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Actualizada: 16 de Julio de 2013.    

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 Memoria Histórica


 Franco acabó con la deuda del Barcelona

Por Bernardo Salazar

Por su interés reproducimos íntegro el artículo de Bernardo Salazar , cuando la recalificación de la Ciudad Deportiva del Real Madrid hizo rasgarse las vestiduras a más de uno que, ante los hechos expuestos por Salazar, debería haber permanecido callado. Porque como bien demuestra el periodista fue una recalificación autorizada personalmente por el dictador Franco la que en 1965 salvó al F.C. Barcelona de la bancarrota cuando tenía una deuda de 230 millones de pesetas y se encontraba en quiebra por la construcción del Camp Nou.

La posible recalificación de la Ciudad Deportiva del Real Madrid ha reactivado la histórica acusación, proveniente del Fútbol Club Barcelona y su entorno mediático, del favoritismo del Gobierno hacia el club blanco. Joan Castells, vicepresidente primero del Barça, decía hace poco: "Si se concreta la recalificación, el Estado se convertirá en el mejor socio del Madrid". A Castells y a todos los que piensan como él, y a los que no también, Bernardo Salazar les refresca la memoria con este reportaje en el que demuestra como el propio Franco, en 1965, solventó la preocupante deuda del Barça con la recalificación de Les Corts.

El viejo campo de Les Corts

Su demolición y posterior recalificación de los terrenos que ocupaba permitió al Fútbol club Barcelona salvarse de la quiebra económica. 

Primera recalificación.

El engrandecimiento del Barcelona como club en los años cincuenta puso a sus dirigentes ante la necesidad de ampliar Les Corts o construir un estadio nuevo. Aquel equipo de los Ramallets, Basora, Kubala, César, Moreno, Manchón, etc. necesitaba un recinto capaz de acoger toda la expectación que levantaba uno de los mejores equipos de Europa del momento. 

La ampliación o construcción del nuevo estadio abrió un fuerte debate entre el presidente Agustín Montal, partidario de la primera opción, y el que luego sería su sustituto, Enrique Martí, que accedió a la presidencia el 16 de junio de 1952, defensor a ultranza de un nuevo recinto. 

Construcción del Camp Nou.

El Camp Nou comenzó a construirse en 1954. Hasta su inauguración el 24 de septiembre de 1957 era visitado por los socios para ver cómo crecía. 

El 27 de septiembre de 1950 se había firmado la opción de compra de unos dos millones de palmos cuadrados en unos terrenos situados entre la Riera Blanca y la calle de la Maternidad por un precio de 10.092.445 pesetas. A partir de ese momento, dan comienzo las reuniones entre los directivos barcelonistas y las autoridades técnicas municipales. Éstas sugirieron la conveniencia de permutar los terrenos recién comprados por otros situados en la zona terminal de la Diagonal, que en los planes urbanísticos de la ciudad se reservaban para parques, jardines y zona deportiva, ya que los terrenos recientemente adquiridos estaban contemplados en las ordenanzas como zona urbanizable. El 11 de marzo de 1951 tomó posesión el nuevo alcalde de la ciudad Condal, Antonio María Simarro. Con este alcalde y Francisco Miró-Sans como nuevo presidente del Barça, se acordó la primera recalificación. 

Las conversaciones del nuevo presidente y sus directivos con el alcalde y ediles se intensificaron hasta lograr la promesa verbal de las citadas autoridades de que el club podría edfiricar el nuevo estadio en el emplazamiento previsto en el proyecto. Para ello era necesaria la modificación de la urbanización de los terrenos adquiridos tres años antes entre la riera blanca y la Maternidad, mediante la supresión de las futuras calles transversales que atravesaban hipotéticamente los terrenos. el 28 de marzo de 1954, en un acto multitudinario, se puso la primera piedra del nuevo estadio.  

Antonio Mª Simarro

(Alcalde de Barcelona)

Antonio María Simarro fue nombrado alcalde de Barcelona el 10 de marzo de 1951 y fue quien autorizó la reconversión de los terrenos para poder construir el Camp Nou. En el proyecto municipal del (falta)

 

Franciso Miró-Sans

(Presidente del Barcelona)

Convencido de la necesidad de la edificación de un nuevo campo, adjudicó el proyecto a su primo y al arquitecto del Ayuntamiento, señor Soteras, con objeto de que este último facilitase las soluciones de los problemas urbanísticos que la construcción conllevaba.

 

José Mª de Porcioles

(Alcalde de Barcelona)

Alcalde de Barcelona desde 1957, apoyó la recalificación a edificables de los terrenos de Les Corts. Tuvo que vencer la oposición de algunas asociaciones y sus esfuerzos le valieron ser nombrado 'soci d'honor'

 

Torcuato Fdez. Miranda

(Político)

Su amistad con el directivo culé Juan Gich, más tarde gerente del club, le hizo defensor ante el Gobierno de la necesidad de recalificar los terrenos de Les Corts en el consejo de Ministros que tuvo lugar en el Pazo de Meirás el 13 de agosto de 1965

 

Felipe Acedo Colunga

(Gobernador Civil)

Nombrado Gobernador Civil de Barcelona el 17 de marzo de 1951, Acedo ordenó años más tarde el desalojo por la fuerza de los terrenos que ocupaban los arrendatarios legales y las chabolas de inmigrantes para que se pudieran comenzar las obras del Campo.

