SATANISMO

Por Iván San Cruz.

La increencia secularizadora que sacude a Europa hace que, al no creerse en Dios, la gente, como alternativa, se haga otros dioses a su medida: consumismo exacerbado, dinero, fama, exaltación del sexo promiscuo... y en otros casos, acudir a mediums, tarots, amuletos, etc., que en casos extremos pueden desembocar en prácticas de satanismo.

Más de cien sectas hay en España que adoran al diablo, con miles de adeptos. Misas negras, profanaciones de cementerios y hostias consagradas, ocultismo, sacrificios rituales e incluso música heavy satánica son parte de la "carta de presentación" de éstos grupos que en muchos casos son socialmente peligrosos no sólo para ellos, sino también para su entorno. La característica común de todos ellos es su odio a la religión de Cristo.

Por otra parte, no todas las supuestas posesiones diabólicas son auténticas, la mayoría son motivadas por trastornos mentales. La Iglesia Católica, después de exhaustivos estudios, sólo da por auténticas algunas en contadísimas ocasiones.

La existencia de Satanás es dogma de fe católico, como la presencia auténtica de Cristo en la Eucaristía consagrada o la virginidad perpetua de la Virgen María.

Los Evangelios hablan de la entidad de Lucifer como ser verdadero y personal, en sentido puramente espiritual y con determinados poderes, así como del infierno como lugar no físico, sino estado del espíritu donde la pena es eterna. El acto de "echar demonios del cuerpo", el exorcismo, lo practica la Iglesia desde sus inicios. La película "El Exorcista", basada en un hecho real (fue un niño estadounidense), explica cómo es el rito católico para exorcizar, es decir, invocaciones y oraciones con mucha fe en  el poder de Jesucristo.

El satanismo aumentará mientras las personas se vayan alejando más de Dios, como forma de llenar ese vacío. El demonólogo español, Padre Fortea, dice que el llegar a sectas satánicas puede empezar por la malsana curiosidad hacia ritos esotéricos y ocultismo. El número 666 es una simbología del mal.

Aparece en el último libro del Nuevo Testamento, el Apocalipsis. Una auténtica posesión del diablo sólo aparece a quién juega con espiritismos o se dona a éste ente del mal.

Aparte de las siempre morbosas sectas adoradoras del "príncipe del mal", también existen otras muchas que pueden resultar nocivas y "enganchan" a las personas de variados modos, como cursillos o conferencias. Destacamos sectas ufológicas -de ovnis-, esotéricas, orientalistas, pseudocristianas y filosóficas entre millares más.

 

07 de Marzo de 2.005.-

 


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