Javier López
Delgado, de 23 años de
edad, había contraído matrimonio hacía apenas seis
meses.
El agente, pese a haber nacido en Madrid
en 1981, donde vivía con su mujer, pasaba largas
temporadas en la localidad cordobesa de El Viso de los
Pedroches, lugar de residencia de sus familiares. A pesar de
su temprana edad, «era un chico muy trabajador y tenía mucha
ilusión con el puesto que le había tocado», comentaba un
compañero suyo.
El cadáver del agente fue trasladado por
carretera hasta el municipio cordobés, cuyo ayuntamiento
acogió desde las nueve de la noche la capilla ardiente, a la
que acudieron decenas de vecinos de esta localidad de apenas
tres mil habitantes.
Javier López había manifestado su
intención de optar a la compra de una vivienda de protección
oficial en El Viso, donde era muy conocido y querido, y adonde
se trasladaba siempre que podía desde su destino en Rascafría,
donde fue destinado el pasado año 2004.
Entró a formar parte del cuerpo en 2002.
Este mediodía sus restos mortales
recibirán sepultura en el cementerio del municipio cordobés.