 

Enric Llaudet

(Presidente del Barcelona)

En 1961 accedió a la presidencia del Club azulgrana y, ante la enorme deuda heredada intentó y consiguió la venta de Les Corts. Para ello utilizó toda clase de influencias, dado que el viejo campo era Zona verde privada.

Segunda recalificación.

En la asamblea general de socios, el 11 de junio de 1955, pudo expresar Miró-Sans su satisfacción: "Conviene decir que no todos los terrenos adquiridos están totalmente libres y a nuestra disposición, puesto que se está desalojando a los arrendatarios y meros ocupantes allí establecidos. A tal efecto hay que hacer constar nuestro más profundo agradecimiento al excelentísimo Gobernador Civil, don Felipe Acedo Colunga, que, siempre a tentoa todo cuanto redunda en la grandeza de Barcelona, se ha percatado perfectamente desde el primer momento de la monumentalidad de nuestros proyectos y les ha prestado siempre el más cariñoso y entusiasta apoyo". 

Pero si hasta las dificultades técnicas y urbanísticas fueron resueltas, restaban las dificultades financieras. Más de 75 millones a corto plazo. 164 millones a largo en obligaciones hipotecarias y 55 millones adeudados a los socios, figuraban en la deuda del club, que ascendía a un total de 230.320.291,9 pesetas.

La solución era vender Les Corts que estaba considerado como zona verde privada. Desechada la propuesta del Español. Desechada la propuesta del Español, tanto en compra como en alquiler, Enrique llaudet se entrevistó con José María de Porcioles, alcalde de la ciudad, solicitando recalificar la situación de Les Corts, el permiso de edificabilidad sobre el mismo y la revalorización para su venta. En los meses siguientes hubo presiones de todo tipo hasta que el 4 de agosto de 1962 el pleno municipal aprobó el necesario cambio de calificación de los terrenos. La operación se justificó con la cesión por el club al ayuntamiento de 1.000 metros cuadrados en la Travesera de Les Corts para permitir su ensanche y otros 4.443 metros cuadrados para construir instalaciones municipales deportivas cubiertas. Asimismo se limitó a 8.000 metros cuadrados la edificabilidad de los 24.000 metros limitados entre las calles Vallespir, Travesera, Numancia y Marqués de Sentmenat. El resto pasó íntegramente a suelo edificable. 

José María de Porcioles fue premiado por el Barcelona con el nombramiento de Soci d'honor en la asamblea barcelonista del 27 de septiembre de 1963. Una zona verde privada se transformaba en zona edificable para la salvación de la economía del Barcelona. 

El 7 de mayo de 1963, en asamblea extraordinaria convocada para tratar como único asunto la recalificación del viejo estadio de Les Corts, los socios culés aprobaron el derribo del estadio, la convocatoria de subasta de los terrenos a partir de 100 millones y la parcelación de Les corts en caso de inexistencia de ofertas. El 17 de mayo el presidente Enric llaudet solicitó al Gobierno civil el permiso para el derribo del viejo campo, que le fue concedido poco después. Esta segunda recalificación, primera sobre los terrenos del viejo Les Corts, solventaba los graves problemas económicos que afrontaba la entidad barcelonista. 

El 16 de septiembre de 1953 Miró-Sans y sus técnicos visitaron el entonces estadio de Chamartín para tomarlo como ejemplo de la construcción del Nou Camp. 

Enric Llaudet sonríe, con el talón en la mano, que sirvió para saldar la deuda económica del Fútbol Club Barcelona.
 

Tercera recalificación 

Pese a la respuesta favorable del Gobierno Civil, todavía surgieron determinados recursos interpuestos por entidades de diversa índole, hecho que motivó que el tema pasara a más altas instancias, a pesar de que el 25 de febrero de 1965 la Dirección General de Urbanismo diese por válido el cambio de calificación de los terrenos.

El entonces directivo del Barça, Juan Gich, más tarde Delegado Nacional de Deportes, recurrió a su entrañable amistad con Torcuarto Fernández Mirada para que el 13 de agosto de 1965 se consiguiera el visto bueo de todo este asunto en el Consejo de Ministros, que bajo la presidencia de Franco tuvo lugar en el Pazo de Meirás. 

En el Boletín Oficial del Estado número 228, fechado el 23 de septiembre de 1965, aparece el Decreto 2735/1965, de 14 de agosto, por el que "se aprueba el cambio de uso de una zona verde del Plan Parcial de Ordenación Urbana de la Zona Norte de la avenida del Generalísimo Franco, entre las plazas de Calvo Sotelo y del Papa Pío XII, de Barcelona".

