MÁS DE 2.500 PERSONAS DESPIDEN AL GUARDIA CIVIL FALLECIDO EN MADRID

 

El grueso de la Comandancia de Córdoba y decenas de militares y policías nacionales acudieron a un sepelio en el que todo el pueblo lloró la muerte de Javier López

ALFONSO ALBA

dolor. El hermano, el padre, la viuda (con chaqueta blanca) y la madre del fallecido lloran la muerte de Javier López.
Un mar de tricornios y uniformes escoltaba ayer el paso del féretro con los restos mortales de Javier López Delgado, el joven guardia civil viseño que perdió la vida en el kilómetro 74 de la carretera de Burgos (A-1) al ser arrollado por un camión, una suerte que corrieron también otros cuatro compañeros. Además de los agentes y los militares, que se cuadraban al paso de la comitiva fúnebre, estaba casi todo el pueblo de El Viso, donde Javier López tenía pensado comprarse una casa para volver en vacaciones con su mujer. 

Más de 2.500 personas ocupaban los alrededores de la parroquia de Nuestra Señora de la Encarnación y, pese al gentío, el silencio era absoluto. Las lágrimas y sollozos de la familia del agente encogían los corazones de los presentes. Javier López deja una viuda de sólo 21 años, quien sacaba fuerzas de flaqueza para acompañar, del brazo de sus suegros, a su esposo en su último viaje a El Viso.

El himno de España –saludado por las decenas de militares, guardias civiles y policías nacionales que habían acudido al sepelio– recibía a la comitiva a las once en punto de la mañana, entre un doblar ensordecedor de las campanas de la Encarnación. Poco a poco y cabizbajos, los viseños comenzaban a reunirse en torno a la iglesia que, aunque no es de las más pequeñas de Los Pedroches, no pudo acoger a tanta gente. En la calle, los rezagados escuchaban el funeral sin hacer ruido y mirándose los unos a los otros con caras de resignación e impotencia por lo sucedido. "Era un chaval muy alegre y con muchos amigos", recordaban, sin poder olvidar a la viuda, "una chica muy joven para tanto sufrimiento".

A la media hora exacta, el féretro –portado por agentes de la Guardia Civil, del Ejército y de la Policía Nacional– salía de la iglesia con rumbo al cementerio. A las puertas de la Asunción la comitiva se detuvo. Sonaba el himno de la Guardia Civil, coreado por los agentes y hasta por los viseños de más edad. Un sonoro aplauso dio rienda suelta a las lágrimas de los presentes.

Camino del cementerio, a medio kilómetro del casco urbano, la amplitud de la calle dejó ver el impresionante número de personas que acompañaban en el dolor a la familia de Javier López. Hasta el helicóptero de la Guardia Civil sobrevoló la comitiva para despedir a un agente cordobés que murió en acto de servicio.

Entre las autoridades presentes en el funeral destacaba el delegado del Gobierno en Andalucía, Juan José López Garzón, que recordó que Javier, junto a sus cuatro compañeros, "ha muerto defendiendo a los ciudadanos, ya que estaban desmontando un control que trataba de proteger a los madrileños, en este caso, y a todos los españoles". Por ello, López Garzón consideró que "la sociedad le debe de estar agradecida, y el sentimiento de dolor que hoy [por ayer] se ha visto aquí, en la parroquia de la Encarnación de El Viso, entre todos los ciudadanos es el sentimiento del conjunto de la sociedad española".

Hasta el funeral se acercaron la totalidad de los mandos de la Comandancia de la Guardia Civil de Córdoba, además del comisario de la Policía Nacional, Federico Cabello de Alba, junto a decenas de agentes de este cuerpo. También se desplazaron hasta la localidad distintas unidades de todos los rangos del acuartelamiento militar de El Higuerón, donde el padre de Javier López es comandante, y de Cerro Muriano.

 

® El Diario de Cordoba. 09 de Marzo de 2.005.-

 

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