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LIBRO FIRMAS

SUGERENCIAS

 

 Pensamiento político de un general: FRANCO.


 
La Cruzada.

1. Lucha contra el comunismo internacional

Luchamos por librar a nuestro pueblo de las influencias del marxismo y del comunismo internacionales, que se introdujeron en nuestro país para hacer de España una sucursal del bolchevismo moscovita. Queremos salvar por esta lucha los valores morales, espirituales, religiosos y artísticos creados por el pueblo español a lo largo de una gloriosa historia, y que constituyen la base de nuestra existencia nacional e individual.

(VII-1937: Declaraciones al "Leipziger Illustrierte Zeitung".)

2. Justificación del Alzamiento

El Ejército, secundado por el pueblo y las milicias, se alzó contra un Gobierno anticonstitucional, tiránico y fraudulento, y, cumpliendo lo que preceptúa nuestra ley constitutiva castrense, se erigió en defensa de la Patria, defendiéndola de sus enemigos exteriores e interiores. ¡Sublime precepto que compendia la más augusta y trascendental misión!

(18-VII-1937: I Aniversario del Alzamiento. Salamanca.)

3. La hecatombe de 1936 

En el alborear de julio de 1936, adueñados de los resortes del Poder las fuerzas ocultas de la revolución, no se presentaba otro horizonte que el inmensamente trágico de asistir a la destrucción del más incalculable de los tesoros: el de los valores espirituales de un pueblo.

(18-VII-1937: I Aniversario del Alzamiento. Salamanca.)

4. El Alzamiento militar

Al Ejército no le es lícito sublevarse contra un partido ni contra una Constitución porque no le gusten; pero tiene el deber de levantarse en armas para defender a la Patria cuando está en peligro de muerte.

(19-VII-1937: Declaraciones a "ABC", de Sevilla.)

5. Levantamiento de la nación

La nación, consciente de su destino histórico, se ha levantado para defender las esencias de su vida y, cumpliendo otra vez misteriosos designios, para defender también las esencias de una civilización que nos es común.

(2-VIII-1937: Salamanca.)

6. España y la civilización mundial

Lo mismo que España salvó la civilización mundial en la batalla de Lepanto, ahora ha emprendido, otro acto histórico semejante contra la amenaza presente, no menos peligrosa.

(7-VIII-1937: Declaraciones a "Collier's".)

7. Ante la revolución comunista

Los jefes del Ejército no intervinieron hasta tener la convicción de que solamente su acción podía salvar al país de la ruina completa. Se decidieron a actuar el día que supieron que los elementos extremistas del Frente Popular preparaban una revolución comunista -de tipo soviético- para apoderarse del Poder.

(15-VIII-1937: "La Revue Beige".)

8. Las elecciones de 1936 y el Frente Popular

Las elecciones que precedieron al establecimiento de un Gobierno de Frente Popular, en febrero de 1936, fueron falseadas por los partidos extremistas; obtuvieron electores por la. amenaza y el terror, sea que votaran con ellos, sea que se abstuvieran de votar contra ellos. A pesar de todo, los partidos de derechas tuvieron más sufragios que los de izquierdas. Entonces recurrieron a los grandes remedios, como la anulación de resultados en ciertas circunscripciones y otras prácticas similares, gracias a las cuales los extremistas obtuvieron el Poder. Una vez instalados, en él, les bastó poco tiempo para extender la anarquía y el caos en el país.

(15-VIII-1937: "La Revue Beige".)

9. Lucha en defensa de Europa

Es la lucha en defensa de Europa y, una vez más, cabe a los españoles la gloria de llevar en la punta de sus bayonetas la defensa de la civilización, de mantener una cultura cristiana, de mantener una fe católica y de mantenerlas al estilo de Don Quijote, marchando con su coraje, con su entusiasmo y con sus mejores valores, que son hoy el corazón y la entraña de España.

(1-X-1937: Burgos.)

10. El desenfreno del Frente Popular

Todos los Gobiernos del Frente Popular, todos los Gobiernos de izquierdas que han gobernado España no han estimado y han desconocido el principio de autoridad, dejándose desbordar por elementos más avanzados que ellos mismos. Ha sido así como España fue arrastrada hacia un desorden desenfrenado.

(X-1937: Declaraciones a "Le Figaro".)

