CONTRADICCIONES

 

Por José Gabriel


Tras la muerte del Papa Juan Pablo II, hay una reflexión que no he podido evitar hacerme al recordar los últimos ladridos periodísticos previos al acontecimiento.
Me vienen a la cabeza como la habitual corte de enanos y oscuros reptiles, se quejaban del espectáculo, según ellos, que suponía ver a un hombre enfermo mostrando de manera exhibicionista su sufrimiento.

Esta ganadería que no ve más allá de sus cuernos, era la misma, exactamente la misma, que durante un año insoportable nos ha estado dando la lata con cierta película. Resulta que el protagonista de "Mar adentro", es un ejemplo, un gran hombre, todos al recoger el premio de turno se lo dedicaban mirando al cielo (no está mal para ser ateos),...¡valiente!, ¡hombre libre!, ¡luchador! (?) y otras sandeces se han tenido que escuchar sin pudor  ni respeto humano que valga. Todo esto se ha dicho de un tipo que grabó como tomaba un vasito de agua con un toque de cianuro a modo de despedida.
No entro en la tragedia humana ni en lo desesperado que hay que estar para caer tan bajo, ahí y no en alegorías baratas, es donde hay que hacer hincapié a la hora de juzgar a tan patético ser.

En cambio Su Santidad, nos ha mostrado con valentía y coraje la utilidad del sufrimiento, ha acompañado a los enfermos en su lucha por la vida, ha sabido sacar provecho de la realidad humana menos deseable: la enfermedad.
El que no vea una contradicción en esto, está para que lo encierren, aunque lo mismo le dan un programa en televisión y nos deleita con sus estupideces todas las noches.

Agradecer para terminar el último gran mensaje que nos dio Juan Pablo II, cuando solo pudo pronunciar aquel gemido. Los Sardá, Boris, Jordi y demás chusma no lo entenderán, no hay que preocuparse por ello ni olvidar que estos sujetos, suelen utilizar su trasero para introducir aparatos reproductores masculinos, es comprensible su incomprensión, pero el Papa nos habló con el alma, mirando a su pueblo y compartiendo con todos nosotros el dolor. Más no se puede pedir, gracias Santidad.

 18 de Abril de 2.005.-  


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