LA IGLESIA Y JUAN PABLO II

Por Ana María Obregón.

A los clásicos anticatólicos, los casi cinco millones de personas que acudieron 
a los funerales de Juan Pablo II se les "atragantaron", no se explican el poder 
de convocatoria de éste Pontífice ni de su Iglesia, pese a la campaña de permanente 
acoso y derribo hacia ella. Apelan a las riquezas Vaticanas, que realmente son 
artísticas, pero callan el inmenso bien humanitario y espiritual que ejercen entre los
pobres los 200.000 misioneros que hay esparcidos por el mundo, 20.000 
de ellos, españoles, mayoría, mujeres, que atienden las necesidades de 
pueblos enteros en los más ignotos lugares, atendiendo a enfermos de sida, 
leprosos, en hospitales, escuelas, etc. Todo, por seguir el Mensaje de amor 
de Cristo, predicando su Reino en éste mundo. No existe institución que 
trabaje más por los desfavorecidos. A ver qué partido, sindicato u ONG ofrece 
tal magnitud de ayuda a tiempo completo y gratuitamente. 

 

Y qué decir del futuro San Juan Pablo II: 133 países visitados, 5 de esos 
viajes fueron a España, en Manila llegó a concentrar a cuatro millones de jóvenes, 
ha canonizado a 477 nuevos santos, escrito 3 libros y 14 Encíclicas. Ha sido el 
primer Papa en visitar una sinagoga y una mezquita. En 26 años y cinco meses, 
ha ganado el cariño de la humanidad. La guía de su vida fue Cristo, la Virgen 
María y la adoración Eucarística, la fidelidad a la Tradición y a los 
Evangelios. Sufrió los totalitarismos nazi y comunista. Trabajó varios años 
de picapedrero en una cantera, quedó huérfano muy pequeño y fue gran aficionado 
al teatro. Una anécdota: se encontraba el día del cónclave donde sería elegido 
264 sucesor de San Pedro a 40 kilómetros del Vaticano con el coche averiado. 
Hizo auto-stop, lo recogió un camionero. Le dió tiempo justo para entrar el último 
como elector Papal. Saldría como Juan Pablo II.

 
10 de Abril de 2.005.-


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