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Actualizada: 02 de Noviembre de 2.006.  

 
 
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  Presentación del libro «Conversaciones con el Ausente y otros temas...»

XXXVIII ciclo de conferencias del aula de cultura de Fuerza Nueva y Cespe.

Por Pituca.

Buenas tardes:

En primer lugar quiero dar las gracias a todos los que estáis aquí acompañándome, y en especial a Blas Piñar,  al que siempre he admirado por su Lealtad y Patriotismo en los momentos más difíciles de la Patria.

También le doy las gracias por haberme honrado con su prólogo en el libro que hoy presento, al igual que se lo agradezco a José Utrera Molina, Juan Velarde Fuertes, Antonio Castro Villacañas, Antonio Caponnetto, Enrique de Aguinaga y Juan Antonio Llopart, que también me ayudaron con sus prólogos, ya que siento una gran admiración por todos ellos y por eso les solicité que colaboraran en el libro.

Este lugar donde nos encontramos ha sido y seguirá siendo,  para mí,  fuente de aprendizaje y un lugar muy entrañable y familiar…

Recuerdo con gran cariño cuando recibí la carta de Blas Piñar agradeciéndome el que le enviara el cuento “Siempre estaré a tu lado”, que es el germen de este libro que hoy presentamos, y como ese año, en la feria del libro le conocí y tras conversar ambos un rato, me invitó  a que viniera a esta Casa para hablar tranquilamente con él.

A partir de ese momento, y ya han pasado casi seis años de ello, se puede decir que casi todos los jueves, he escuchado y espero que asimilado, las palabras que certeramente se han vertido  en estos ciclos de conferencias.

Algunos conferenciantes, por desgracia, ya no se encuentran entre nosotros. Hoy día 2 de noviembre, fecha en que se celebra el día de los difuntos, quiero recordarlos especialmente, junto a nuestros seres queridos.

Sé que se encuentran en su Lucero, junto a tantos y tantos hombres y mujeres, muchos de ellos anónimos,  que consagraron su vida, e incluso la dieron, por querer una España mejor. Ellos ahora están arriba infundiéndonos ánimo y valor, que falta nos hace…

En el libro “Conversaciones con el Ausente y otros temas…”  además de reeditarse el cuento “Siempre estaré a tu lado” que, sobre José Antonio, escribí cuando tenía 12 años y por el cual tuve la suerte y el honor de que me concedieran el premio Eugenio Montes, aparece la continuación a dicho cuento, que no es otra que la conversación que tuvo la niña con el Ausente mientras estuvo perdida en el Valle de los Caídos.

También se incluyen algunos artículos periodísticos, un trabajo sobre la Sección Femenina, y unos apéndices que creo son interesantes para prender la llama de la curiosidad y que los jóvenes, de edad y de espíritu, quieran leer y estudiar más sobre este gran hombre y su doctrina, sobre todo en estos días de censura, tergiversación y ocultación de la misma.

Desde el primer momento en que fui al Valle de los Caídos he sentido algo especial, una tranquilidad y una sensación de bienestar y recogimiento que es difícil de describir.

Es un lugar del cual siempre me cuesta irme.

Por eso,  cuando escribí “Siempre estaré a tu lado”, para mí más que un cuento fue como algo que me hubiera gustado que me pasara en la realidad y, al cabo de los años, cuando escribía la ampliación de la conversación, he tenido el mismo sentimiento.

En la segunda parte cuyo título es “Siempre al lado de España” he querido que José Antonio contestara con sus palabras exactas a problemas que existen hoy en día en nuestra Patria, y me ha dado pena ver como, en la mayoría de los casos, no ha sido tan difícil como yo creía encontrar esas respuestas, ya que la situación actual, por desgracia, se asemeja demasiado a la época en la que José Antonio vivió, incluso en algunos aspectos estamos mucho peor. Situación que además se acrecienta por el pasotismo actual de la mayoría de los españoles que han olvidado lo que significa Honor, Dignidad, Sacrificio y Temor de Dios.

