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Actualizada: 09 de Junio de 2.007.  

 
 
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 En el fallecimiento de Genoveva (Eva) Forests.


Militante del PCE y proetarra implicada en el atentado de la Cafetería Rolando e indirecta participante en el de Carrero Blanco.

Por Eduardo Palomar Baró




La editora y escritora Genoveva Forest, conocida también como Eva Forest, falleció el sábado 19 de mayo de 2007 en Hondarribia (antes Fuenterrabía), a consecuencia de una larga enfermedad, a la edad de 79 años.

Genoveva Forest Tarrat -Eva como la conocían los etarras- nació en Barcelona el 6 de abril de 1928, en una familia anarquista catalana, siendo su infancia muy marcada por la Guerra Civil española. Su padre, pintor, consideraba la Escuela una institución represiva, por lo que mientras vivió, la libró de la educación reglada. Murió en 1936, coincidiendo con el inicio de la contienda.

Genoveva ingresó en una guardería de ayuda a los niños españoles creada por una institución suiza. Estuvo a punto de ser evacuada a Rusia, aunque, en el último momento, su madre la sacó del camión que la llevaba a embarcar.

Después de la guerra pisó por primera vez una escuela, cursando el bachillerato en Barcelona y posteriormente fue a Madrid a estudiar Medicina. Compaginaba las clases con un trabajo en el Departamento de Psiquiatría del Hospital Provincial, con López Ibor.

Los sábados acudía a la Universidad Libre de Gambrinus, una tertulia que fue muy importante para su formación.

Estudió Medicina en Madrid, y en el último curso de la carrera, en 1955, conoció al dramaturgo Alfonso Sastre con el que se casó en diciembre del mismo año. Desde entonces dedicó gran parte de sus energías a la lucha política y a la defensa de la obra de su marido.

En el año 1956, Sastre fue procesado y el matrimonio marchó a París, donde nació su primer hijo, Juan. Genoveva empezó a abandonar la Medicina y a interesarse por la Sociología. Allí escribió su primera novela titulada “Febrero”. En 1962, de nuevo en España, fue detenida en una manifestación de mujeres en apoyo a las huelgas de los mineros de Asturias. Se negó a pagar la multa, ingresando en prisión durante un mes con su hija Evita, recién nacida.

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En 1966 viajó por primera vez a Cuba, viviendo cuatro meses en una granja de Sierra Maestra, recopilando información que le sirvió para publicar “Los nuevos cubanos”, libro que prohibió la censura. Desde ese viaje nunca perdió su vinculación con la isla, que visitaba con mucha frecuencia, apoyando al Gobierno de Fidel Castro con numerosas conferencias y con la publicación de artículos.

En 1967, dentro de su línea de solidaridad internacional, creó en Madrid el Comité de Solidaridad con Vietnam.

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En 1970, durante el Proceso de Burgos contra dieciséis militantes de ETA, acusados de pertenecer a la organización terrorista ETA, y de los delitos de asesinato del policía Melitón Manzanas (2 agosto 1968), jefe de la Brigada de Investigación Social de la comisaría de San Sebastián y primer víctima de la triste historia de ETA, y de José Pardinas Azcay, agente de la Guardia Civil, así como del taxista Fermín Monasterio Pérez (9 abril 1969), aprovechó Genoveva Forest crear en Madrid el “Comité de Solidaridad con Euskadi”.

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Tuvo lugar el 13 de septiembre de 1974 a las 14:20 horas. La banda terrorista de ultraizquierda ETA puso una bomba en la céntrica Cafetería Rolando de la calle Correo nº 4, en Madrid, frente a la fachada lateral de la Dirección General de Seguridad, en la céntrica Puerta del Sol, porque a esa cafetería “iban policías”. El resultado de esta criminal y salvaje acción fue de doce muertos y ochenta y seis heridos, y entre ellos no había ni un solo policía. Todos los fallecidos y heridos eran civiles. Los muertos de esta vil matanza fueron los siguientes:

