El Ebro

 

Por Alfonso Ussía

El Ebro es el Íbero, la gran arteria de Iberia, de España. Labordeta, Marcelino Iglesias, Maragall y Carod-Rovira lo quieren para ellos. Que se fastidien los que tienen sed. Castellanos-manchegos, valencianos, murcianos y andaluces. Es lo que llaman los socialistas «solidaridad». No han pensado que en Castilla-La Mancha, en Valencia, en Murcia y en Almería, los perjudicados van a ser todos los agricultores, muchos de ellos también socialistas. El Ebro es, ante todo y sobre todo, Cantabria. Allí nace y se hace río. Castilla lo enriquece. Creo que el primer afluente castellano del Ebro es el Rudrón, un río tronante y bellísimo que descarga toda su riqueza y su poder en el cauce mayor por Quintanilla de Escalada, uno de los últimos enclaves castellanos anteriores al puerto del Escudo, puerta de La Montaña. El Ebro es Cantabria y Castilla. Y también Navarra, y La Rioja, y Aragón y Cataluña. No he oído jamás a un portugués que afirme que el Tajo pertenece a Portugal, a la Beira Baixa, a Ribatejo, a Estremadura, y finalmente, a Lisboa. Claro, que Labordeta no es portugués, ni Carod-Rovira, ni Marcelino Iglesias, para fortuna de Portugal. Pero aquí, en España, impera el cainismo, y el agua que viene de otras regiones se la quieren apropiar dos comunidades. Ustedes me la nacen, ustedes me la aumentan, ustedes me la enriquecen y nosotros la disfrutamos. Después la perdemos a chorros y a la mar la entregamos, porque si el delta disminuye su capacidad sufren las garzas, los patos, las fochas y los calamones. Además, que eso no es lo fundamental. Lo importante es que Labordeta no quiere que se trasvase el agua del Ebro, y es capaz de componer una canción-protesta de lo más reivindicativa. Eso, y que la cante en Murcia.
   Claro que tienen sed y derecho también los aragoneses y los catalanes. También los catalanes del área metropolitana de Barcelona que se verían beneficiados por el trasvase. Nadie ha pretendido nunca arrebatar ni un litro de agua del Ebro a Aragón y Cataluña. Lo que se pretendía ¬ya pretensión vana¬, era ofrecer los sobrantes a otras zonas de España cuyas tierras se mueren de sed. Eso que los políticos y economistas cursis llaman «optimizar los recursos». Pues nada, Zapatero ya ha anunciado que su intención es «pesimizarlos». La próxima será declarar a la Virgen del Pilar exclusivamente aragonesa y quitárnosla al resto de los españoles.
   Me figuro, y espero que así sea, que Cantabria, Castilla y León, Navarra y La Rioja tendrán algo que decir en este asunto. Que no sólo son dignas de atención las quejas de Iglesias, Carod-Rovira, Maragall y el de la mochila. Al de la mochila parece habérsele olvidado la tristeza y devastación que ha visto en la España sedienta. Bonito programa el de la mochila, y bien remunerado, supongo. Imágenes y dicción emocionantes. Pero el agua es suya. Ya lo ha conseguido. Los sedientos seguirán sedientos. Enhorabuena.
 

La Razón. 17 de Abril de 2.004.-


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