La Proclamación de la II República:14 de Abril de 1931.


FRASES, DISCURSOS, ARTÍCULOS Y OPINIONES  SOBRE LA REVOLUCIÓN DE OCTUBRE DE 1934

 

Por Eduardo Palomar Baró:

En el pasado octubre de 2004 se cumplieron 70 años de la revolución de octubre de 1934, una de las fechas más tristes, vergonzosas, amargas y negras protagonizada por los socialistas, nacionalistas, anarquistas y comunistas, y que fue el preludio de la Guerra Civil de 1936-1939. La revolución del 6 de octubre del 34 tuvo un destacado promotor, el partido socialista, y dos escenarios principales: Cataluña y Asturias, manifestándose también, pero con menor repercusión y violencia, en otras partes de España.

Vamos a recordar -sin seguir ningún orden cronológico- frases, extractos de artículos, discursos, editoriales de diarios y opiniones sobre tan trágico acontecimiento.

Recordemos que el motivo inmediato de la revolución del 34, fue sin duda alguna, el resultado de las elecciones de noviembre de 1933. Las izquierdas sufrieron una tremenda derrota y las derechas lograron un gran triunfo. La Cámara quedó formada con 212 diputados de derechas, 162 de centro y 98 de izquierdas. El partido socialista perdió casi la mitad de sus diputados, de 116 que tenía en 1931 se quedó sólo con 59. Pero hay que añadir, para ser fieles a la verdad, que los propósitos revolucionarios del partido socialista eran anteriores a estas elecciones.


Largo Caballero en un acto celebrado el 21 de abril de 1934.

Ante sus oyentes se expresaba de esta forma: “En España van a ocurrir hechos de tal naturaleza, que es preciso que la clase trabajadora haga manifestaciones que justifiquen su acción en el porvenir, porque esa actuación corresponderá a la que ahora se sigue con nosotros. Es indudable que, en un momento determinado, el proletariado se pondrá en pie y procederá violentamente contra sus enemigos”.

“La Ciudad y los Campos” de Segovia escribía en febrero de 1934 sobre la ateización progresiva de los niños y adultos por el Instituto y Escuela Normal de Maestras y otras escuelas.

“Ateos jactanciosos y políticos de rabioso izquierdismo van sembrando en el alma de los alumnos el desprecio a la Iglesia católica y el veneno revolucionario del marxismo. Hoy es una cuchufleta; mañana, una irreverencia y hasta una blasfemia; otro día, una pregunta impertinente; más tarde el consejo de que lean tan sólo libros, todos precisamente anticatólicos”.

“Renovación” del 25 de agosto de 1934.

“Para los trabajadores campesinos es de suma importancia en estos momentos decisivos perfilar su situación en la próxima insurrección de la clase trabajadora... ¿Programa de acción?... Supresión de todas las personas que por su situación económica o por sus antecedentes puedan ser una rémora para la revolución. Supresión total de las fuerzas de Asalto. No la eliminación de jefes y oficiales sospechosos, sino la destrucción total. El aniquilamiento y la aplicación de Tribunales populares a todos los individuos del Cuerpo, para que respondan de su actuación dentro del Estado burgués. Muchas sentencias habrá que firmar. Estamos seguros de que antes y después los jóvenes socialistas, con entusiasmo, estarán dispuestos a darles cumplimiento”.

“El Socialista” en su sección editorial del 27 de septiembre de 1934.

“El mes próximo, puede ser nuestro octubre, nos aguardan días de prueba y jornadas duras; la responsabilidad del proletariado español y sus cabezas directoras es enorme. Tenemos nuestro ejército a la espera de ser movilizado. Y nuestra política internacional. Y nuestros planes de socialización...”


Los socialistas adquieren armas en el extranjero.

Los anuncios de que un estallido revolucionario se avecina se hacen ya sin esbozo. En los diarios izquierdistas no falta ningún día el aviso catastrófico. Las milicias marxistas efectúan concentraciones y prácticas militares pese a todas las órdenes prohibitivas. “El Socialista”, el día 7 de julio de 1934 dice “que iban uniformados, alineados, en fina formación militar, en alto los puños impacientes por apretar el fusil.... Los discursos los constituyeron palabras que son disparos, frases que eran una consigna... En el ánimo de los oyentes, un pozo de odio imposible de borrar sin una violencia ejemplar y decidida”.


Circular a las Juventudes socialistas del 18 de julio de 1934.

“Estimados camaradas: ¡Salud! Ya habréis recibido las consignas de hoy; os las ampliaremos con las últimas noticias que acaba de enviarnos la Ejecutiva del Partido socialista. Como sabéis, este partido es quien lleva directamente la cuestión del material. A este Comité central acaba de llegar una comunicación que dice así: “El último del pasado fueron adquiridos a M. Henri Brottier, representante de la C. H. C. W., de Praga, en París, una buena cantidad de armas, que llegaron por vía aérea a un pueblo de Salamanca. Estas fueron traídas en parte, y por cierto, queda más remesa, que traerá nuestro camarada Jiménez Gil. A vosotros se os surtirá de lo necesario, especialmente a las vanguardias juveniles. El armamento, modernísimo, es el mismo que utiliza el partido en Francia, a quien también surte el señor Brottier, figura destacada con el grado 33 de la masonería de París, y cuya preponderancia política, va unida a las mayores actividades de los partidos de izquierda. Es gran amigo del socialismo internacional...”


