándose la
                peor parte el “Boreas” donde hubo un muerto y cuatro
                heridos. Hacia las 7:00 de
                la mañana, con el amanecer, la división de cruceros nacionales
                da media vuelta en busca de sus compañeros, que ya habían sido
                auxiliados por los marinos británicos. | 
             
           
            
          
            
              
                
                  
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                       Tripulación del
                      crucero Baleares,  posa en cubierta para el
                      fotógrafo.  | 
                   
                 
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              En el desastre perecieron 788 hombres,
                entre ellos el contralmirante Manuel de Vierna Belando, el
                comandante capitán de navío Isidro Fontenla Maristany, 6
                jefes, 15 capitanes, 17 oficiales, 10 maquinistas, 27
                auxiliares, 657 marineros, 75 soldados de Infantería de Marina,
                8 flechas navales, 1 capellán, etc. Un grupo de tripulantes se
                hundió cantando, brazo en alto, el himno de la Falange, el
                “Cara Sol”. Fueron rescatados 435 hombres. | 
             
           
          La pérdida del
          crucero, en cuanto se refiere a la parte material, fue escasamente
          compensada por la incorporación del “Navarra” (ex República),
          remozado recientemente en El Ferrol. A partir de marzo, la actividad
          de la flota nacional no decayó en lo que respecta al ataque a las líneas
          de comunicación republicanas y, sin embargo, se restringió el empleo
          de los cruceros en lo referente al apoyo a las operaciones del Ejército
          durante la batalla de Aragón y corte de la zona roja por Vinaroz,
          apreciándose un incremento notable de la eficacia de la Aviación
          nacional contra los mercantes atracados en puertos enemigos. 
          
            
            
              
                
                  
                    
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                         Franco el 31 de mayo
                        de 1938. Revista y arenga a sus marineros  | 
                     
                   
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                   Pese al éxito
                  gubernamental del hundimiento del “Baleares”, disminuyó
                  la operatividad de la Flota roja, quizá debido a los
                  continuos bombardeos aéreos a que era sometida Cartagena;
                  ello permitió incluso la celebración de una revista naval en
                  Vinaroz, presidida por Franco el 31 de mayo de 1938.  
                  El almirante
                  jefe de la Flota roja, Luis González Ubieta, por su
                  actuación en el hundimiento del crucero “Baleares”, fue
                  condecorado con la Placa Laureada de Madrid. Por sus malas
                  relaciones con el comisario general de la Flota, Bruno Alonso,
                  fueron poco a poco disminuyendo su prestigio, viéndose
                  limitado durante gran parte de la contienda a desempeñar
                  cargos más burocráticos que propiamente militares.  | 
               
             
            
           
          En las postrimerías
          de la guerra fue designado comandante militar de Mahón (Menorca),
          desde cuyo cargo realizó una serie de gestiones que condujeron a la
          rendición de la mencionada isla a los nacionales. Embarcó en el
          crucero británico ‘Devonshire’ que lo llevó a Francia. Residió
          en este país hasta la invasión alemana, pasando entonces a Méjico y
          después a Venezuela. Murió mandando un viejo barco mercante, que no
          quiso abandonar tras un naufragio. 
            
             
               
  
           
        
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