11. La victoria, salvación de España

Nuestra victoria significa la salvación de .España y evitar que se convierta en una colonia soviética. Significa una restauración de  la unidad nacional que estaba amenazada por traficantes políticos y por traidores separatistas. España no tiene ningún sueño de locura. Está a gusto en su territorio y sólo aspira a mantener buenas relaciones con todos los países.

(26-XII-1937: Declaraciones al "New York Times".)

12. La salvación de Europa

Nuestra lucha significa la salvación de Europa y que en ella aspiramos a vivir días largos de paz, de una paz compatible con el honor de nuestro nombre y la dignidad de nuestra historia.

(19-IV-1938: Zaragoza.)

13. Paz y amistad internacional

Queremos paz y amistad con todos los pueblos, justamente porque no hemos temido ni tememos la guerra. España puede, en el concierto de los pueblos, por su historia y su desinterés, ser papel principal para la armonía de las naciones.

(18-VII-1938: Declaraciones a la "United Press".)

14. La paz de Europa

Nosotros aspiramos a la paz de Europa y desde el primer momento lo hemos proclamado así. Nuestros enemigos, al contrario, desde el primer día han anunciado que, perdidos, desencadenarían la guerra europea.

Rusia también se lo propone. La España Nacional ha aceptado por ello siempre toda medida justa y equitativa, que, no perjudicándola . sensiblemente, beneficie la paz de Europa y ha colaborado con propuestas sinceras y eficaces.

(27-VIII-1938: Declaraciones a la Agencia "Havas".)

15. Sentido de la Guerra de Liberación

La guerra de España no es una cosa artificial: es la coronación de un proceso histórico, es la lucha de la Patria con la antipatria, de la unidad con la secesión de la moral con el crimen, del espíritu contra el materialismo y no tiene otra solución que el triunfo de los principios puros y eternos sobre los bastardos y antiespañoles.

(27-VIII-1938: Declaraciones a la Agencia "Havas".)

16. Defensa de la existencia e independencia de España

Estamos defendiendo la existencia e independencia de España frente al comunismo tiránico que intentó rusificar nuestra alma. Queremos salvar la continuidad sagrada de nuestra historia frente a los que quieren hacer tabla rasa de los eternos principios que informan la vida española. Queremos asegurar a España, por medio de su Revolución nacional, un porvenir lleno de justicia y prosperidad. Queremos, en definitiva, asumiendo una vez más nuestro papel de adelantados de la civilización, salvar al mundo entero de la ruina fatal y seguro a que conducirá el triunfo del comunismo.

(2-XI-1938: Declaraciones a "La Nación, de Buenos Aires.)

17. José Antonio, ejemplar modelo. El "¡Arriba España!", lema del ideal

El “¡Arriba España!” alcanza los honores de la universalidad. Ésta es la nueva vida del mártir. Fruto de aquella otra, ejemplar y modelo constante para nuestras juventudes.

Educado José Antonio en la severa disciplina de un hogar castrense, templó su carácter en el culto a la Patria, alcanzando la serenidad y fortaleza del soldado.

Su fuerte inteligencia y su sólida cultura dieron a su inspiración dimensión insospechada.

Su fe religiosa y su hondo espíritu cristiano le abrieron los secretos de nuestra historia, descubriéndole su verdadera magnitud.

Soldado y poeta, sintió los nobles afanes de nuestra juventud, las santas inquietudes por la grandeza de la Patria. Esa bendita impaciencia española de los siglos dorados de los que JOSÉ ANTONIO es el espejo.

Por ello vive entre nosotros y nuestra juventud le reconoce como símbolo de sus inquietudes y precursor de nuestro Movimiento.

(29-XI-1938: Radio Nacional, Burgos.)

18. El comunismo, peligro universal.

Luchando contra el comunismo creemos prestar un servicio a Europa, ya que el comunismo es un peligro universal. Si sucumbiéramos, el peligro sería mayor para los demás pueblos.

(XII-1938: Declaraciones al "Journal de Geneve".)

19. El libertinaje y asesinato político

No había libertad, cambiada por el libertinaje de los partidos del Gobierno; no había igualdad, porque la destrozaron los que desde el Gobierno se declaraban beligerantes. No había fraternidad, porque ésta era desmentida por los asesinatos de los hombres políticos de oposición, llevados a cabo por la aprobación y complicidad de las autoridades y del Gobierno.

(4-XII-1938: "Corriere della Sera".)

