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Actualizada: 10 de Abril de 2.006.  

 
 
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Eduardo Palomar Baró.


Francisco Franco Bahamonde nace en El Ferrol (La Coruña) a las 0,30 del 4 de diciembre de 1892. Sus padres, Nicolás Franco Salgado Araújo, del Cuerpo de Intendencia de Marina (fallecido en 1942, a los 88 años, con el grado de general), y Pilar Bahamonde y Pardo (fallecida en 1934 en Madrid, camino de una peregrinación a Roma). El matrimonio tuvo cinco hijos: Nicolás (Ingeniero de Armas Navales), Francisco, Pilar, Ramón (comandante del “Plus Ultra”, muerto en accidente de aviación durante la guerra civil española) y Paz (muerta a los cinco años). Francisco Franco fue bautizado en la parroquia castrense de San Francisco de El Ferrol, el 17 de diciembre, con los nombres de Francisco de Asís, Paulino, Hermenegildo y Teódulo.

Franco cursa sus estudios de primaria y de bachillerato en el Colegio del Sagrado Corazón de El Ferrol, dirigido por el sacerdote Marcos Vázquez. Luego pasó al Colegio de la Marina que dirigía el capitán de Corbeta Saturnino Suances, preparando su Ingreso en la Escuela Naval, para de esa forma seguir la tradición familiar de convertirse en marino. Pero Franco no pudo ver realizada su ilusión. Eran los primeros años del siglo y España estaba viviendo los días sombríos que siguieron a la guerra con los Estados Unidos. El Gobierno había impuesto restricciones económicas que afectaban a las fuerzas armadas, y entre estas medidas figuraba la de suspender al menos temporalmente, los exámenes de ingreso en la Academia de Marina. El 29 de agosto de 1907, a los 15 años, ingresa en la Academia de Infantería de Toledo. A los 17 años, el 13 de julio de 1910, sale de la Academia como segundo teniente. Su primer destino militar sería en El Ferrol, donde había vacante en el regimiento de Zamora número 8.

Pero este destino le duraría solamente dos años, porque en su interior había algo que le reclamaba abandonar la vida fácil de guarnición, al lado de la familia, para sustituirla por una vida de campaña. En África había estallado una rebelión y Franco no vaciló un instante: pidió su incorporación a las fuerzas de guarnición en Marruecos. En febrero de 1912 llegó a Melilla, incorporándose al cuartel del Regimiento de África número 68.

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Al ascender a teniente, por escalafón, en julio de 1912, a los 19 años, solicita ser destinado a Marruecos. En la unidad de Regulares de Melilla actúa bajo las órdenes del general Berenguer. En los alrededores de Tetuán, obtiene su segunda Cruz Roja del Mérito Militar. En septiembre de 1914, Franco se distingue en la gran acción de Izarduny y gana su primer ascenso por méritos de guerra, lo que le convierte en primer teniente. En 1915 es propuesto nuevamente para el ascenso por méritos de campaña, ascendiendo a capitán, por su actuación en la ocupación de la Peña Beni Hosmar, el 16 de enero de 1915. Franco tiene 22 años. El 25 de mayo de 1915 es destinado a la 3ª Compañía de Regulares Indígenas. El 21 de septiembre de 1915 se le concede la tercera Cruz Roja al Mérito Militar y desempeña simultáneamente el cargo de capitán-cajero.

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Radiografía de Franco en el hospital de Ceuta.

El 28 de junio de 1916, a los 23 años, al recoger el fusil de un soldado caído en el combate en las lomas de Dar Riffien, es herido en el vientre. Tales heridas eran gravísimas entonces (sin sulfamidas ni antibióticos, descubiertos posteriormente). Los médicos prohibieron su evacuación a un hospital, ante el temor de que no llegara. Franco sanó de la herida. Hubo nueva propuesta para el ascenso, pero al tener solamente 23 años se le consideró que era excesivamente joven. En el parte es citado como “muy distinguido por su insuperable valor, dotes de mando y energía desplegados en el duro combate en que fue gravemente herido”. Se le distinguió con la Medalla de Sufrimiento por la Patria y la Gran Cruz de María Cristina.

 

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La primera imagen del comandante Franco, 1917

Franco logró el ascenso a comandante a los 24 años, y al no haber vacante en las fuerzas de África, tuvo que pasar a la Península, destinado al Regimiento del Príncipe, en Oviedo. Su nombre era ya popular, y dada su juventud se le conocía cariñosamente con el nombre de “comandantín”, porque era el jefe del Ejército más joven que tenía España. Pero su estancia en la Península no duraría mucho tiempo. La ocasión de su marcha fue la creación, el 28 de abril de 1920, del Tercio Extranjero, cuyo mando ostentaba Millán Astray. Como lugarteniente pensó en Franco y así se lo telegrafió. En Oviedo tuvo que dejar a sus amigos Camilo Alonso Vega, Francisco Franco Salgado, Álvaro Sueiro y sobre todo, a su novia, Carmen Polo y Martínez Valdés, a la que había conocido cuatro años antes. Pero Franco sentía la llamada de África y a ella volvió. En el mes de octubre de 1920 organiza el Tercio, cuya primera bandera se instalaría en el campamento de Riffien. Franco mantiene ocupados a sus legionarios todo el día. A la instrucción intensiva en orden abierto y en orden cerrado, se suma la instrucción teórica, la grabación del Credo Legionario, el empleo del tiempo libre en deportes: lucha, boxeo, hípica, tiro, fútbol. Y organiza las granjas legionarias que mejorarán los ranchos y en ocasiones autoabastecerán casi a las unidades.

