CARTA ABIERTA A S.M. EL REY DON JUAN CARLOS I

 

Por Eduardo Palomar Baró.

Señor:

Me permito el atrevimiento de dirigirme a V.M. como español de bien y persona agradecida, que no olvida el pasado honorable y fructífero para nuestra Patria y que actualmente se pretende denostar y amancillar por la clase política que detenta el poder de la nación.

Me refiero obviamente, al régimen autoritario que instauró el Generalísimo Francisco Franco, tan pronto fue nombrado Caudillo de España y Jefe del Estado y del Gobierno, democráticamente, por sus compañeros de armas, por considerarlo el mejor y el más preparado de la milicia para encabezar un caudillaje y pilotar el timón del Estado.

Al término del conflicto bélico establece un nuevo modelo de Estado, el más perfecto y equilibrado de todo el siglo XX -sólo equiparable a la dictadura de don Miguel Primo de Rivera- proporcionando a nuestra Patria, progreso incesante, paz envidiable y bienestar social como jamás se había logrado en España.

La inmensa mayoría del pueblo estaba compenetrado con su figura y obra, totalmente despolitizada, pensando solamente en el trabajo cotidiano, la tranquilidad y el desarrollo económico.

Una ínfima minoría dirigida desde el marxismo-leninismo exterior, se encargaba periódicamente de incordiar al Régimen infructuosamente. Una parte alícuota de ciudadanos que a nadie representaban, intentaba desestabilizar al Régimen sin conseguirlo.

El Generalísimo Franco se encargó de educarle y formarle académicamente en España a V.M, por el más selecto profesorado de la Universidad, de la Iglesia y de la Milicia, con el objetivo de llegar a ser el Rey de todos los españoles. El Régimen reinstaura la Monarquía abolida y desterrada por la Segunda República. Por consiguiente, el trono se lo debe V.M. exclusivamente a Francisco Franco.

Me pregunto: ¿Cómo es posible que se tolere este virulento ataque que está sufriendo la figura del Caudillo desde el gobierno y los medios de comunicación social tres décadas después de su muerte?.

Admitiendo que V.M. reina pero no gobierna, no deja de ser el Jefe del Estado que representa a la nación española, y como Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas, algunas atribuciones debe tener para impedir el derribo cobarde con nocturnidad y alevosía de la estatua ecuestre de Franco situada en la plaza de San Juan de la Cruz, ante la indignación del pueblo español y el regocijo de los politicastros de hogaño entre los que se encontraba el genocida Santiago Carrillo, junto a varias deslealtades de quienes sirvieron y recibieron prebendas del hoy denominado dictador.

Un verdadero acto de cobardía histórica que ha conmovido la conciencia de los españoles y reactivado el enfrentamiento entre las dos Españas, completamente mitigado con el franquismo desde los 25 Años de Paz.

Somos muchos los españoles que estamos disconformes con este alevoso ataque del gobierno de turno al sentir de los ciudadanos, muchos más de los que los políticos imaginan, una verdadera mayoría silenciosa que en el momento oportuno pueden salir de las catacumbas y aflorar al exterior.

Rogamos respetuosamente a V.M. tenga a bien interceder para frenar tanto desatino y evitar firmemente el anunciado desmantelamiento del Valle de los Caídos, monumento glorioso del Patrimonio Nacional, que debe pasar a la posteridad, y es nuestro deber transmitir a las nuevas generaciones.

He considerado un deber de conciencia trasladar a V.M. mis inquietudes y sentimientos, profundamente heridos, con el ruego y esperanza de que interceda para que termine de una vez para siempre la alevosa persecución inmisericorde y descalificación continua a Francisco Franco Bahamonde, que pese a la voluntad maléfica y sectaria del gobierno tripartito, sigue cabalgando majestuosamente en el aire de la Historia de España.

Siguiendo por ese camino que ha tomado la izquierda en el poder nos puede llevar a una peligrosa espiral, que no deseamos de ninguna forma, ya que desgraciadamente nos tocó vivir, con más o menos años, la tragedia del enfrentamiento entre hermanos, que supuso la guerra civil española.

En la confianza de que V.M. modere esa situación actual de revanchismo y de odio, al cabo de 66 años del término de la contienda y a los 30 años del fallecimiento de Franco, le saluda con el máximo respeto,

                                                                        EDUARDO PALOMAR BARÓ

21 de Marzo de 2.005.-

 

 


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