20. Las masas explotadas y engañadas

Las masas españolas que se rindieron a los fáciles halagos del extremismo izquierdista, del socialismo y del comunismo, para acabar explotadas y engañadas, verán, con mediana luz, que es aquí, en la España Nacional, en nuestro régimen, en nuestro sistema, donde la aplicación de los principios y de las normas auténticamente justos van a tener amplia realización.

(31-XII-1938: Declaraciones a Prensa nacional.)

21. La Cruzada y el pueblo español

Nuestra Cruzada ha sido el Alzamiento que, por segunda vez en nuestra historia, movió a nuestro pueblo a sacudir su decadencia y a alzarse contra lo podrido y lo caduco. y este Movimiento, en el que todos habéis sido actores, unos porque os correspondió el honor del mando y otros porque tuvisteis el deber de la obediencia, reunió bajo nuestras banderas y batallones a muchos que, ajenos a las inquietudes del Ejército, sintieron en su alma prender el santo fuego del amor patrio, arrastrados por el romanticismo de nuestras consignas y la inspiración de nuestros cantos, que hizo posible la victoria, y con ella, la España Una, Grande y Libre de nuestros sueños.

(24-VIII-1942: La Coruña.)

22. Sobre la guerra civil

La guerra civil es un fenómeno excepcional y doloroso. Por divisiones profundas, que los medios políticos normales no bastaron a remediar, nuestro país se vio forzado a la guerra de liberación. Una secesión interior contraria a la unidad, junto al progreso avanzadísimo de los medios de destrucción antisocial, provocaron la reacción de gentes de las distintas ideologías políticas, pero fieles a los principios de la civilización contemporánea. La victoria no fue de un partido; son los vencedores quienes constituyeron y constituyen con el apoyo de incluso una multitud inmensa de los que, por azares de la contienda, no estuvieron junto a ellos, la gran comunidad que libremente rige hoya España. Las doctrinas, las actitudes y los propósitos fueron genuinamente españoles, llenos de originalidad y de aire propio. Quien conozca a España sabe que se la calumnia al suponerla capaz de vivir de la imitación de ninguna política extranjera.

(7-XI-1944: Declaraciones a la "United Press".)

23. La salvación moral y material de España

Nuestro Movimiento vino a salvar a España de su destrucción moral y material, y gracias a él no nos encontramos hoy en el estado en que se debaten tantos pueblos desgraciados del mundo, que si en el terreno material registran las máximas de las hecatombes y destrucciones, es todavía mucho mayor el relajamiento en el terreno de lo moral. No son ya sólo nuestras voces las que se alzan invocando la espiritualidad; son las de los hombres más representativos del mundo las que piden la vuelta de una espiritualidad que en medio de un caos y de unas tinieblas no puede encontrarse más que bajo la luz del Evangelio.

(17-IX-1.945: Álava.- Centenario de Francisco de Vitoria.)

24. La generación que salvó a España del comunismo

En vuestra presencia se atropellan en nuestra mente los recuerdos de una vida dilatada e ininterrumpida de servicios a la Patria. Muchas veces he dicho que nuestra generación es la generación más sufrida que ha pasado por las filas del Ejército español. Desde casi nuestra infancia hemos tenido que enfrentarnos con los peligros y con los días amargos de la Patria. Y hubiéramos tenido el conformismo que tuvieron otras generaciones si nos hubiéramos inhibido y no hubiésemos sentido en el corazón un recio espíritu de rebeldía ante las desgracias patrias; hoy sería España pasto del comunismo y estaría en ruinas, dividida. en reinos de taifas y presos de la más grande de las anarquías. Y es que entre las características de la raza ibérica destaca la de la rebeldía, la de la santa rebeldía por la Patria.

Llegaron las batallas de la paz, terminó la guerra universal, y cuando parecía que debieran llegar para todos los días de una paz fecunda, el mundo da la impresión de estar en vísperas de otra batalla.

(11-X-1948: Sevilla, Capitanía General.)

25. La Cruzada española y el sentido de la Victoria

A través de los años transcurridos se percibe de una manera clara que la Cruzada española no constituyó un episodio más de nuestra vida política contemporánea, un suceso más revolucionario de esos que se pierden entre los episodios de la Historia, sino un verdadero acontecimiento que en el orden nacional enlaza y se asemeja al que los Reyes Católicos realizaron al cambiar el signo de la nación en otra época de revueltas y de turbulencias, rebasando los límites nacionales para tomar naturaleza en el acaecer de lo internacional, al constituir la primera batalla victoriosa que se libró en el mundo contra el comunismo.