El 18 de abril de 1921, el Tercio de Extranjeros entra en acción. El comandante Franco manda la Primera Bandera. En meses sucesivos la dirigirá en las acciones de Targa, Tigulsas, Tagasat, Kala, Xauen, Garuzin, Miskrela, zona de Larache, Robba El Gozal, etc. 

El comandante Francisco Franco, 1921

En 1921, en El Fondak, en el extremo occidental del Protectorado español de Marruecos, la Primera Bandera recibe órdenes de partir inmediatamente hacia Tetuán. En Annual, Abd-El-Krim, el jefe rifeño, ha caído sobre la columna que se replegaba sobre Melilla y ha dado muerte a 15.000 hombres. El general Silvestre, que la mandaba, se ha dado muerte. Melilla está desguarnecida y presa de pánico. Con Annual se han perdido doce años de pacificación en el Protectorado. Franco, al mando de la Primera Bandera, desembarca en Melilla, tras unas agotadoras jornadas de marcha a pie de El Fondak a Tetuán, de Tetuán a Ceuta y de embarque de Ceuta a Melilla. El desfile de los legionarios, con su banda de música y sus canciones, restablece la moral de los melillenses. La Bandera entra en acción inmediatamente y consolida la situación militar. El 14 de julio se emprende la contraofensiva española. Millán Astray cae en brazos de Franco con el pecho atravesado de un balazo, en el curso de una inspección a las posiciones en Nador. El comandante Franco, a los 28 años, se hace cargo del Tercio de Extranjeros. Como tal participa en vanguardia en la reconquista de todos los territorios ocupados por Abd-El-Krim, destacando en la conquista del Monte Uisan, reducto fortificado de la tribu de Beni-Bou-Ifrun. Tras un breve permiso en El Ferrol, que pasa en compañía de su madre, se incorpora nuevamente a África y a la Legión.

En 1922 Franco publica su libro “Diario de una Bandera”. En el prólogo, Millán Astray dice de Franco: “El comandante Franco es conocido de España y del mundo entero por sus propios méritos y por las características que ha de reunir todo buen militar, que son: valor, inteligencia, espíritu militar, entusiasmo, amor al trabajo, espíritu de sacrificio y vida virtuosa, las reúne por completo el comandante Franco”.

El 7 de junio de 1922 el Consejo de Ministros acuerda su ascenso a teniente coronel. Es el primer ascenso que se concede en el Ejército en el período de 1921-1923 y Franco se convierte en jefe de la Legión, cuando sólo cuenta con 30 años de edad. Sustituye al teniente coronel Rafael Valenzuela, que acaba de morir en combate en las peñas de Tahuarda, y que, a su vez, había sustituido al teniente coronel Millán Astray, gravísimamente herido precisamente cuando estaba al lado de Franco. Para el ascenso de este último y su nombramiento de Jefe de la Legión, otra vez se opondría el obstáculo de la edad. Sin embargo, no hubo vacilación. Por encima de todo, era el jefe indiscutido y deseado por el Ejército.

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Francisco Franco y Carmen Polo, casados

El teniente coronel Franco hace un paréntesis en África y se desplaza a la Península. El 22 de octubre de 1923, en el templo ovetense de San Juan el Real, y en una ceremonia oficiada por el capellán castrense don Antonio Martínez, se unieron en matrimonio  el joven jefe del Tercio, Francisco Franco y la señorita Carmen Polo. La boda constituyó uno de los acontecimientos del año. Fueron padrinos don Alfonso XIII y doña Victoria Eugenia, y en su representación actuaron el gobernador militar y civil de Oviedo, Antonio Losada y doña María del Pilar Martínez Valdés, viuda de Ávila. Los testigos fueron el marqués de Vega de Anzo, Nicolás y Ramón Franco. El nuevo matrimonio envió al Palacio Real este telegrama: “Jefe Superior de Palacio. Madrid. ‘Le suplicamos eleve a Su Majestad siguiente telegrama: Al terminar la ceremonia de nuestro matrimonio, que Su Majestad se ha dignado apadrinar, anhelamos significarle nuestra profunda gratitud, que reiteraremos personalmente a nuestro paso por Madrid, ofreciéndole nuestros respetos, débil muestra de nuestro agradecimiento por la distinción que nos ha dispensado. Francisco Franco, Carmen Polo’.

