La familia del Presidente dispone de todo lo necesario para disfrutar de un verano a todo tren, gracias a los impuestos de los ciudadanos.


VERANEO A CUERPO DE REY


Mirando al mar, vista izquierda de "La Mareta".

Tras asumir la presidencia del Gobierno, los Zapatero han cambiado drásticamente su modo de su vida, y las vacaciones no han sido una excepción. Lejos, muy lejos, quedan ya aquellos días en los que la familia descansaba en el segundo izquierda del Edificio Caudillar de Porto do Son (Pontevedra). Lo mismo ocurre con Almería, Alicante, Granada... Las vacaciones ya no son lo que eran. 

A pesar de que en el comité federal del PSOE del 26 de marzo de 2004, Zapatero hacía participes a sus “compañeros y compañeras” de la necesidad de un comportamiento guiado por  la “austeridad” (“no hablo sólo de frugalidad, de austeridad económica, no sólo de rigor en el gasto. Pido austeridad en el ejercicio del poder”), algunas maneras del Gobierno no parecen haber seguido sus consejos, incluso tras la aprobación del Código del Buen Gobierno del Ejecutivo.

El pasado agosto, los Zapatero aterrizaban en Mahón (Menorca) para pasar unos días de descanso. El presidente llegaba dispuesto a leer, pasear y “nadar un poco”. Como él mismo explicaba, “Sonsoles tenía ganas de venir a Menorca, porque ella había estado alguna vez y le gusta mucho. Yo no podía discutírselo, y mucho menos en esta ocasión”. Se instalaron en la lujosa residencia Santa Bárbara (propiedad del empresario italiano Fabio Berrini) con un barco de más de 12 metros de eslora a su disposición.
"No hablo sólo de frugalidad, de austeridad económica; no sólo de rigor en el gasto. Pido austeridad en el ejercicio del poder", Zapatero (26 - 03 - 2004)

En Semana Santa le llegó el turno al Parque Natural de Doñana (Cádiz), un clásico de los presidentes. Sin embargo, todo apunta a que este año el destino estival de los Zapateros será Lanzarote, a pesar de que Moncloa prefiere no confirmarlo de momento. La paradisíaca isla canaria –perfecta para el buceo- cuenta con encantos ya conocidos por el matrimonio. Allí, en más de una ocasión (Navidades de 2003 y al día siguiente de ganar las elecciones) han disfrutado de unos días de reposo. Concretamente, en Costa Teguise, en el hotel Gran Meliá Salinas, un impresionante cinco estrellas ubicado en la playa de Las Cucharas y de Los Charcos (el único gran lujo de Lanzarote). Es más, si ya de por sí los Zapatero están familiarizados con la zona, su nueva residencia veraniega les resultará aún más cercana, ya que tanto el Gran Meliá Salinas como La Mareta (residencia de Patrimonio Nacional en la que tienen previsto alojarse) cuentan con el inconfundible estilo de César Manrique (1919-1992), artista isleño de reconocido prestigio.

Fachada principal frente al océano.

La mujer de Zapatero, Sonsoles Espinosa, ya habría visitado la isla para ultimar los preparativos de las vacaciones familiares, tal y como se han hecho eco diferentes medios. Sus visitas pasaron prácticamente inadvertidas, y, según comenta una Guardia Civil, se movió “con dos coches oscuritos...”. Fuentes de la isla consultadas por ÉPOCA aseguran que Sonsoles habría visitado La Mareta en al menos dos ocasiones, una de ellas acompañada por una amiga. 

SEGURIDAD

Muy cerca de  La Mareta, un recepcionista de un hotel aseguraba recientemente haber recibido una petición de alrededor de 140 habitaciones por parte de la Guardia Civil. El efectivo del cuerpo en la isla lo componen 243 agentes, por lo que éste podría verse incrementado en más de la mitad por la presencia de los Zapatero. Por su parte, la Policía Nacional dispone de 121 agentes.

UN REY ESPLÉNDIDO

Terracita de "La Mareta"
La Mareta fue un regalo del monarca Husein de Jordania al rey Juan Carlos I en 1991. Cuenta con 10 bungalows, dos piscinas –una en el bungalow principal-, lago, cancha polideportiva, pista de tenis, pantalán (pequeño, como para una zodiac), helipuerto ... En su parte trasera hay un edificio en construcción, hoteles y alguna residencia en los laterales. A su derecha se encuentra el hotel Occidental Oasis, que tradicionalmente se ha ocupado de la intendencia de la mansión durante las estancias allí de la Familia Real.

“Me da lo mismo que venga, a la gente le gusta”, “si viene bien, y si no, también”, “¿qué va a venir el presidente?” ... 

Son comentarios recogidos en Lanzarote a raíz de la visita de los Zapatero. Alguno, más crítico, se pregunta: “¿Qué hay que reformar, si la casa está preciosa?”. Recientemente se generaba una polémica en relación a la visita de Sonsoles Espinosa, y a unas supuestas reformas en la residencia. 