Vosotros sabéis muy bien que no se trató de la victoria de un grupo o de una clase, como pretenden hacer ver los cabecillas exiliados. Nuestros Ejércitos fueron compuestos, como vuestra propia naturaleza acusa, por la nación en armas, con sus estudiantes, trabajadores y campesinos, y que si la voz del Alzamiento salió de los cuarteles, y el Tradicionalismo y la Falange respondieron a  aquel grito desde la primera hora con la riada de camisas azules y de boinas rojas a las filas de nuestros Ejércitos, llegó el mar de nuestra juventud desde todos los lugares de España. La victoria fue de todos, y por eso se administró para todos. Sabéis también cómo frente a vuestras trincheras y posiciones, el nervio del Ejército contrario lo constituyeron las brigadas comunistas internacionales, cuyos miembros principales presiden, como ayer aquí, el terror en los países ocupados tras el telón de acero.

(19-X-1952: Segovia.- Congreso de Ex combatientes.)

26. Carácter popular del Alzamiento Nacional

El Alzamiento Nacional tuvo desde los primeros momentos un carácter eminentemente popular y nacional, del que no podía privarle el que hubiera sido dirigido y encabezado por el Ejército, que cumplía así la voluntad de la nación y los sagrados deberes que, como salvaguardia de la Patria, le señalaba taxativamente su ley constitutiva, al establecer su misión de defensa en el interior y en el exterior.

La cuestión no podía presentársele más clara: La Patria no podía ser patrimonio que una generación pudiera inconsciente- mente destruir, sino legado que recibimos de las generaciones que nos precedieron, y que hemos de entregar mejorado y enriquecido a las que nos sucedan. No es sujeto pasivo de los españoles, sino ella la que demanda nuestro servicio y a la que no se puede arrastrar por torpezas o por pasiones al trance de su desintegración o de su hundimiento. Asó lo entendió y refrendó el pueblo español al volcarse en las filas de las Ejércitos nacionales con aquel heroísmo que durante el tiempo que duró la Cruzada derrochó en su servicio.

(17-VII-1956: Madrid.- Consejo Nacional del Movimiento.)

27. La Cruzada y las fuerzas políticas de la Nación

Dos tareas se presentaban desde los primeros momentos a nuestra responsabilidad: la de obtener la victoria, librando a la Patria del yugo de sus opresores, y la de prepararla para que pudiese navegar, próspera y segura, a través de todos los temporales. Frente a una política que destruía, iba a levantarse otra que creaba y que se perfilaba en los principios comunes a las fuerzas políticas que desde la primera hora se pronunciaron solidariamente al lado del Movimiento, y entre las que ocupaban puestos de honor la Falange y el Tradicionalismo, que, movilizando sus mandos y organizaciones, se unieron a las fuerzas militares de nuestros Ejércitos.

Todas las fuerzas políticas de la nación dieron a la Cruzada sus mejores hombres. Los nombres de Calvo Sotelo, José Antonio Primo de Rivera, Pradera, Maeztu y Madariaga, entre tantísimos mártires, constituyen un símbolo de la extensión política que el Movimiento tuvo. La fidelidad a Dios o la distinción en el servicio a la Patria fueron bastante para que tantísimas personas sufrieran cautividad, persecuciones y martirio.

La reacción de la nación igualmente había de tener enorme dimensión y todos los españoles de buena voluntad se unieron con entusiasmo al Movimiento liberador.

No tendría lugar para recordaros todos los hechos gloriosos que la Cruzada entrañó; las numerosas pruebas de heroísmo y de valor de que dieron ejemplo las fuerzas españolas, que la ponían a la altura de sus mejores tiempos y que en gran medida sorprendieron al mundo. El Alcázar de Toledo, el Cuartel de Simancas, la Ciudad Universitaria, Santa María de la Cabeza, Belchite, Alcubierre, el crucero "Baleares", Brunete, Teruel y el Ebro, han quedado para siempre, con otros numerosos nombres gloriosos, grabados en el libro de la Historia.

(17-VII-1956: Madrid.- Consejo Nacional del Movimiento.)  