 

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Portada del periódico, El Nuevo Mundo

Con la subida al poder del general Miguel Primo de Rivera, al frente de un Directorio militar, la guerra de África entra en una nueva fase que tiene por objetivo la pacificación del territorio, aunque Abd-El –Krim cree que ha sonado la hora de su victoria. Franco piensa, a su vez, en dar la batalla definitiva y acaricia la idea de lanzarse sobre el corazón de la rebeldía, para lo que es imprescindible el desembarco en Alhucemas. Así se lo explica a Primo de Rivera, en uno de los viajes de éste a Marruecos. La idea se considera muy difícil de realizar, pero indudablemente es la clave para obtener la pacificación. De nuevo vuelve a sonar el nombre de Franco rodeado de aureola. Las operaciones de Xauen han terminado y, en Tetuán, Franco es aclamado con sus legionarios. Desde junio de 1918 a noviembre de 1924 ha participado en 47 hechos de armas, siempre en vanguardia. “Ninguno –diría el general Primo de Rivera- ha luchado más, ni con más perseverancia, ni con más capacidad en Marruecos”.

En septiembre de 1925, después de lograrse la colaboración francesa -ya que Francia ha visto atacadas sus fuerzas por Abd-El-Krim, el cual aspiraba a situar la capital de su imperio en Fez-, se lleva a cabo el desembarco de Alhucemas, ambicionado por Franco, que va ahora al frente de las fuerzas de desembarco, a la cabeza de unos doce mil hombres. Las operaciones duran varios días y son de las más enconadas de esta campaña. Al final, Abd-El-Krim sucumbe con su ejército y huye. Se ha logrado la pacificación del territorio marroquí. El general Miguel Primo de Rivera ha logrado su objetivo y España vive la alegría de la tan ansiada paz.

 

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Primera fotografía del primer general que llevó en sus hombreras las insignias del Tercio, 1926

El 3 de febrero de 1926, Franco alcanza los entorchados de general a la edad de 33 años, al mismo tiempo que recibe su segunda Medalla militar, la Encomienda de la Legión de Honor y la de Caballero del Mérito Militar y Naval francés. En el dictamen de la Junta Superior de Generales para resolver la propuesta de ascenso, aparecen estas palabras: 

«Es un positivo valor nacional y seguramente el país y el Ejército obtendrán gran beneficio aprovechando las singulares aptitudes del coronel Franco en empleos superiores». 

Se convierte en el general más joven de Europa, y, por supuesto, el primero de la 14ª promoción de la Academia de Infantería que llegaba al generalato. De manos de sus compañeros recibiría un homenaje entusiasta que tendría como escenario el Alcázar de Toledo.

 

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El general Francisco Franco, 1928

En 1927, el general Primo de Rivera decidió restaurar la Academia General Militar y no vaciló al elegir la persona que sería su director: el general Franco. Cuando a primeros de 1928 Franco se entregó a la gran obra, se encontró que tenía que partir totalmente de cero. Era necesario desde levantar edificios hasta redactar los planes de estudio, elegir el profesorado, etc. Se trataba realmente de fundar la Academia. El 4 de febrero de 1928, el Regimiento nº 9 de Artillería entregó a Franco el cuartel del Carmen como sede provisional de la Academia. El 20 de julio aparecen las listas de aprobados en los exámenes de ingreso y el 3 de octubre tiene lugar la inauguración del curso. Los 215 aprobados de un total de 785 presentados, estaban en la Academia de Zaragoza, recibiendo el Decálogo del cadete, compuesto por Franco e inspirado en su experiencia legionaria.

En el discurso de la apertura de curso, Franco expresaba su pensamiento: 

«No es la vida militar camino de regalo y deleite; como os hemos anunciado, encierra grandes penalidades, trabajos, sacrificios: gloria también, mas, como las rosas, surge entre espinas. No olvidar que el que sufre vence, y ese resistir y vencer de cada día es la escuela del triunfar y es mañana el camino del heroísmo». 

Franco dedicó a la Academia General Militar un importante período de su vida (1928-1931). El 14 de abril de 1931 llegó a España la Segunda República. Para Franco se avecinaban horas muy difíciles, pero ordenó a todo el mundo conservar la calma y hacer vida normal. La bandera bicolor de la Academia fue la última que ondeó en España en abril de 1931. Para cambiarla por la tricolor, Franco exigió antes una orden por escrito de Capitanía General. Manuel Azaña montó un ataque directo contra Franco al anular, el 26 de junio de 1931, la convocatoria para un nuevo ingreso. El 1 de julio se publicó el decreto de supresión, que se consumó el 14 de julio de 1931, el mismo día en que se inauguraban las primeras Cortes Constituyentes de la República. Franco se despidió de sus cadetes formados en el patio de la Academia, sin bandera, dirigiéndoles un discurso considerado como una obra maestra de la oratoria política y militar, y que finalizó con estas palabras: 

«Sintamos hoy al despedirnos la satisfacción del deber cumplido y unamos nuestros sentimientos y anhelos por la grandeza de la Patria gritando juntos: “¡Viva España!”». 

El discurso le pareció a Azaña merecedor de castigo, lo que supuso la única reconvención que figura en la Hoja de Servicios de Franco. El 12 de septiembre se publicó una Ley por la que Franco pasaba del número 1 al 15 entre los generales de brigada.


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