Concepción Pérez Paino, administrativa de la Delegación General de Seguridad; Francisca Baeza Alarcón de 45 años de edad, soltera, profesora de Enseñanza General Básica en un colegio de Valdepeñas (Ciudad Real), donde ejercía desde hacía 15 años; los recién casados, hacía solamente seis días, Antonio Alonso Palacín de 30 años de edad, operario de taller y su esposa María Jesús Arcas Tirado de 24 años de edad, telefonista; María de los Ángeles Rey Martínez de 20 años de edad, estudiante, llevaba sólo 24 horas en Madrid, a fin de examinarse de la única asignatura que le quedaba para finalizar sus estudios de Ciencias Empresariales, estudios que llevaba a cabo en Burgos; Luis Martínez Martínez de 77 años de edad, agente comercial; Antonio Lobo Aguado de 25 años de edad, ferroviario, casado y deja viuda y dos hijos; Francisco Gómez Vaquero de 31 años de edad, camarero de la cafetería “Rolando”; Manuel Llanos Gancedo de 25 años, camarero encargado de la cafetería “Rolando”; Gerardo García Pérez, camarero de la cafetería “Ronaldo”; Baldomero Barral Fernández y su esposa María José Pérez Martínez, dos gallegos que estaban de paso por Madrid.  

Noticia en la Vanguardia Española, pinchar sobre la foto para ampliar.

Los asesinos fueron un hombre y una mujer, María Lindes Cristóbal Elhorga, alias “Pompadour”, jóvenes venidos de Francia y que se encargaron de dejar la bomba en el interior de la cafetería, proporcionándoles la ayuda que necesitaron en Madrid la etarra Genoveva Forest, también conocida como “Vitia”, “Tupamara” y “La Rubia”, quien les alojó en la calle Virgen del Val nº 19, 6ºA.

Tras el atentado Forest les llevó a un piso de Alcorcón (Madrid) para que se ocultasen y, curiosamente, ese piso estaba a nombre de la mujer de Antonio Durán Velasco, militante comunista.

Ya en 1972, Genoveva Forest había acogido en su casa a “Argala”, uno de los etarras encargados de asesinar al almirante Luis Carrero Blanco y a otro de ellos, “Wilson”, al que alojó en casa de la actriz Mari Paz Ballesteros.

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El operativo de ETA en Madrid para asesinar al presidente del Gobierno Luis Carrero Blanco contó con la participación de más de 30 militantes, al margen de colaboradores de la extrema izquierda que se oponían al Régimen. Una persona próxima a la escritora Genoveva Forest y vinculada a la Platajunta fue la que facilitó a los terroristas la información de que el delfín de Franco asistía todos los días a misa, a la misma hora y sin apenas escolta.

La cuenta atrás de la “Operación Ogro”, tal como ETA denominó el plan para acabar con la vida de Carrero Blanco, comenzó a finales de 1972. A mediados de septiembre, José Miguel Beñarán Ordeñana, “Argala”, recibe una nota de Genoveva Forest para que acuda a un encuentro con un personaje desconocido en la cafetería del Hotel Mindanao de Madrid, ubicado en la calle Francisco de Sales.

Unos días después, “Argala”, acompañado de Ignacio Pérez Beotegui, “Wilson”, que se queda fuera del hotel, se entrevista con el misterioso personaje y obtiene de él, sin apenas mediar palabra, un sobre cerrado con una nota dentro. El tercer hombre es un tipo de unos 35 años, lleva una cartera de piel y viste con elegancia. La nota contiene los datos precisos sobre la costumbre de Carrero de oír misa y comulgar todos los días a las 9:00 horas en la iglesia de San Francisco de Borja, en la calle Serrano, a unos 100 metros de la Embajada norteamericana, y sin apenas escolta.  

  Almirante Luis Carrero Blanco.

La banda terrorista ETA proyecta primero un plan para secuestrar a Carrero Blanco, pero cuando es ascendido a presidente del Gobierno el 9 de junio de 1973, aumentando, como es lógico, su protección, los etarras optan por el asesinato.

En abril de 1972, “Argala” y “Wilson” buscan el domicilio del periodista de “ABC” Alfredo Semprún para asesinarlo, cuando se encuentran con los nombres del matrimonio Alfonso Sastre y Genoveva Forest en un buzón de Correos de un inmueble de la calle Virgen del Val. A partir de ese momento, Forest, que comienza a ser conocida como “La Rubia” por su melena dorada, decide colaborar con los militantes de ETA. La escritora se compromete a facilitar vivienda a los terroristas que fueran llegando a Madrid.

Tras los datos obtenidos por José Miguel Beñaran Ordeñana “Argala” e Iñaki Pérez Beotegui “Wilson” sobre Luis Carrero Blanco, regresan al País Vasco francés, donde reside la dirección etarra. Tras una reunión con los pesos pesados del Frente Militar de la banda, el comité directivo tiene un encuentro con el joven nacionalista de 27 años, Iñaki Múgica Arregui “Ezkerra”. Durante la reunión, José Manuel Pagoaga Gallestegi “Peixoto”, en nombre de sus compañeros, comunica a “Ezkerra” que ha sido escogido para dirigir una misión de gran importancia en Madrid, junto a “Argala” y “Wilson”.