28. La Cruzada, los alféreces provisionales y la España nueva

Pero la Cruzada nuestra no termina con la guerra, no se acaba; no basta con haber salvado a la patria, no fue suficiente que arrancáramos el laurel de la victoria para poder descansar; es necesario que seamos los guardianes de aquella victoria, los mantenedores de aquella obra; que si logramos hacer que España despertase no fue para que pudiera volver a caer, sino para que marche por el camino de su grandeza, y esto se logra si mantenemos los lazos estrechos, si conservamos nuestra hermandad, nuestro compañerismo, nuestros ideales, si no dejamos que esos ideales perezcan en la lucha por la vida, si sabemos inculcarlos a nuestros hijos, si aseguramos que las generaciones futuras sepan lo que le deben a las generaciones pasadas, y si conseguimos que este Movimiento de la nación hacia su grandeza no sea nunca interrumpido. Y para ello es necesario el. esfuerzo de todos los españoles, y entre todos los españoles principalmente, los esfuerzos de los mejores, de los que tanto se distinguieron, de los que hicieron entrega de sus vidas y de sus seres queridos por esta España nueva.

(26-11-1959: Hermandad Nacional de Alféreces Provisionales.)

29. El sacrificio de Calvo Sotelo y el Alzamiento Nacional

España entera siente y comparte la emoción de estos momentos en que rendimos homenaje a la memoria, siempre presente en nuestros afanes, de quien fue protomártir de nuestra Cruzada. Las grandezas de la Patria se han levantado siempre sobre el sacrificio generoso de los héroes y de los mártires que con sus sangre escribieron las páginas imborrables de la historia, que son ejemplo y estímulo para las generaciones que les siguen. Héroes y mártires constituyen los fuertes eslabones que forman la cadena de nuestra historia, que aseguran la unidad y la continuidad de nuestra nación.

La muerte de Calvo Soteto por los propios agentes encargados de la seguridad fue la demostración palpable de que, rotos los frenos, la nación se precipitaba vertiginosamente en el comunismo. Ya no cabían dudas ni vacilaciones: el asesinato, fraguado desde el Poder, del jefe más destacado de la oposición, unió a todos los españoles en unánime y ferviente anhelo de salvar a España. Sin el sacrificio de Calvo Sotelo, la suerte del Movimiento Nacional pudo haber sido muy distinta. Su muerte alevosa venció los naturales escrúpulos de los patriotas, marcándoles el camino de un deber insoslayable; por ello, Calvo Sotelo vivirá estrechamente unido al Movimiento Nacional.

(13-VII-1960: Madrid.- En la inauguración del Monumento a Calvo Sotelo.)  

30. El sentido social y el ánimo de la Cruzada.

Y es que lo social caracteriza a toda la vida de España; venía ya siéndolo, aunque no se le hubiera dado estado, en la pasión que animaba las viejas luchas políticas: lo social estaba en nuestro ánimo desde que iniciamos la Cruzada. En el año 1938 ya se promulgaba el Fuero del Trabajo, Fuero que como habéis visto, han pasado veintitantos años por él y sigue con la misma lozanía y con el mismo interés que despertó su promulgación. Entonces se reunieron en Burgos unos hombres expertos y doctos, como los que figuran hoy en este Consejo, que redactaron la Carta Magna del Trabajo que inspira toda nuestra legislación laboral. Pero no fue solamente el Fuero del Trabajo el que se alumbro en aquellos días de lucha y de esperanza, sino una importante serie de leyes sociales. En los primeros días del Movimiento nace la Fiscalía de la Vivienda, que se enfrentó con el pavoroso problema de 1a insalubridad de tantas casas y hogares; las disposiciones sobre el plato único, la del Auxilio Social, la ayuda a los combatientes, la creación de Instituto de la Vivienda. Un día tras otro se sucedían leyes y disposiciones eminentemente sociales que proclamaban a la nación el carácter de nuestro Movimiento.

(18-VII-1960: Madrid.- Clausura de Jornadas Técnicas Sociales.)

31. Fuerzas del Alzamiento

Cuando España estaba a punto de desintegrarse, cuando en Rusia se hacían planes para dominarnos y uncirnos al carro de su esclavitud, surgió como siempre en los momentos críticos, la no conformidad de los españoles, levantándose en tierras de Castilla, esta tierra de horizontes amplios, propios a las grandes empresas, el Movimiento de las J.O.N.S., de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista, al tiempo que surgía en otras regiones de España, como Vascongadas o Navarra, el despertar de la Tradición, que se revelaba contra los ataques a su fe.

