| Analfabetos. Jakim
            Boar.
              Lo que el actual gobierno socialista de la nación pretende hacer
            con la educación y su LOE lo resume y aventuran muy bien las
            palabras que un socialista pronunció en un discurso antes de las
            elecciones de febrero de 1936, González Peña dijo como debería
            gobernar el PSOE: “... la revolución pasada (la de Asturias de
            1934) se había malogrado, a mi juicio, porque más pronto de lo que
            quisimos surgió esa palabra que los técnicos o los juristas llaman
            “juridicidad”. Para la próxima revolución, es necesario que
            constituyéramos unos grupos que yo denomino “de las cuestiones
            previas”. En la formación de esos grupos yo no admitiría a nadie
            que supiese más de la regla de tres simple, y apartaría de esos
            grupos a quienes nos dijesen quiénes habían sido Kant, Rousseau y
            toda esa serie de sabios. Es decir, que esos grupos harían la labor
            de desmoche, de labor de saneamientos, de quitar las malas hierbas,
            y cuando esta labor estuviese realizada, cuando estuviesen bien
            desinfectados los edificios públicos, sería llegado el momento de
            entregar las llaves a los juristas”.
 Grandes palabras las de González Peña que demuestran la estrategia
            educativa que practican los socialistas. No quieren personas que
            sepan más de la regla de tres simple, para ellos los sabios son
            peligrosos e inútiles en su política. Los analfabetos hacen la
            labor de desmoche que ellos consideran tan efectiva en nuestra
            sociedad. Los socialistas saben que la cultura es un alto peligro
            para su supervivencia política y por ello necesitan una escuela que
            genere analfabetos para que directamente los ignorantes metan su
            papeleta votando al PSOE sin saber ni lo que votan. Desde luego, la
            inteligencia es un arma muy poderosa y la sabiduría también.
 
 Si los españoles supieran mucho sobre la Historia de nuestro país
            descubrirían que el territorialismo catalán o vasco no es más que
            una invención del siglo pasado. Ni Cataluña, ni Vascongadas fueron
            jamás nación en la historia de los tiempos, y no tienen una
            identidad diferente de la que tienen todos las regiones españolas.
            Si Navarra, León, Castilla o Aragón fueron distintos reinos de
            España fue por el mismo espíritu de recuperar la unidad nacional
            que habían disfrutado con los Reyes Godos y que el yugo musulmán
            había destruido. Esta territorialidad se creó por la lucha contra
            los árabes desde diferentes flancos del norte de España que eran
            las zonas menos sometidas por la fuerza musulmana. Nada más absurdo
            que una vez expulsados los árabes de nuestra península los mismos
            que habían luchado por la unidad de España y por el cristianismo
            no se hubieran unido y hubieran quedado disueltos en diferentes
            reinos, así lo entendieron Isabel y Fernando, los mismo que
            devolvieron a España su unidad tan soñada.
 
 Si los españoles estudiasen la verdadera historia de España
            descubrirían que el Partido Socialista Obrero Español ha sido un
            partido antidemocrático, revolucionario y responsable de cientos de
            miles de muertos. Que las ideas revolucionarias del PSOE asesinaron
            a decenas de políticos, a cientos de militantes de otros partidos,
            a miles de sacerdotes y a decenas de miles de católicos, monárquicos
            o simplemente españoles. Que ellos promovieron el asesinato de
            personas en la Guerra Civil por el simple delito de haber estudiado
            una carrera y ser abogado o médico.
 
 Si los españoles conocieran la Historia y diferencias entre la
            religión musulmana y cristiana podrían saber que la religión
            musulmana defiende la violencia, el machismo o la esclavitud,
            mientras que la cristiana defiende el derecho a la vida, la libertad
            y la paz. También podrían conocer que la persecución religiosa
            cometida por el socialismo y comunismo en la Guerra Civil ha sido la
            más feroz de la historia.
 
 Pero no, a los socialistas no les interesa que los españoles seamos
            cultos. No les interesa que conozcamos a los Reyes Godos, la
            historia de la Reconquista, la historia del cristianismo, la
            historia de nuestra monarquía y los sucesos sangrientos que se
            produjeron en la Primera y Segunda República. No les interesa que
            conozcamos a sabios como Aristóteles, Kant o Rousseau y que nos
            hagan pensar y razonar por nosotros mismos. Los socialistas quieren
            eliminar la religión católica para que quede apartada y fulminada
            de la sociedad, y así imponer el laicismo o cualquier otra religión
            que les convenga para sus fines.
 
 Ellos quieren crear marionetas fáciles de manejar y que ningún
            joven pueda echarles en cara las falsedades históricas que predican
            o que su inteligencia descubra la manipulación informativa del
            monopolio mediático. No quieren personas inteligentes que estudien
            y se interesen por la sociedad, por la verdad, por la justicia y por
            la cultura, con fundamentos académicos suficientes como para poder
            desarrollar estos valores. A los socialistas solo le interesan los
            que “no saben más de la regla de tres simple” y ahora todos los
            españoles tendremos que pagar su estrategia educativa. En
            definitiva, quieren jóvenes del NO A LA GUERRA que puedan movilizar
            y manipular a través de un simple mensaje SMS. La LOE, LOGSE y
            todas las reformas educativas socialistas no son más que máquinas
            de incultura para la fabricación en serie de analfabetos
            funcionales tan valorados por los socialistas que harán “la labor
            de desmoche” en nuestra sociedad.
 
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