A mediados de enero de 1973, “Ezkerra”, “Argala” y “Wilson, llegan a la capital de España y se alojan en un poso del barrio de Aluche que les ha facilitado Genoveva Forest. “Argala”, que tiene las llaves de la vivienda, presenta a su ya amiga “La Rubia” al jefe de la misión “Ezkerra” y a Forest que están allí para secuestrar a Carrero Blanco a fin de canjearlo por presos políticos de ETA, condenados a más de 10 años de cárcel.

“Ezkerra” se hospeda en un piso alquilado en la calle Mirlo, nº 1, donde ya resien “Wilson” y “Argala”. “Ezkerra” entra en contacto con Antonio Durán Velasco, un sindicalista de CC.OO, y militante del PCE conocido por  “El Tupamaro”. Durán está al corriente de todo por Genoveva Forest, quien sigue viéndose a menudo con “Ezkerra”.

La banda terrorista ETA necesita un piso bajo para hacer un agujero donde ocultar a los autores del atentado. “Ezkerra” entrega a Forest 400.000 pesetas para que compre una vivienda adecuada. El piso lo compra Durán a nombre de su esposa. Ellos dos y Genoveva Forest son los únicos que tienen conocimiento de la existencia de ese piso, ubicado en la calle Hogar, en Alcorcón (Madrid). En él, los tres miembros del comando Txikia se ocultaron durante todo un mes tras asesinar al almirante Carrero.

El 9 de junio de 1973 al ser nombrado Carrero Blanco como presidente del Gobierno, y ser reforzada su escolta, “Ezkerra”, “Txomin” y “Peixoto” desisten del proyecto de secuestro, decidiendo poner en marcha un plan para asesinar al presidente. Los etarras se hacen con el sótano de Claudio Coello, nº 104, por donde pasa todos los días y a la misma hora, la comitiva con Carrero a bordo de su coche oficial. Comienzan los trabajos del túnel el 7 de diciembre de 1973.

A las 9:28 horas del 20 de diciembre de 1973, los terroristas accionan los 50 kilos de explosivos al paso del Dodge Dart. La deflagración hace que el automóvil salga despedido a una altura de cinco pisos, salve la azotea de San Francisco de Borja y caiga sobre una terraza interior. El presidente Luis Carrero Blanco, el conductor Pérez Mogena y el inspector Bueno fallecen en el acto.

El paso definitivo a Francia del comando Txikia no se produce hasta finales de enero de 1974, cuando Genoveva Forest se desplaza a San Juan de Luz con una carta de “Argala”. En la nota se señala un paso rápido en un lugar de la Ría de Fuenterrabía (Hondarribia), día y hora. Regresa a Madrid Forest con la respuesta de la Dirección del Frente Militar de ETA dando fecha y hora. Según el día convenido, José Ramón Arrizcorreta Salabarría les espera con una lancha motora en Fuenterrabía para conducirlos a la playa de Hendaya.

Así acababa la “Operación Ogro” con la colaboración de Genoveva (Eva) Forest.

Uno de los escritos más conocidos de Eva Forest es el titulado precisamente “Operación Ogro” (1974), aunque lo escribió con el seudónimo de Julen Agirre, basado en el atentado que sufrió el Almirante Carrero Blanco. En este año de 1974 fue detenida acusada de colaboración con ETA. Permaneció en prisión preventiva. El juicio nunca llegó a celebrarse, saliendo en libertad el 1 de junio de 1977. Durante estos años escribió “Diario”, “Cartas desde la cárcel” y “Testimonios de lucha y resistencia”.

Eva Forest -como la conocían los etarras- alineada con la izquierda abertzale, llegó a ser elegida senadora en representación de Herri Batasuna.        

En 1990 fundó la editorial Hiru, con el doble objetivo de ir publicando la obra de su marido Alfonso Sastre, y otros textos interesantes, muchos de ellos dedicados a la política, siempre desde su prisma de izquierda. En los últimos años de su vida se volcó en la denuncia de las dos guerras del Golfo. Viajó a Irak y publicó el libro “Irak ¿un desafío al nuevo orden mundial?”

Su postrer aparición en público tuvo lugar en abril del 2007, en una semana cultural de los Ayuntamientos de Irún y Hondarribia, dedicada a la figura de su esposo, Alfonso Sastre (*), y aplaudida por Batasuna.  