(24-VII-1961: Cerro de San Cristóbal, Valladolid.- Inauguración del Monumento a Onésimo Redondo.)

1-IV-1964 (25 Años de Paz)

  32. Canarias, exponente de nuestra cultura

Estoy sumamente unido a Canarias. Tengo gratísimos recuerdos de ella. No puedo olvidar cómo allí me prestaron desde los primeros momentos el calor necesario para nuestra Cruzada, así como después de allí salieron muchos compañeros de combate y de armas para la conquista y reconquista de España, y que al mismo tiempo Canarias es siempre el exponente más grande que tenemos de nuestra civilización, cultura y grandeza.

Por estar unido a Canarias desearía poder vivir entre vosotros en aquellas bellísimas islas; pero el trabajo me obliga a no poder ir allí sino de vez en cuando a disfrutar de aquella belleza, aquel clima, aquel aire...

Muchas gracias y muchas felicidades a todos.

(30-IV-1964: Palacio de El Pardo.)

33. Ceuta y la Virgen de Santa María de África

Es para mí una satisfacción el recibiros y que seáis portadores de la imagen de la Virgen de Santa María de África. Ella nos acompañó en nuestros días duros y difíciles en las campañas africanas; Ella presidió la muerte de tantos soldados españoles y Ella fue la que acogió siempre nuestras oraciones y nuestros deseos.

Esta peregrinación que habéis realizado por España, trayendo a hombros la virgen, es una afirmación de fe, de unidad y de confianza. Que ella nos tenga siempre, a España y a todos, protegidos, como protegió a Ceuta en los tiempos de los portugueses, del Alcalde Pedro Menéndez, y acompañó en todo instante a los capitanes y a los gobernadores.

Muchas gracias a todos. ¡Arriba España!

(25-XI-1964: Palacio de El Pardo.)

34. La batalla del Ebro, victoria de todo el pueblo contra la decadencia nacional. El encuentro de España con si misma

Al pasar por estas riberas del Ebro camino de Tortosa y recorrer las tierras de Gandesa, con su disputado vértice Gaeta; las sierras de Pandols y de Caballs, y sus viñedos y olivares, regados por la sangre de tantos españoles, reviví la emoción de aquellos días en los que libramos la batalla más trascendente de nuestra guerra, ya que en ella se decidió para siempre la unidad entre las tierras y los hombres de España.

No constituyó el triunfo de un bando, sino la victoria de toda la Nación; representó el término de una larga etapa de decadencia, el cambio completo a una nueva era de resurgimiento de la Patria, lo que en la razón o en el error todos los españoles ansiaban. Sobre ella se levantaron estos veintisiete años de paz y de resurgimiento. Por eso hemos de agradecer a Tortosa, ciudad mártir de aquella epopeya, que haya querido perpetuar aquella gesta con este grandioso monumento al heroísmo de tantos españoles que con el sacrificio de sus vidas rubricaron el mandato solemne de nuestros muertos.

Yo pido a todos los españoles que mediten ante este monumento sobre las causas que nos condujeron a parecidas batallas interiores al correr de la Historia. Las consignas extranjeras de dividimos, de enfrentar españoles contra españoles, han sido durante el siglo XIX y parte del XX esgrimidas por los enemigos de nuestra Patria y a las que tan bien se prestaron los sistemas políticos que nos precedieron.

De aquí la necesidad imperiosa de que estos heroicos sacrificios estén siempre presentes en nuestros afanes y que sus frutos no puedan jamás esterilizarse. Nuestro Régimen tiene bien probada su eficacia. Comparemos la España actual con la que recibimos; los años prolongados y fecundos de nuestra paz interna, la elevación general del nivel de vida, de renacimiento de nuestros valores morales y espirituales, de justicia social, de resurgimiento industrial y agrícola, de extensión de la cultura, de proyección y prestigio hacia el exterior, de transformación en todos los órdenes de la Patria y de despertar general de la Nación. España, después de dos siglos.. se ha encontrado a si misma.

(21-VI-1966: Acto inaugural del monumento conmemorativo de la Batalla del Ebro.- Tortosa.)  

35. ¿Cómo era España antes de nuestra Cruzada?