Este libro lo he realizado con todo cariño y con él he querido contribuir, dentro de las modestas posibilidades de una joven estudiante del siglo XXI, a dar a conocer mínimamente a José Antonio, cada día más Ausente y desconocido que nunca, a esta sociedad tan alejada de la Verdad y tan inmersa en el materialismo, el egoísmo, los complejos, la mentira y la verborrea demagógica y corrupta, y cada vez más aborregada y castrada por un sistema injusto y anti español que la quiere así para poder seguir perpetuándose y cumplir sus fines de destrucción de nuestra Tradición, de nuestra Historia y, finalmente, del ser mismo de nuestra querida España.

Es de esperar que los españoles del siglo XXI, lleguemos  alguna vez a estar libres de odios, revanchas, complejos, intereses, mentiras, calumnias y prejuicios, para saber apreciar todo lo bueno que emana hacia nosotros de su pensamiento. Todo lo que se hace con Amor es bueno. Sólo tenemos que saber valorarlo y aplicarlo… Y José Antonio, a pesar de todos los pesares, es el mejor ejemplo de ello.

Ha sido uno de los políticos más grandes que ha dado España en el siglo XX. Era un poeta de la política y un místico de la acción. Estudió a fondo el liberalismo y el marxismo y construyó una doctrina nacional que armonizaba capital y trabajo. Su pensamiento es actual, y no olvidemos su fuerte personalidad religiosa. Igualmente tenía un acendrado sentido de la justicia. Fue capitán de juventudes, de aquella juventud idealista y briosa, patriótica y con ansias de Justicia Social, generosa hasta la renuncia de su propia vida, que soñaba con una España posible y una Europa y un mundo mejor, esa juventud de la que tanto tenemos que aprender hoy en día y cuyo heroísmo quieren ensuciar, mancillar y olvidar todos los que hoy van en contra de España y de su gloriosa historia.

José Antonio levantó una bandera gallardamente, la bandera de la Dignidad y la Unidad de España, de la integración de sus tierras y sus hombres, de la implantación de la Justicia Social.

Su doctrina revolucionaria nacional-sindicalista era la superación de los dos materialismos, aparentemente antagonistas, el marxismo y el capitalismo, el socialismo internacional y el liberalismo.

Tenía muy clara la libertad profunda del hombre, propugnaba su efectiva participación en las tareas del Estado, promovía una radical revolución económica y social y, por encima de todo, quería la concordia y la paz, sin olvidar nunca que  fue un convencido europeísta.

Hoy  en día, todo esto sigue estando de plena actualidad. Solo hay que modernizarlo y ponerlo en práctica.

Fue un hombre cargado de carisma, de mística, de poesía… y consiguió que el pueblo se enamorara de su Patria.

Su prédica y su doctrina, concordes con la Tradición española, fueron un atractivo irresistible para miles de españoles que encontraron una filiación perdida que les convenció de que España debía volver a ser Nación de heroísmos y de eterna Cruzada. Su vida y su obra son un referente para todos.

Ahora tratan de silenciarlo e, incluso, algunos se atreven a censurarle, porque como decía Berthelot: “En todo tiempo los piojos quieren comerse a los leones”.

No quieren permitir que su siembra vuelva a realizarse, ya que puede ser un gran ejemplo, un gran modelo para una juventud sin modelos a imitar y que seguir.

Por eso nos lo ocultan, queman sus libros y tergiversan sus palabras.

Por eso hemos de responder leyendo, estudiando y divulgando todo lo que nos quieren arrebatar. Para que triunfe la Verdad y acabe la injusticia y la incultura que nos quieren imponer.

José Antonio es hoy, para los jóvenes, un ilustre desconocido al que la inmensa mayoría serían incapaces de situar correctamente en la historia de España. De hecho,  a mi me llegó a decir una amiga que quien era importante, verdaderamente,  era su primo Rivera, y que por eso era denominado como “José Antonio, el primo de Rivera”. Parece un chiste pero, por desgracia,  es un hecho totalmente cierto.