(*) [N. del A.] Alfonso Sastre nació en Madrid el 20 de febrero de 1926. Escritor, dramaturgo, ensayista y guionista cinematográfico. Fue miembro del PCE entre 1962 y 1974 cuando abandonó y fue encarcelado por el atentado de ETA en la calle Correo, que causó doce víctimas. Salió en libertad condicional en mayo de 1975 tras lo que huyó a Francia hasta 1977, cuando fue expulsado por su apoyo a los etarras. Premio Nacional de Teatro en 1992, las vinculaciones de Sastre con ETA y su entorno no cesó en ningún momento. Durante el cierre del diario etarra “Egin”, cedió la nueva cabecera “Euskadi Información”, registrada por la editorial “Ekin”, presidida por Sastre, que durante unos días sustituyó a “Egin” hasta el nacimiento de “Gara”. Formó parte de la lista de Herri Batasuna al Parlamento vasco por la provincia de Guipúzcoa. Firmante de cuantos manifiestos en apoyo de ETA, entre ellos el del asunto de las Giraldillas, en los mundiales de Atletismo de Sevilla, y del acercamiento de presos. La Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) le concedió el Premio de Honor de los Max -premios concedidos anualmente para reconocer el trabajo realizado por los profesionales de las Artes Escénicas- lo cual promovió una enérgica repulsa por parte de la Asociación de Víctimas del Terrorismo. El secretario general de la AVT manifestó: “La justicia va por un lado y la sociedad civil va por otros en algunos aspectos. Por mucho que se quiera reducir el entorno y el entramado de ETA, ya estamos viendo que la misma SGAE le da un premio a un señor que para nosotros es un colaborador y encubridor de los terroristas”. “Antes de entregar un premio hay que mirar la persona y el daño que puedes causar concediéndolo, porque un premio significa premiar una personal no sólo en lo profesional sino por sus comportamientos anteriores”.

Alfonso Sastre y Genoveva Forest

 

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El “Diario Opositor” de fecha 21 al 26 de abril de 2005, publicó el artículo “Asilo en Cuba para una connotada terrorista de la ETA”, debido a la pluma de Wenceslao Cruz Blanco, y que hacía referencia a Genoveva (Eva) Forest:

«El despliegue mediático llevado a cabo por el gobierno cubano para intentar evitar la aprobación de la resolución de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, que señala a Cuba como violador de derechos elementales, ha llegado a su fin con la “solicitud de asilo” hecha por Genoveva (Eva) Forest a las autoridades de la isla. Aunque pueda parecerlo, la connotada defensora de los derechos de los que matan no huye de España porque se haya reabierto el caso de la Cafetería Rolando de la calle Correo, donde ETA provocó un atentado que costó la muerte a 12 inocentes, y en el cual estuvo implicada.

La proetarra y responsable de la editorial Hiru, que distribuye libros como la guerra de guerrillas del Ché Guevara o de tiranos modernos como Fidel Castro, ha hecho un artículo reproducido por la Prensa gubernamental cubana titulado “Pido asilo en Cuba”.

La “vergüenza” que siente al ser europea, luego de que Europa haya copatrocinado junto a Estados Unidos la resolución de la ONU, se contrapone con la poca importancia que le concede la propia dictadura, donde el mismo Castro ha señalado “que le importa un bledo”... aunque por la movilización de sus acólitos internacionales todo parece indicar que realmente le interesaba.     

La misiva de Eva no sólo critica a Europa cuando dice: “Esta Europa moribunda en donde las corporaciones crecen desmedidamente mientras las personas honestas se retuercen, vomitan, gritan e incluso lloran”. También contiene amenazas al expresar: “Pero ¡ojo! que también sabremos saltar este muro, aun a sabiendas de que no es fácil el camino que se nos ofrece después. Volverán las guerrillas. Pero unas nuevas, con nuevos métodos. Frescas, potentes, contundentes. Sabias. Inteligentes”. Es alarmante con qué desparpajo se suelen autodeterminar “honestas” las personas que se lavan sus manos en sangre, no sólo sangre de cientos de españoles, sino de miles de cubanos que han sido víctimas del gobierno al que la escritora pide “asilo moral, ético y humano”, tres virtudes de las que carecen tanto el gobierno cubano como ella. Quizás las guerrillas a las que Forest hace referencia pronto formen parte del gobierno vasco a través del partido que “no pudo” ilegalizar el gobierno español, pues como ella misma preveía, utilizan métodos frescos, potentes e inteligentes, y como la inteligencia tiene su valía cuando la comparas con los tontos, habrá que ver qué opina de ello el gobierno socialista»

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