Declaración del Comité Nacional de la Unión General de Trabajadores (UGT) del 31 de julio de 1934.

“Ni en los peores tiempos de la Monarquía, se ha conocido mayor divorcio entre los trabajadores y la actuación de los Gobiernos desde que subió al Poder el señor Lerroux... No sirven protestas platónicas contra el terror blanco actual, y el Comité Nacional de la U.G.T. procurará que la clase trabajadora organizada realice un supremo esfuerzo para dar término al régimen de excepción en que se vive. Recomendamos la más completa unión para fines concretos y definitivos”.


Frenesí antiespañol de Ventura Gassol Rovira.

El escritor y político catalán, colaborador íntimo de Francesc Macià, con el que participó en 1926, en el fallido intento de invasión de Cataluña desde Prats de Molló. Al instaurarse la Generalitat de Cataluña fue nombrado consejero de Política y, después, de Cultura de dicha institución. En un homenaje organizado por el Estat Cátala a Miguel Badía -jefe y organizador de los “escamots” y protagonista de los episodios más escandalosos del mes de septiembre, ex jefe de Seguridad del Gobierno autónomo, cuya dimisión impuso Samper-, Ventura Gassol vomitó toda su hiel antiespañola con párrafos como estos: “Un odio glorioso arrasa una montaña. Nuestro odio contra la vil España es gigantesco y loco, grande y sublime: hasta odiamos el nombre, el grito y la memoria, sus tradiciones y su puerca Historia... Y hasta sus propios hijos maldecimos... Estad alerta: el que tenga hoz, con la hoz; el que tenga herramientas, con ellas; el que sepa manejar el volante, dispuesto a ir al coche o al avión”.


Irritación de las izquierdas contra el nuevo Gobierno.

El “Mundo Obrero”, al tomar posesión de su cargo el nuevo jefe del Gobierno el 4 de octubre del 34, se expresa así: “La única salida de esta situación es la que preconiza el partido comunista; Gobierno obrero y campesino, conquista del Poder para los trabajadores de la ciudad y del campo. Pero sin olvidar que este Poder no se pide, sino que se conquista”

El órgano comunista, el “Heraldo de Madrid”, escribe: “Ya no tiene remedio: la CEDA, el adversario más temible, por encubierto y sinuoso, de la República, ha entrado a participar en su gobernación. Pese a todas las abrumadoras apariencias hemos esperado hasta el último instante. La República del 14 de abril se ha perdido tal vez para siempre. La que hoy inicia su vida no nos interesa. Puede llamarse República o Monarquía o como más le convenga. Se puede aspirar al rescate de lo que todavía alienta, y a nuestra República, la conceptuamos ya exánime”.

L´Humanitat, órgano de Lluís Companys, teme que cualquier impaciencia lo eche todo a rodar: “En esta hora decisiva, por lo que a nosotros toca, reclamamos una vez más de nuestro pueblo una inexorable disciplina. Todo el mundo quieto en su sitio. Si hubiese que dar una orden, la que fuere, sería dada por quien tiene la responsabilidad de la vida y la libertad de Cataluña: el Gobierno de la Generalitat”. El día 3 se celebró en Barcelona una manifestación tumultuosa de protesta contra la anunciada participación ministerial de la CEDA, con una bandera roja y un cartel en el que se leía: “La Juventud Comunista Ibérica amenaza con destruir por su cuenta las organizaciones fascistas, si no lo hace el Gobierno”.

El día 5, el editorial de L´Humanitat daba la consigna: “Cataluña está pronta. Revindiquemos para ella el lugar el lugar de honor en las horas que vienen. Ha llegado el momento de la movilización; que cada uno ocupe su puesto, el arma al brazo y el oído atento a las órdenes. La Generalitat dirá la palabra necesaria”.


Companys proclama el “Estat Català” dentro de la República Federal Española

A las 20 horas del 6 de octubre de 1934, aparece Companys en el balcón central de la Generalitat ante una muchedumbre que abarrota la plaza de San Jaime y las calles adyacentes. El Presidente Companys pronunció en catalán las siguientes palabras.

«¡Catalanes!: Las fuerzas monarquizantes y fascistas que de un tiempo a esta parte pretendían traicionar a la República han conseguido su objetivo y han asaltado el Poder. Los partidos y los hombres que han hecho públicas manifestaciones contra las menguadas libertades de nuestra tierra y los núcleos políticos que predican constantemente el odio y la guerra a Cataluña, constituyen hoy el soporte de las actuales instituciones. Los hechos que se han producido dan a todos los ciudadanos la clara sensación de que la República en sus fundamentales postulados democráticos se encuentra en gravísimo peligro. Todas las fuerzas auténticas republicanas de España y los sectores socialistas avanzados, sin distinción ni excepción, se han alzado en armas contra la audaz tentativa fascista. La Cataluña liberal, democrática, republicana, no puede estar ausente de la protesta que triunfa por todo el país, ni puede silenciar su voz de solidaridad con sus hermanos que en tierra hispana luchan hasta morir por la libertad y el derecho.