Dentro de este despropósito de ocultación, tergiversación, censura descarada y manipulación, nos encontramos con hechos tan vergonzosos como el que:

- El depósito de las mejores Obras Completas, las del Instituto de Estudios Políticos, de 1976, fuera destruido en un “acto de fe” digno de la moderna Inquisición “democrática”, igual que otros muchos libros de Ediciones del Movimiento, llegando a quemarse varios miles de ejemplares, entre cuarenta y cien mil, de estas obras para que no llegasen nunca al pueblo.

- Igualmente escandaloso fue la prohibición persecutoria de la Universidad de Salamanca, la Universidad de Unamuno, que en 1999 no paró hasta censurar y destruir un curso promovido por una asociación de estudiantes, que cubrió, previo pago, una matrícula de cuatrocientas personas para asistir a las disertaciones sobre “José Antonio, entre dos mundos. La evolución de un pensamiento”, a cargo de sujetos tan “peligrosos” como Stanley  G. Payne, Antonio Caponnetto, Fernando Sánchez Dragó, Juan Velarde Fuertes, Gustavo Morales, Rafael Borrás y otros. Una de las conferencias censuradas y prohibidas fue, como he dicho, la de Antonio Caponnetto, que versaba  sobre tan subversivo tema como: “José Antonio y la poesía que promete”, conferencia que, gracias al auspicio de Blas Piñar, no quedó inédita y pudo darse, posteriormente, en esta sede de Fuerza Nueva.

- A Enrique de Aguinaga, en otra ocasión, el rector de la Universidad de Salamanca, le prohibió una conferencia que, al final, pudo dar en la Universidad de Trieste, Italia, y cuya noticia se envió desde la delegación de la Agencia EFE en Roma, pero que… ¡vaya por Dios! no pudo entrar en los circuitos nacionales para conocimiento del pueblo español… Y estos son solo algunos ejemplos de la montaña que se podrían contar.

Por contraposición, falsificadores profesionales de la Historia como Paul Preston, Anthony Beevor, Javier Tusell, Blanco Escolá, Ian Gibson, Santos Juliá (el que presenta los libros de Santiago Carrillo, el asesino de Paracuellos), y otros muchos, han sido y siguen siendo subvencionados, descarada y vergonzosamente, por el sistema para que reinventen nuestro pasado y engañen y aborreguen al pueblo. Todos ellos son discípulos aventajados de Tuñón de Lara, el pseudo historiador y padre de la falsificación de la Historia. Pero nadie cuenta que Tuñón de Lara, su maestro, era un agente de la desaparecida KGB soviética, como se supo al caer el “Telón de Acero”. Ya sabemos, por tanto, al servicio de quién han estado y están estos mercenarios de la pluma: al servicio del estalinismo cultural, que es el que predomina en esta “democrática” España de nuestros tristes días…

El sistema actual vive de la mentira y en la mentira.

A base de repetirnos las cosas en sus medios de comunicación, han conseguido que se crea que la Verdad es mentira y que ésta es la realidad.

Esa es el arma de Príncipe de la tinieblas, y al utilizarla continuamente nuestros políticos, lo que hacen, lo quieran o no, es servirle. Es muy duro, pero es la realidad.

Igualmente nos mienten cuando nos dicen que lo moderno y lo nuevo son sus doctrinas caducas y explotadoras del hombre, al que previamente se le ha castrado intelectual y mentalmente.

La verdad se encuentra en la frase de José Antonio que los fundadores de esta Casa supieron rescatar: No hay más Fuerza Nueva y sana que nosotros y los carlistas”

Patria, Pan y Justicia constituyen la trilogía de aspiraciones sobre las que José Antonio edifica todo su pensamiento político, con un único destinatario y protagonista: el hombre, considerado como portador de valores eternos, que son la dignidad, la libertad y la integridad de la persona humana.

Hizo suya la consigna que él mismo había lanzado a las juventudes que le seguían: “La vida no vale la pena si no es para quemarla en el servicio de una empresa grande”.

En 1933, José Antonio Primo de Rivera funda Falange Española, en momentos graves y difíciles para una España dividida por tres clases de secesiones: la anarquía de los partidos políticos, la traición  y egoísmo de los separatismos locales y la violencia de la lucha de clases.

