«MATRIMONIOS» GAYS

 

Por Isabel Bermúdez

La aprobación que pretende el Gobierno socialista de los matrimonios gay es sólo una forma de desfigurar la institución familiar formada por hombre y mujer desde el principio de los tiempos. Se trata de una ley radical que se pretende aprobar sin diálogo, y en la que han mostrado su disconformidad gran parte de la sociedad civil y las iglesias católica, protestante, ortodoxa y la confesión judía, además de los informes contrarios del Consejo de Estado y del Consejo General del Poder Judicial, más la entrega de 500.000 firmas de ciudadanos. El niño, además, tiene derecho a la referencia paterna y materna como vínculo natural. Dos papás o dos mamás, por muy buenos que pudieran ser, biológica y afectivamente están falto de  esa complementariedad.

El colmo del pensamiento único  sectario que pretende el Gobierno de Rodríguez Zapatero y sus allegados políticos es amenazar, como hizo el ministro Alonso, a los que tuvieran obajeción de conciencia a la hora de casar homosexuales, o como el diputado de la Junta Aragonesista, José Antonio Labordeta, que propone en el Congreso que se tipifique como delito la negativa a celebrar bodas entre personas del mismo sexo.

Las parejas homosexuales que piensan "casarse" constituyen un 0,08 por ciento de la población española. No se puede jugar con la institución matrimonial como lo hace el Gobierno, desoyendo las voces contrarias.

 

 


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