Al pie del mismo figuran las firmas de Martínez y Sánchez Ajona (Ministro de la Vivienda) y Francisco Franco. 

El Boletín Oficial del Estado, en su número 228, fechado el 23 de septiembre de 1965, aparece el Decreto 2735/1965 por el cual "el Ayuntamiento de Barcelona, en sesión celebrada el día cuatro de agosto de mil novecientos sesenta y dos, adoptó por unanimidad el acuerdo de aprobar inicialmente, con ciertas condiciones reflejadas en dicho acuerdo, el Proyecto de "cambio de uso y ordenación de volumenes de la supermanzana limitada por las calles de Vallespir, Travesera de Las Corts, Numancia y Marqués de Sentmenat" presentado por el Club de Fútbol Barcelona. Esta zona estaba calificada en el Plan Comarcal como zona verde de carácter privado, y en el Plan Parcial de la zona Norte de la Avenida del Generalísimo Franco, entre las plazas de Calvo Sotelo y del Papa Pío XII, aprobado por Orden del Ministerio de la Vivienda de uno de junio de mil novecientos sesenta y tres como zona verde privada, compatible con el uso deportivo. 

El decreto, como es preceptivo, venía firmado por el jefe del Estado, el Caudillo Francisco Franco, lo que hacía desaparecer todas las dudas existentes sobre el acuerdo definitivo de recalificación de los terrenos del viejo Les Corts. 

Poco después, sin la misma publicidad que obtuvo José María Porcioles, Torcuato Fernández Miranda y Hevia ingresaba en la relación de los socis d'honor blaugranas. Treinta y tres días más tarde se acordaba la venta del entrañable Les Corts con don José Sabata Anfruns por un total de 205 millones de pesetas. Lo que sucedió después es otra historia. 

No han pasado tantos años para que todo esto se haya olvidado.

Los organismos públicos, en todo tiempo y lugar, han procurado favorecer a las entidades representativas de su ámbito territorial

Franco recibió dos medallas del Barça

El día 13 de octubre de 1971 cuando acudieron en audiencia los directivos del Barça para agradecer la subvención a fondo perdido que la Delegación Nacional de Deportes había concedido al club barcelonista. Nada menos que 43 millones de pesetas, para construir el Palau Blaugrana (21 millones) y el Palau de Gel (22 millones).

Ese 13 de octubre se entregó a Franco, a Fernández Miranda y a Gich la Medalla de Oro conmemorativa de las inauguraciones de los Palaus que tendrían lugar los días 23 y 31 siguientes. Franco recibió asimismo un álbum de fotografías de las obras realizadas, cuya presidencia de honor le había sido concedida meses antes. Quien lo dude, que repase el reportaje de la revista Barça.

Entrega segunda medalla

Los periódicos del 28 de febrero de 1974 publicaron la fotografía de Franco con la directiva del Barça. Además, se veía en la misma a Utrera Molina (ministro secretario del Movimiento), Juan Gich (delegado nacional de Educación Física y Deportes), José Luis Pérez-Payá (presidente de la Federación Española de Fútbol), Pablo Porta (presidente de la Federación Catalana) y hasta diecisiete personas más. Montal pronunciaría su discurso y antes o después (no conozco el protocolo) entregaría a Franco la Medalla de Oro del 75 Aniversario del club azulgrana.

Así lo refleja La Vanguardia Española

Pero ese día 27 también acudió la directiva del Barça al despacho ministerial de la Secretaría General del Movimiento en la madrileña calle de Alcalá.

"Esta mañana, el ministro secretario general del Movimiento recibió a la junta directiva del Fútbol Club Barcelona, presidida por don Agustín Montal y acompañada por el delegado nacional de Educación Física y Deportes, don Juan Gich. A la entrevista asistieron el presidente de la Federación Española de Fútbol, señor Pérez Payá, y el de la Federación Catalana, don Pablo Porta.

Motivo de la visita era el 75 aniversario del Club azulgrana y el ofrecimiento de la medalla conmemorativa de la inauguración del Palau Blaugrana y de su pista de hielo.

En el curso de la audiencia, el presidente del Barcelona agradeció todas las ayudas que ha recibido de la Delegación Nacional de Educación Física y Deportes ...

El ministro secretario general del Movimiento respondió al presidente del Barcelona diciendo que era para él un honor poder recibir y conversar ampliamente con los directivos del Barcelona por todo lo que el club representa en la vida deportiva nacional, y puso de relieve los valores deportivos y culturales de Cataluña. El pueblo catalán, dijo, tiene un sentido aristocrático de la calidad, que le hace capaz de unas sensibilidades y ofrecimientos abnegados. Destacó como modélica la labor de la junta directiva barcelonista, que ha dado palpables muestras de empuje y dignidad y a la que acompaña un amplio espíritu deportivo en una actividad, como es la del fútbol, y el Barcelona, que constituye y debe seguir siendo protagonista de integración social...".

 


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