José Antonio levanta la bandera poéticamente y habla del hombre como portador de valores eternos, de la unidad de los hombres y de las tierras de España, de la Justicia Social profunda y revolucionaria y despierta, sobre todo, entre las juventudes, el entusiasmo por un servicio a la Patria difícil y heroico, pero apasionante.

Es indudable que José Antonio no pensó sólo en los hombres, sino también en la ayuda que deberían prestar las mujeres que tenían los mismos ideales.

El papel de la mujer nacional-sindicalista en el periodo republicano y durante la Cruzada de Liberación fue crucial y de una gran valentía y heroísmo.

Por desgracia, han sido olvidadas y pienso que merecen estar en un lugar de honor, recordarlas y considerarlas como un ejemplo a seguir.

La Sección Femenina nació con una única idea predeterminada: Servir a España, y su meta fue “nada menos que despertar en los españoles, por medio de sus afiliadas, conciencia de lo que supone ser español”, rompiendo la injusticia social que tantos hombres y mujeres padecían y haciéndoles comprender que aún tenía España cosas grandes que hacer en el mundo.

Como mujer y siendo de la misma edad que muchas de ellas, me gusta recordar y tener como ejemplo a estas valerosas camaradas, que lo dieron todo… incluso la vida… sin pedir nada a cambio.

Mi pequeña contribución, por ahora, ha sido el trabajo incluido en este libro sobre la Sección Femenina.

Además, actualmente, también estoy inmersa en un proyecto de Asociación Cultural, junto con otras chicas igualmente ilusionadas, en donde nuestro ejemplo a seguir es la Sección Femenina. Su nombre es “Primavera” y su lema: “Femina Fidelis Hispania”, expresa la idea de que seremos fieles y mantendremos un compromiso firme y sin titubeos con nuestra Patria, tan amenazada hoy por todos sus flancos. A esa empresa convocamos a cuantas estén dispuestas al Servicio y al Sacrificio por nuestra querida España.

Cuando el fundador de la Falange denunciaba que España ha llegado a menos por la triple división engendrada entre los hombres, las regiones y los partidos, parecía vivir en el momento actual, e incluso hoy en día estamos peor. Como ejemplo tenemos el separatismo, el de entonces es un juego de niños comparado con el actual, al que ha dado alas unos estatutos que jamás hubiera concedido ni siquiera la República.  

Hoy es preciso movilizar la conciencia de los españoles, especialmente de las generaciones jóvenes, trabajadores y universitarios, a las que tratan de zarandear con su demagogia los grupúsculos más o menos numerosos, más o menos radicales, más o menos activistas de izquierda y de derecha.

España está sumida hoy en una crisis total. A ella la han conducido la ineptitud y la corrupción de la izquierda gobernante y el egoísmo, la complicidad, y también la corrupción, cualquiera que sea su grado, de la derecha acomplejada y tibia.

En tesitura semejante, José Antonio se dirigió a la juventud con palabra de exigencia.

Con ocasión del discurso del 17 de noviembre de 1935, afirmaba:

“Hay que proponerse, positivamente, una tarea, la de dar a España estas dos cosas perdidas: primero, una base material de existencia que eleve a los españoles al nivel de seres humanos. Segundo, la fe en un destino nacional colectivo y la voluntad resuelta de resurgimiento…”.

Que nadie escurra el bulto hoy en esta misión que vuelve a ser la recuperación física, económica, social y moral de España.

Tenemos que dotarnos de armas para el combate ideológico, porque sin esas armas, pese al impulso inicial y romántico, lo usual es que se acabe devorado por el discurso “políticamente correcto” y por un mundo constituido para que seamos meros números de consumo.

Hay que prepararse intelectualmente y leer, y desde aquí aplaudo a editoriales como Fuerza Nueva o Ediciones Nueva República, que contra viento y marea, y teniendo en frente a todo el sistema, siguen editando obras y apoyan, como en este caso, todo lo que lleve a la Verdad con mayúsculas.