 

Patrimonio Nacional puntualizaba entonces la información precisando que no se habían realizado obras de “acondicionamiento”, sino que “se trata de labores periódicas de mantenimiento, que afectan a las zonas más expuestas a los efectos de la salinidad marina del ambiente, como carpinterías, terrazas, jardinería y piscina”. El pasado sábado 25 de junio por la mañana, una furgoneta (de Pérez Decoraciones) se encontraba en la finca, y al abrirse su portón principal, podía apreciarse la presencia de una hormigonera. ¿Mantenimiento?.

Desde el departamento de prensa de Patrimonio matizan que el acondicionamiento o mantenimiento de La Marea “se finalizarán en las próximas semanas”. Las intervenciones “se han efectuado en los exteriores e interiores de los bungalows”. Hablan de “mantenimiento regular”, pero al ser preguntadas por la última vez que se realizó un acondicionamiento anterior a éste y similar en sus características, responden que la casa “se visita con regularidad. Su acondicionamiento depende de las características de los invitados, de su número y de las circunstancias en las que se realiza la visita”.

Éste será el primer verano, tras cinco años, en que se utilicen todas las instalaciones de La Mareta. El coste del mantenimiento de este ejercicio, según Patrimonio, se encuadra en los Presupuestos Generales del Estado, dentro de los fines ordinarios de este organismo. Sin embargo, explican –sorprendentemente- que “al ser una residencia oficial, y por motivos de seguridad, no se pueden detallar las actuaciones y zonas concretas. No hay ningún presupuesto extraordinario”.

Las mismas fuentes puntualizan que “no se ha incrementado la cantidad destinada para el mantenimiento y acondicionamiento de las residencias oficiales”. Por último, a la pregunta de si son comparables las actividades realizadas en 2005 con las que se emprendieron la última ocasión que Vaclav Havel se alojó en la mansión, responden que “en este último caso, se trataba de un ex presidente, su esposa y un muy reducido séquito concentrado en poco espacio. En el caso actual, se trata de la utilización completa del recinto de La Mareta”...

En enero de 2000, esta residencia fue escenario de la muerte de doña Maria, la madre del Rey. La familia Borbón, el propio monarca, sus hijos, sus hermanas, la infanta Pilar y la infanta Margarita, y los hijos de éstas, decidieron celebrar en la isla la llegada del nuevo milenio. La avanzada edad y delicada salud de Ia –nombre con le que llamaban sus nietos a la madre del soberano- hacían pensar que aquéllas podían ser las últimas vacaciones en su compañía. A mediodía del 2 de enero de aquel año, mientras los Reyes almorzaban en el comedor de La Mareta con el matrimonio Aznar, un asistente personal de la señora comunicó su repentino fallecimiento: la madre del monarca había muerto mientras descansaba en la suite principal de la residencia.

En los mismos círculos, además, la noticia de que Zapatero veranearía este año en La Mareta ha causado una extrañeza añadida: entre las propiedades del Patrimonio Nacional, la residencia lanzaroteño está oficiosamente catalogada como de “uso exclusivo de la Familia Real”, a diferencia, por ejemplo, de la finca de Quintos de Mora o el Palacio de Doñana o las Marismillas, respectivamente utilizados en algún momento por los ex presidentes del Gobierno José María Aznar y Felipe González. Además de acoger a la Familia del Rey en la Navidad de 2000, La Mareta sirvió de refugio a los hijos y nietos del conde de Barcelona tras la muerte de éste en abril de 1993. Además, en La Mareta disfrutaron algunos días de su luna de miel los duques de Lugo. La residencia suele ser lugar de destino de los Urdangarín y también del Príncipe y Leticia, a quienes gusta escapar de incógnito. “Es como si Zapatero se instala en el Palacio de Aranjuez, en Miramar, o si me apura, en el mismísimo Palacio de Marivent...”, comentan las mismas fuentes.

Vista interior de "La Mareta".
Con todo, una de las principales incógnitas que se ciernen sobre el lugar de veraneo de la familia Zapatero es el origen de la iniciativa. ¿Fue el monarca quien, en el curso de una conversación informal, ofreció al presidente la posibilidad de veranear como un rey? ¿Partió la idea de Zapatero? La teoría más manejada –y  con mayor grado de verosimilitud- apunta a que, quizá inducido por el Jefe del Ejecutivo, don Juan Carlos le sugirió Lanzarote con el mismo afán de hospitalidad con que invitó en su día a pasar unos días de descanso en la isla a los ex presidentes Gorbachow o Havel. “El Rey” –comenta a ÉPOCA un suspicaz observador de la realidad política española- “está en un momento en el que necesita el agrado de la clase política en general, y de los socialistas (en el poder), en particular...”. 

En cualquier caso, el uso de la residencia implica una comunicación al Rey por parte de Patrimonio, de modo que el monarca ya estará al tanto del exclusivo viaje de los Zapatero.

® Revista ÉPOCA, del 1 al 7 de Julio de 2005.


© Generalísimo Francisco Franco. 04 de Julio de 2.005.


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