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Actualizada: 01 de Septiembre de 2.005.  

 
 
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MODAS PELIGROSAS

La juventud española se está dejando influenciar por las modas, las que los someten sin que ellos se den cuenta, de sus tentáculos y su poder. Es curioso oír a los jóvenes defender la libertad, pero a la vez está siendo sometidos a la esclavitud de la moda. Pero hay modas que no salen gratis, y una de ellas es el incremento del uso del piercings o "chinchetas" como los llaman otros a estos adornos.

En una sociedad moderna y del siglo XXI, las personas están volviendo a costumbres ancestrales, más propias de una tribu de indígenas. Y no se dan cuenta de los peligros que estos piercings tienen en su salud física, según los  médicos, estos objetos pueden pasar factura.

RIESGOS. Los médicos no parecen tan conformes con esta idea. «No recomendamos ninguno, porque todos suponen un traumatismo externo. El más aceptable es el de toda la vida [en el lóbulo de la oreja]», dice Lluís Puig, del servicio de Dermatología del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona. De todos modos, este experto reconoce que «es raro que la gente no se ponga un piercing por los riesgos médicos que supone, aunque sería aconsejable que fuese al médico para que le explicase el tipo de problemas que puede tener».

«Por lo menos deben conocer los peligros», coincide Pía López Jornet, profesora de estomatología en la Universidad de Murcia. Algunos de los problemas que pueden plantear las perforaciones más frecuentes, y que todo anillador de fiar debería explicarle antes de perforarle son los siguientes:

Parte superior de la oreja y nariz. Ambas zonas están compuestas por cartílago, así que la cicatrización es lenta y pueden formarse granulomas (lesiones abultadas). La nariz es muy susceptible de infecciones, pues pueden colonizarla estafilococos. En el pabellón auricular, la proximidad del pelo y la presión al dormir dificultan la curación y, además, las infecciones son difíciles de tratar porque la zona no tiene suficiente flujo sanguíneo para que llegue un antibiótico.

Ombligo. Es la zona más propensa a las infecciones, por los pliegues que presenta, por lo que este anillamiento exige unos cuidados higiénicos muy estrictos. La ropa apretada puede dificultar la cicatrización y facilitar los procesos bacterianos. No es posible practicarla en ombligos prominentes o en adolescentes que aún no se hayan desarrollado.

Orales. Tampoco todo el mundo puede hacerse un piercing en la lengua o el labio. Ambos ocasionan problemas gingivales y dentales, de modo que no resultan recomendables en personas con un esmalte débil, con implantes dentales, etcétera. Asociaciones odontológicas de todo el mundo, la española incluida, se han mostrado en contra de estas perforaciones. «El piercing dentro de la boca es como una bola de demolición», señala López Jornet, que ha realizado varios trabajos sobre estos problemas. Los anillados orales exigen además cuidados posteriores rigurosos, como el empleo de un enjuague bucal y no tomar alcohol.

De todos modos, Puig aclara que las complicaciones más graves de los piercings no son muy frecuentes (suceden en el 5% de los anillados), aunque problemas como infecciones e inflamación afectan a la mayoría (al 70%) de los que se anillan. Ninguna perforación es recomendable en personas con algún problema inmune previo, anomalías congénitas cardiacas (algunos pendientes podrían desencadenar una infección en la pared del corazón), ni en individuos propensos a cicatrices queloides (abultadas) o con alergias.

De hecho, el dermatólogo advierte que estas joyas pueden causar sensibilización al níquel (muchos pendientes contienen pequeñas cantidades de este material, aunque su principal componente sea otro). «El número de piercings que porta un individuo estaría en relación directa con el riesgo de desarrollar una alergia al mencionado metal, lo que explica la elevada prevalencia de sensibilización al níquel en mujeres, puesto que los pendientes en los lóbulos de las orejas son la forma de piercing más común», explican Puig y otra experta en un reciente artículo de Farmacia Profesional.

 

 

 


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