Sólo las personas formadas pueden luchar contra este estado de cosas y es nuestra labor y nuestro deber el conseguir la victoria, recuperar el orgullo de ser español y ser un revulsivo contra un sistema injusto y demagógico.

Debemos prepararnos para rechazar las tentaciones, que serán muchas, y ser capaces de mantener las ideas, aunque parezca que somos sólo unos cuantos quienes las mantenemos.

Tenemos que ser como pedía José Antonio “inasequibles al desaliento” y, sobre todo, que cuando todos digan “sí”, se tenga la fuerza moral para decir simplemente “no”.     

Hay que tener ideales, porque una persona sin ideales es una persona muerta espiritualmente.

Los ideales grandes son Dios, Patria, Justicia y Familia.

Tenemos que aportar, con fe e ilusión desde la Tradición más genuina, el sentido nuevo y revolucionario que el mundo requiere y demanda.

Si el futuro no se apoya en el pasado –tradición- y el presente –tradición histórica- los españoles solo seremos riada dirigida por el capitalismo y el marxismo, disfrazado de diferentes cosas, y eso no lo podemos consentir.

Las cosas, grandes o pequeñas, hay que realizarlas, con el firme convencimiento de que obramos en conciencia, no dejándonos llevar por mercaderes y voceros de la panza llena, los cuales quieren convertirnos, a base de repetir mil veces las mentiras, en borregos.

Debemos seguir a los poetas, a los hombres de Alma limpia, a los hombres que miran al cielo

“A los pueblos no los han movido nunca más que los poetas, y ¡Ay del que no sepa levantar, frente a la poesía que destruye, la poesía que promete!”.

Hay que saber desprenderse de todas las gangas que se ofrecen, generosamente, buscar la verdad con sacrificio personal, y a través de valores como honestidad, respeto, vocación de servicio, superación personal, sentido trascendente de la vida y una fe sólida, contrastada y vivida en Dios.

José Antonio dijo:

“Es necesario que seáis los aguafiestas de España, que cada uno os convirtáis es un aguijón para hacer ver a todos que no nos resignamos con semejante estado de cosas. Esta es nuestra tarea y para ella es preciso reclamar  un primer puesto”.

Para mí es un orgullo considerarme uno de esos “aguijones” y espero seguir siéndolo durante mucho tiempo, si Dios quiere…

“Nos guste o no, la época es revolucionaria, la situación de España, agudamente revolucionaria. No es cuestión de voluntad, como tampoco es cuestión de voluntad el que haga buen o mal tiempo.”

Que palabras tan ciertas las pronunciadas por este gran hombre y que vigentes siguen hoy en día...

Tengamos siempre presente el ejemplo de hombres como José Antonio y tantos otros que lo dieron todo por su Patria, seamos merecedores del sacrificio que realizaron y actuemos en consonancia con el pensamiento y manera de actuar que nos legaron.

No seamos borregos teledirigidos, y nunca mejor dicho lo de “tele”, y démonos cuenta y asumamos que estamos en una de las peores dictaduras, término satanizado por este sistema: la dictadura de los partidos o partitocracia, como muy bien la bautizó el gran pensador español Gonzalo Fernández de la Mora.

Unos partidos corruptos que nos llevan a la aniquilación y desmembramiento de España y que, por desgracia, hacen buena la idea de que las urnas, con un pueblo descerebrado y manipulado, son los ataúdes de la Patria, de la Verdad, de la auténtica Libertad y de la decencia.

Esta obra es mi pequeño homenaje de infancia y juventud, a ese gran hombre que fue, es y seguirá siendo José Antonio Primo de Rivera, al que siempre tengo, y espero seguir teniendo presente en mi vida y en mi forma de actuar.

Es mi granito de arena para darle a conocer y espero que os guste.

Por último, quiero terminar mi intervención, en homenaje a esta Sede tan cargada de historia y patriotismo, con una frase muy bonita y que siempre me ha encantado:

“No queremos que viva esta España triste, materialista y rota que padecemos; sino que suba, que ascienda, que vaya…

¡¡¡ARRIBA ESPAÑA!!!”


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© Generalísimo Francisco Franco. Noviembre 2.003 - 2.006. - España -

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