¿Cómo era España antes de nuestra cruzada? Una pobre nación venida a menos, ¡a tanto menos! Un noble país al que siglos de decadencia y de servidumbre, siempre a remolque de intereses ajenos, había sumido en la más amarga decepción. El pueblo español, tan rico en virtudes, había llegado a perder la fe en sí mismo y se había refugiado sufridamente en la resignación de los que nada esperan, sin que lograran sacarle de ella voces ni actitudes gallardas, surgidas esporádicamente aquí o allá. La España de 1936, regida por una República en la que nadie creía, sino como puente de transición hacia el caos o hacia la dictadura comunista, era una España en trance de agonía.

El desconcierto había llegado a ser un común denominador de nuestra vida cotidiana. Los españoles no podían convivir, desconfiaban unos de otros. La economía saltaba rota en pedazos, sometida a la presión de huelgas más o menos razonables, pero convertidas en arietes que destruían la poca industria que entonces poseíamos y que afectaban gravemente a los intereses elementales de la comunidad. La calle, bronca, hostigada por luchas fratricidas, era escenario para el envilecimiento de quienes no tenían otra forma de rebeldía que la de las pistolas, prestos a buscar una justicia social soportada en el crimen y en la degradación moral de la autoridad. Bien sabéis muchos cómo el crimen se enseñoreó de la vida española, ejecutado desde los más alto estamentos del poder público, hasta convertirse en suceso común y corriente de los más bajos sectores sociales, adueñados por la incultura y estimulados por el odio en una alucinante carrera de descomposición de los valores humanos y espirituales.

Esto podría arrastrar a algunos a creer que aquellas generaciones que nos precedieron pudieran ser peores que las actuales. Sin duda, sus hombres serían similares a los nuestros. En ellas destacaron sabios, pensadores y valores en los distintos órdenes; se producirían técnicos, empresarios, trabajadores honrados y políticos honestos como los nuestros. Lo malo fue todo el sistema, la máquina política que los enfrentaba y destruía.

(22-XI-1966: Presentación Ley Orgánica del Estado.- Cortes Españolas.)

36. La fe y la acción de los españoles salvaron la Patria

En aquel trance español había que decir ¡basta! con todas las fuerzas del corazón si queríamos evitar una desintegración total de nuestro pueblo. ¿Sabéis cuál fue el arma decisiva para que ese grito, no menos bronco que el que salía de la calle cada día, teñido aquél de odio y azuzando al hombre para perseguir al hombre, para que ese ¡basta! constituyese el punto de partida de una España nueva? La fe. La fe en los valores esenciales de nuestra gente, la fe en nuestros hombres, la fe en la juventud que iba a tener acceso al gobierno de su pueblo porque creía en él. La fe en torno a los valores cívicos, culturales y sociales de una comunidad entonces aparentemente anulada para toda la empresa grande. La fe salvó, una vez más, a España, no del caos, sino de su propio ser, porque con fe se salvaron su esencia, su historia, su honor, su cultura, su libertad, su unidad en el futuro, y la grandeza a que tiene derecho un pueblo que significa algo en el concierto mundial. Aquella fe irrenunciable que nos otorgó la victoria sobre las fuerzas que pretendían arruinar la España verdadera nos trajo esta paz iré irreversible, que ha permitido la realidad de una España en unidad, diferente; diferente, sobre todo, de aquella que tuvimos que rescatar del caos.

(22-XI-1966: Presentación de la Ley Orgánica del Estado.- Cortes Españolas.)

37. El recuerdo de Salamanca, la liberación y el resurgimiento de España

Os imagináis la emoción que me embarga en estos momentos cuando veo pasar por delante de mí aquellos otros meses, aquel año de estancia en Salamanca como vecino, que dejaron en mí honda huella. Aquí, en Salamanca, tuvo lugar mi nombramiento como Jefe del Estado. Aquí puse las primeras piedras de nuestra orientación política con el decreto de unificación, que respaldado por toda España nos dio fuerza para la victoria.

Aquí recibimos las primeras noticias del primer año de nuestra guerra de Liberación, tan gloriosa por todos los conceptos. Aquí tuvimos la noticia triste de la muerte del camarada Mola. Y así, en una larga peregrinación de fechas, tuvo Salamanca parte importante en nuestra guerra de Liberación.

Hemos despertado desde entonces a España. España está cumpliendo sus deberes y su resurgimiento. Hoy venimos de inaugurar uno de los pantanos más importantes de Europa, que demuestra la capacidad técnica de los españoles.

Gracias por ese entusiasmo, por esa voluntad, por esa firmeza de continuidad y de progreso que yo recibo y la entrego a nuestra

Madre Patria. ¡Arriba España!

