UN TEÓLOGO LLAMADO JOSÉ BONO 

 

Por Luis Carlos.

Durante unas semanas la Iglesia Católica ha recuperado la Universalidad en un mundo laico. La ejemplar muerte del Papa Juan Pablo II y la elección de Benedicto XVI han llevado al Vaticano a convertirse en el centro de atención del mundo y por lo tanto a ocupar buena parte de los informativos televisivos y radiofónicos y de la prensa escrita.

España no ha permanecido ajena a la marea informativa de estas semanas y, en un Estado teóricamente Católico aconfesional pero en la práctica laicista y ateo, se hacía necesaria la presencia en los medios oficiales de algún portavóz extraoficial del gobierno en materia religiosa. Para ello, y como viene siendo costumbre del ejecutivo ZP, echaron mano del Ministro de Defensa José Bono. El que fuera Presidente de Castilla-La Mancha durante varios lustros, parece ser la cara patriota y religiosa del conglomerado surealista que forma el actual gobierno de España. Cada vez que se habla de banderas, de patrias, de religión o de familia, aparece este personaje ante los medios sentando cátedra. El Presidente utiliza a su Ministro de Defensa como "chico para todo" cuándo se trata de intentar contentar a un amplio sector de la sociedad que se siente profundamente español y católico (ambos conceptos no tienen que ir necesariamente unidos).

Resulta especialmente curioso ver la interpretación esperpéntica que José Bono hace de su sentimiento religioso. Hace unas semanas, en un programa de dudosa imparcialidad del ente público RTVE, José Bono compartía entrevista con Fran Rivera Ordóñez y exponía cuál es su Iglesia Católica y cuál no lo es. Haciendo uso de los más demagógicos argumentos, se declaraba católico practicante y defensor de la Teología de la Liberación. La ensalada mental de este personaje es digna del gobierno al que pertenece, aunque con el agravante de que pretende ser la cara conciliadora del régimen zapateril para con los amplios sectores tradicionalmente católicos y profundamente españoles que conforman el electorado español, tanto de un signo como de otro.

Benedicto XVI en la homilía de la Misa anterior al Cónclave en el que fue elegido Cabeza de la Iglesia, habló del relativismo que invade la sociedad actual. Un relativismo por el cual cada uno nos construímos una Iglesia a la medida de nuestras creencias o más bien de nuestra moral, para de esta forma apartar de nuestras conciencias cualquier sentimiento de pecado o de culpa. Reconocer que somos pecadores porque somos humanos es el primer paso que debemos de tomar los Católicos. Intentar que la Iglesia cambie a la medida de nuestras concepciones morales es un absurdo. José Bono es un católico relativista, ya que si fuese un Católico de firmes creencias, no formaría parte de un gobierno que aboga por el aborto libre, el divorcio express o los matrimonios homosexuales con adopción de niños incluído.

El señor Bono es un esperpento, un digno ejemplar de la ensalada de cerebros contaminados que nos gobierna y, puede ser, que el peor de todos, porque encima parece erguirse en portavoz de los católicos españoles, cuándo nadie votó al PSOE para que nos dotase de un intérprete teológico de la doctrina socialista. Probablemente tiene razón cuándo dice que su padre era mucho mejor que él, por lo menos más consecuente seguro.

En cuanto a la concepción de España que dice defender,.......mejor dejarlo para otro capítulo.

 

02 de Mayo de 2005.-

 


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