LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA

 

Por César España R.  

Después de casi tres décadas de una democracia que censura lo que no le conviene, ¿es esto realmente democracia? Franco ha sido el gran demonizado, injuriado, vapuleado, insultado... por odio de los que perdieron la Guerra que ellos mismos provocaron en 1936, y cuyos responsables son la jauría diabólica de masones, anarquistas, separatistas, socialistas y comunistas que se juntaron para formar el Frente Popular más sanguinario que el comunismo ha parido en España. Si eras cura, monja, católico o persona con pensamientos derechistas tenías la pena de muerte sentenciada de antemano. Bajo el canto de La Internacional y el grito de "Viva Rusia" mataron a mansalva desde que fraudulentamente, según sostiene el historiador Pío Moa, ganaron las elecciones de Febrero del 36. Ese fue el empezar. La sangre martirial de miles de Consagrados a Dios fue derramada por todas las ciudades de nuestra Patria. Miles de sacerdotes, cientos de monjas e incluso doce obispos murieron a manos de las izquierdas españolas. Muchos de esos asesinos, cuando el bando Nacional  venció valerosamente, después de episodios tan sonados como la Batalla del Ebro o el asedio izquierdista sobre el Alcázar de Toledo, se autoexiliaron a diversos países. 

Hoy, la "prensa democrática" los eleva a sus altares laicos, exaltando su defensa hacia una república que fue todo menos democrática. El pensamiento opositor estaba penado con la muerte. Se entregaron armas a los sindicatos desde el Gobierno para defender la "legalidad republicana", se envenenó al pueblo, mayoritariamente analfabeto o de escasa cultura en aquel tiempo contra la Iglesia por personificar el mal, la religión era "el opio del pueblo", había que acabar con esa droga. Eso desembocó en una dantesca orgía de crímenes, quema de iglesias, conventos y persecuciones.  Sangre de mártires que Juan Pablo II ha reconocido como "semillas que dan fruto". Acabada la Guerra, las vocaciones crecieron como pocas veces en la historia de España. 

El PNV tenía en Madrid una "cheka" de tortura  para los "contrarevolucionarios", señoras mayores violadas y asesinadas en diversos pueblos por pertenecer a Acción Católica o cualquier otra entidad religiosa comprometida, miles de asesinatos en Paracuellos del Jarama a personas de derechas o curas, siendo gobernador civil  el idolatrado Santiago Carrillo. España dividida en dos mitades irreconciliables. 

Durante los años treinta, las izquierdas participaron en tres golpes de Estado, el más sonado (con abundante documentación al respecto en el último libro de Pío Moa fue en Asturias, en 1934, donde los republicanos separatistas catalanes (ERC) se unieron al PSOE, ahí vemos el indudable pasado democrático de ambos partidos). Por cierto, éste autor está censuradísimo. Ningún partido de los causantes de aquella contienda ha pedido perdón jamás, ni ninguno de sus herederos políticos ha asumido responsabilidad alguna en aquel caos. Al contrario, mienten, adulteran y tergiversan la historia para pasar por "los buenos de la película".  Para ello tienen sus todopoderosos grupos mediáticos y editoriales, para "concienciar" al pueblo sobre su sectaria "verdad". No se arrepienten, pasa igual que Zapatero durante la Comisión del 11-M, que no condenó los actos vandálicos  y amenazas ante las sedes del PP. Vaya catadura moral. 

Así se engaña a un pueblo, y lo peor, la historia podría volver a repetirse. Dios no lo permita.

17 de Febrero de 2.005.-

 

 


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