Juventud
y valores.
César España. 28/04/2006
Generalizando, la televisión está
repelente. Escasean los programas educativos, culturales y
divulgativos. Abundan, eso sí, los contenidos ofensivos, groseros y
de mal gusto en programas por la tarde, aderezados con cotilleos. Y
para qué decir de los nocturnos, donde la zafiedad más obscena se
recrea a sus anchas.
Los botellones, el sexo promiscuo
y el libertinaje se están adueñando de gran parte de la juventud.
Existe un enorme vacío de valores humanos y familiares entre los jóvenes,
que se recrean en el alcohol, la diversión salvaje e incluso en las
drogas. El cine y la televisión "ayudan" mucho en éste
vacío existencial de la juventud, entregada al consumismo. Falta
ilusión para afrontar los retos del futuro. Aquí manda el
nihilismo
exacerbado.
Tragar televisión, hoy más que nunca, idiotiza. Por
higiene mental, dosifiquémosla, seleccionando sólo los programas
realmente aprovechables.
Con ésta televisión, después nos quejaremos de lo mal
que anda la juventud, ¿y qué les ofrecemos?
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Campaña
anticatólica.
Juan Luis
Martínez. 28/04/2006.
Es preocupante la campaña
anticatólica que parte del gobierno de la Nación y grupos
asimilados a él. Quieren acallar la autorizada voz de ésta
bimilenaria institución y amenazan continuamente con abolir la
asignación tributaria y las clases de religión católica, mientras
se financia sin problemas a la musulmana y sus clases religiosas,
oenegés de todo tipo, sindicatos y partidos políticos.
Como católico practicante, me
hiere que se "despelleje viva" a la Iglesia cuando se
declara contraria, según los preceptos emanados del Evangelio, a
bodas y adopciones por parte de homosexuales, Ley de
Reproducción asistida -o cómo matar embriones humanos y dar pié a
las clonaciones humanas- , o ahora, que el PSOE propone los mismos
"derechos humanos" a los monos que a las personas. Ya
quisieran los encarcelados de Fidel Castro por sus ideas políticas
tener las libertades de los simios que habitan en España, o incluso
los niños en edad fetal o embrionaria.
Por otra parte, sin la
desamortización de Mendizábal en 1832, donde se confiscaron
los bienes de la iglesia y pasó al Estado, o durante la persecución
de la segunda república y la Guerra Civil de 1936, donde se mataron
a miles de católicos por el "delito" de serlo, religiosos
y se quemaron colegios, conventos e iglesias no se hubieran
producido esos hechos, la Iglesia Católica no necesitaría de
financiación parcial para su subsistencia. Más del 80 por ciento
del dinero que percibe la Iglesia española es de la aportación
directa de los fieles.
Ante aquellos desmanes históricos
y sobre todo por el bien social (misiones, leproserías, escuelas,
hospitales...) y espiritual, es de justicia la ayuda en su
financiación.
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Generalísimo.