(24-XI-1970: Salamanca.)

38. A los ex combatientes de la Falange de Castilla

Camaradas y ex combatientes de la Falange de Castilla: con la misma emoción que en los tiempos de nuestra Cruzada recibía vuestro aliento y vuestro estímulo me siento hoya través de los tiempos al encontrar en vosotros, en vuestras heridas, en vuestros servicios, en vuestras familias y en vuestra constancia, el mejor sostén de nuestra Patria.

Es difícil el mantener al correr de todo una vida el espíritu de los tiempos de lucha. La paz ha sido una paz para todos con los sacrificios inherentes a la misma; nuestros sentimientos y nuestro ideario han sido recogidos en las Leyes Fundamentales de la nación que han de regirnos hoy y mañana. Vuestra presencia aquí, vuestra acción en las provincias españolas afianzada por vuestro crédito y por vuestra historia son la más firme garantía para el futuro de la Patria.

Jamás nuestra nación ha disfrutado de una etapa tan continuada de paz y de espíritu de servicio puestos al engrandecimiento de la misma que durante estos treinta y seis años de actuación de la Falange, que ha sabido superar todos los momentos con la generosidad que es fruto de nuestro ideario. Por eso, en esta efemérides del 17 de julio, cuando en España se despiertan tantas ilusiones por el futuro, nuestros camaradas dan un nuevo respaldo popular a nuestra Cruzada; no podía menos de recibiros en estos momentos para haceros objeto de mi reconocimiento, de mi constancia y de mi cariño. 

¡Arriba España!

(17-VII-1972: Palacio de El Pardo.- Madrid.)

39. Al Ayuntamiento de Melilla

Es para mí una satisfacción recibir al Ayuntamiento de Melilla y agradecerle esta nueva delicadeza que ha tenido con nosotros. Gracias, por vuestra constancia, por vuestro buen espíritu militar, por vuestro patriotismo nunca desmentido y por vuestros esfuerzos por conseguir el mejoramiento de Melilla.

Yo no puedo olvidar que Melilla ha sido piedra de toque de mi profesión militar. En aquellos momentos cayeron sobre mí muchas responsabilidades, siempre acompañado por la asistencia, el cariño y el afecto que demostró Melilla.

Gracias por ese espíritu conservado a través de los años, y por vuestra decidida lealtad. Melilla sigue estando en vanguardia de nuestro Movimiento. y todo ello nos despierta emociones sentidas a través de más de cincuenta años de vida consagrada al servicio de la Patria.

Muchas gracias a todos los habitantes de Melilla y a este Ayuntamiento, que remoza hoy, en mis ochenta y un años, el espíritu de aquellos jóvenes, en que tuve el honor de acudir en socorro de Melilla. Muchas gracias.

(5-XII-1973: En la Audiencia concedida al Ayuntamiento de Melilla.- El Pardo.- Madrid.)

40. Lealtad con los Caídos al servicio de la Cruzada

Es para mí una satisfacción recibiros y constatar esta espléndida reacción del pueblo de Cataluña ante la agresión cobarde que sufrió el monumento a los Caídos en recuerdo de nuestros muertos y de todos los sacrificios hechos en la guerra.

Gracias a todos y llevadle un abrazo al pueblo de Cataluña, abrazo hondo y sentido y mi reconocimiento a esa manifestación de sentimiento patrio. Muchas gracias.

(30-1-1974: A la Comisión Barcelonesa en desagravio al Monumento de los Caídos. Palacio de El Pardo. Madrid.)

41. A las Hermandades y Asociaciones de Ex Combatientes

Es para mí una satisfacción el recibiros y tener ocasión de agradeceros esta unidad de los hombres y de las tierras de España, ejemplo para todos.

Decís bien: Estáis en activo y en activo servicio, y estáis prestando a la patria uno importantísimo, cual es la vigilancia de una paz, la confirmación de esta paz y la unión nacional, que tantos beneficios ha producido a la patria y que tantos más habrá de proporcionarla.

Cerrad filas, conservadlas incólumes, conservad el espíritu combativo que siempre hace falta seguros de que vuestros hijos, vuestros nietos y sus descendientes tendrán el respeto de todos al servicio de la nación.

Gracias, muchas gracias a todos.

¡Arriba España!

(27-XI-1974): Audiencia de la Junta Nacional de la Confederación de Hermandades y Asociaciones de Excombatientes de España.)

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