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 La
            LOE restringe el derecho de los padres. Adrián
            Fernández. 23/05/2006. La LOE restringe
            el derecho de los padres a elegir el centro que desean para sus
            hijos, e incluso la libertad de los colegios a definir su ideario
            educativo. Discrimina a los centros concertados, mayoritariamente
            católicos, haciéndose el Estado acreedor del derecho o no a que
            reciban fondos públicos, una forma sibilina de desterrarlos, al
            igual que pretende hacer con las clases optativas y evaluables de
            religión católica. Si los 2,2
            millones de alumnos de la escuela concertada pasaran a la pública,
            supondría para el Estado un incremento de unos 30.000 millones de
            euros anuales, pues la pública sale más cara a las arcas
            estatales. La
            LOE no premia el esfuerzo de los alumnos, da libertad para
            "hacer novillos" y pasar de curso incluso con tres
            suspensos. En cambio, el Gobierno quiere adoctrinar en las
            "tesis progresistas", sin contar con el parecer de padres
            ni centros mediante "Educación para la ciudadanía". La
            Ley Orgánica de Educación es un totalitarismo intervencionista
            encubierto. Subir. 
 Falta
            de cultura religiosa. Antonio Quiroga. 23/05/2006 Ante la falta de
            cultura religiosa generalizada que existe, hay gente que cree más
            en el apócrifo Evangelio de Judas escrito casi cuatro siglos después
            de Cristo, de estilo fantástico y legendario, cuyos textos son
            bien conocidos hace siglos por los teólogos, o en el libro
            versionado al cine, El Código Da Vinci,  cuya trama se centra
            en imprecisiones  carentes de argumentación histórica, de
            estilo religión-ficción y con fuertes notas agnóstico-esotéricas.
            
             De los distintos
            libros que componen la Biblia se conservan en todo el mundo unos
            6000 manuscritos, incluidos muchos aparecidos en el mar Muerto en
            1947, que son exactamente iguales a  los que podemos leer
            en el Antigüo Testamento, en sus lenguas originales, hebreo y
            griego.
            
             La veracidad histórica
            de los Evangelios goza de reconocido fundamento histórico-crítico
            por parte de científicos papirólogos creyentes y ateos.
            
             El Nuevo
            Testamento que enseña la Iglesia Católica proviene de los
            tiempos apostólicos, y fueron reconocidos por ella oficialmente unos
            300 años después de Cristo, siendo los mismos que actualmente
            podemos consultar.
            
             Para los que nos
            reconocemos creyentes y tenemos nuestra fe en Jesucristo, la Sagrada
            Escritura es nuestra única fuente donde calmar las ansias de Dios.
            
            
            
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