HA ACTUADO EL ESPÍRITU SANTO

 

Por José Luis Muñoz.

Para los que nos consideramos católicos y creemos en la intervención divina por medio del Espíritu Santo, la elección de Benedicto XVI constituye un gran motivo de júbilo. La Iglesia tiene al frente un nuevo Papa, un nuevo Vicario de Cristo en la Tierra, el sucesor de Juan Pablo II, al que en un futuro no muy lejano veremos en los Altares.

Es lamentable, y patético que no habiendo sido todavía entronizado el nuevo Papa, se alcen al unísono, como un coro ensayado, las voces histéricas de la Izquierda política y mediática injuriando gravemente al Vicario de Cristo.

La osadía de algunos políticos parece no tener límite y en el cúmulo de despropósitos oídos últimamente, destaca la simpleza de Llamazares, afirmando sin el más mínimo rubor que " el Espíritu Santo se ha equivocado en la elección del nuevo Papa ". Se ve que no ha consultado al coordinador de Izquierda Unida, - que se debe considerar superior en  sabiduría e inteligencia a la Tercera Persona de la Santísima Trinidad -, sobre la persona que debería figurar al frente de la Iglesia Católica.

La infamia de la izquierda española evidencia que los católicos tenemos al timón de la barca del pescador, a un hombre íntegro, que ama profundamente a Nuestra Señora la Virgen María, el Buen Pastor que cobija a sus ovejas y que abierto al diálogo sabe ser guardián de la Fe y Doctrina Católica en los tiempos tan difíciles que nos tocan vivir.

Es indignante que personas ateas, agnósticas, que no pertenecen a la Iglesia Católica y que la odian profundamente, se permitan la desvergüenza de tratar de imponer los criterios morales que han de regir la vida de los católicos, con el sofisma de que al no adaptarse al ritmo de los tiempos, se va a originar una gran deserción de fieles. Se pretende conseguir una Iglesia a la carta, que reniegue de sus principios y dé carta blanca a las aberraciones morales del aborto, la eutanasia, la homosexualidad, el uso del preservativo con la consiguiente promiscuidad sexual que elimina los dones preciosos de la virginidad y la fidelidad matrimonial, que niegue la indisolubilidad del matrimonio, etc.

Actualmente a nadie se le obliga a ser católico, es un compromiso libre y personal y por tanto, respetuoso y cumplidor de las normas morales vigentes que han sido instituidas por Jesucristo. Que la tarea es difícil es evidente y que las caídas son posibles también. Por eso vino al mundo el Hijo de Dios, para dar su Vida por la salvación de todos los hombres  y para el perdón de los pecados instituyó el Sacramento de la Penitencia.

Que la Iglesia haya permanecido durante más de 2000 años, superando persecuciones sangrientas, graves cismas,  errores e imperfecciones humanas, demuestra la evidencia de la Presencia Divina al contrario de los grandes Imperios y Naciones que tras un periodo más o menos largos de vigencia, han ido desapareciendo a lo largo del tiempo. Así será hasta el final de los tiempos, cuando en toda su Gloria y Majestad vuelva Jesucristo, nuestro Salvador.

 

21 de Abril de 2.005.-


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