Cataluña enarbola su bandera, llama a todos al cumplimiento del deber y a la obediencia debida al Gobierno de la Generalitat, que desde este momento rompe toda relación con las instituciones falseadas.

En esta hora solemne, en nombre del pueblo y del Parlamento, el Gobierno que presido asume todas las facultades del Poder en Cataluña, proclama el Estado Catalán en la República Federal Española y establece y fortifica la relación con los dirigentes de la protesta general contra el fascismo, los invita a establecer en Cataluña el Gobierno provisional de la República, que hallará en nuestro pueblo catalán el más generoso impulso de fraternidad en el común anhelo de edificar una República Federal, libre y magnífica. Aspiramos a establecer en Cataluña el reducto indestructible de las esencias de la República. Invito a todos los catalanes a la obediencia al Gobierno y que nadie desacate sus órdenes, con el entusiasmo y la disciplina del pueblo.

Nos sentimos fuertes e invencibles; mantendremos a raya a quien sea, pero es preciso que cada uno se contenga, sujetándose a la disciplina y a la consigna de los dirigentes. El Gobierno desde este momento obrará con energía inexorable para que nadie trate de perturbar ni pueda comprometer los patrióticos objetivos de su actitud.

¡Catalanes! La hora es grave y gloriosa. El espíritu del presidente Macià, restaurador de la Generalitat, nos acompaña. ¡Cada uno a su lugar y Cataluña y la República en el corazón de todos!

¡Viva la República! ¡Viva la libertad!»

La multitud enardecida entona “La Internacional”, “Els Segadors” y “La Santa Espina”. Companys es abrazado por los que le acompañan en el balcón, y con gesto preocupado, comenta: “Ahora no podrá decirse que no soy catalanista”. “Veremos que ocurre y en qué termina todo esto...”


“Verano de 1934”. Julián Marías. (“ABC” 15/VIII/1996) (Extracto)

“[...] El verano de 1934 fue seguido, a los pocos meses, por el otoño, con dos nombres funestos: Asturias y Barcelona. En ambos lugares se rompió la convivencia, se negó la “legalidad” que tantas veces se iba a invocar después en vano, muy principalmente por los que la habían desconocido o destruido, se produjeron heridas difíciles de cicatrizar”. [...] En aquel momento, todo era posible. La unidad. Coherencia y libertad de España se podía haber salvado. Todavía no está claro, no consta suficientemente, por qué no fue así. Mi impresión personal es que faltó, por una parte, lucidez; por otra, valor”. [...] Me sobrecoge el temor que vuelva a faltar la lucidez y el valor. Se quieren confundir demasiadas cosas; se quiere falsificar el pasado, lo cual significa directamente falsear y comprometer el futuro. Predominan las complacencias, los temores, el no atreverse a decir la verdad, la aceptación de lo que intelectual o moralmente es inaceptable. Sería imperdonable que se cayese en todas las trampas que se habían ya tendido en el verano de 1934 y que empezaron a funcionar pocos meses después, ensayo general del desastre más grave de nuestro tiempo. Lucidez y algún valor pueden impedir a tiempo que se pierda otra serie de posibilidades que no son las mismas pero me siguen pareciendo maravillosas”.

La revolución de octubre de 1934 fue una de las páginas más negras del socialismo español, reconocido por el propio Indalecio Prieto Tura, quien en su libro Discursos de América. Con el pensamiento puesto en España, Editorial Tollocan, México, D.F., 1944, dice: “Me declaro culpable ante mi conciencia, ante el Partido Socialista y ante España entera, de mi participación en el movimiento revolucionario. Lo declaro como culpa, como pecado; no como gloria. Estoy exento de responsabilidad en la génesis de aquel movimiento; pero la tengo plena en su preparación y desarrollo”.

Salvador de Madariaga, intelectual, catedrático, historiador y político activo en los años de la II República, dejó escrito en su libro “España”: “El alzamiento de 1934 es imperdonable. La decisión presidencial de llamar al poder a la CEDA era inatacable, inevitable y hasta debida desde hacía ya tiempo. El argumento de que el señor Gil Robles intentaba destruir la Constitución para instaurar el fascismo era a la vez hipócrita y falso...»

Al estallar la guerra civil salió Madariaga de España para reintegrarse a su cátedra de Literatura española en la Universidad de Oxford, escribiendo el libro titulado General, márchese usted, en el que hizo gala del contumaz antifranquismo que profesó desde los tiempos de la contienda de 1936-1939, y que sin embargo condenó la revolución de octubre, de esa forma: “Con la rebelión de 1934, la izquierda española perdió hasta la sombra de autoridad moral para condenar la rebelión de 1936”.

 

© Generalísimo Francisco Franco 2005.


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