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Actualizada: 12 de Octubre de 2.006.  

 
 
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  12 de Octubre. Virgen del Pilar.

La Hispanidad asediada.

José Gabriel

Un año más (no sabemos por cuanto tiempo) se celebra la Fiesta de la Hispanidad, el día de la Raza. Los políticos, intelectuales, periodistas y demás librepensadores, se ven obligados durante unas horas a hablar de Hispanoamérica, dejando aparcado ese barbarismo de Latinoamérica que tanto les gusta; aunque nuestros Jefe de Estado y Presidente, recurran con gran habilidad a la utilización del término Iberoamérica.

La Hispanidad, que geográficamente no se limita al continente americano, no es una entidad política, es algo muy superior: una comunidad espiritual fruto de la mayor gesta conocida; es un credo, cultura e historia común que han dado como fruto una nueva Raza. Al español coherente con lo que dice defender, nunca le ha importado el origen, la sangre o el color de la piel. El español ha incorporado a la cristiandad todas las razas y sociedades que han estado bajo su influencia. Por eso, nuestro concepto de Raza no es genético o morfológico; nosotros entendemos por Raza un credo común, una manera superior de entender la civilización, una mística, un genio. Nunca nos hemos considerado portadores únicos de la Verdad, nos hemos ceñido a custodiarla, seguirla, proclamarla, predicarla y compartirla.

La generación actual, ebria de una soberbia sin precedentes y a la luz de un incomprensible nihilismo moral e intelectual, se ha erigido en dueña de la historia y a proclamado: “Hispanoamérica no existe; existe Latinoamérica”.

Ya en su día la lengua española sufrió otro asedio y paso a ser lengua castellana, tratando con ello de minimizar la importancia de lo español en el mundo; incluso, le han quitado topónimos a nuestro idioma, ya no existe Gerona, Lérida y un sinfín de lugares más, victimas del revisionismo independentista.

No hace falta descubrir quien está detrás del actual Imperio de la Calumnia, incluso cuentan con la ayuda de sectores infiltrados en la Iglesia que no muestran reparos en utilizar por complicidad o ingenuidad, el termino de Latinoamérica.

Isabel La Católica, Reina de España y Madre de América también sufre lo suyo. La ejemplar cristiana, propulsora de los derechos humanos, es la responsable de la mayor evangelización que ha conocido la historia después de la realizada por los Apóstoles; quizá por eso, y ante la presión de los exclusivistas judíos, sectarios musulmanes y perniciosos protestantes, la Iglesia sigue postergando su proceso de canonización. Ya se sabe: contentar al infiel que nunca va a ser cristiano, para desorientar al que sí que lo es. La Reina recibió una sociedad decadente y dividida, para legar una España próspera, unida y evangelizadora…… Las comparaciones con la monarquía actual ¡son insoportables!

Se silencian o se pasa de puntillas sobre acontecimientos que han resultado trascendentes para la forja de lo Hispánico. Cualquiera habla ahora de la aparición de la Virgen en Zaragoza o de la promesa de Cristo al P. Hoyos: «Reinare en España y con más veneración que en otras partes»…. Por descontado, el P. Hoyos, sigue sin ser canonizado. Menos mal que el Papa Juan Pablo II se atrevió a decir: La Fe Cristiana y Católica constituye la identidad del pueblo español.

La Hispanidad está en crisis porque nuestra actualmente triste España tiene el alma rota, como roto está todo el que se aleja de su vocación. España ha dejado de ser luz de Trento para ser alcahueta del error y paradigma de lo aberrante.  Nuestra Patria esta gobernada por sus enemigos, aquellos que se dicen españoles mientras aborrecen de todos los episodios históricos que han forjado la unidad y proyección de España. No puede ser grande una nación que reniega de su grandeza; no puede ser libre quién da la razón a sus enemigos instalados en el error.

Los que hablan de la religión como opio del pueblo, han dado a la actual generación el opio de la pornografía y de la orgía de los instintos más materialistas; han relegado el patriotismo espiritual, frente al naturalista, al sensual, al provinciano: ¡Muera la Lira, Viva la Gaita!; han relegado el concepto de Patria como fundación, frente al de Patria contrato. Lo curioso es que España pasa a ser un contrato, mientras Cataluña, Vascongadas o quien se apunte, pasan a ser fundaciones, unidades indivisibles y realidades nacionales prehistóricas con proyección eterna, que han sido encorsetadas por la “inexistente España”

Para poner fin a toda esta insensatez y lograr el resurgir de España y la Hispanidad, nuestro patriotismo ha de fundamentarse en la coherencia con la historia de nuestra Raza, con su vocación y con su misión. Lo haremos con el espíritu crítico y de perfección que caracteriza nuestro estilo, sabiendo que es un camino duro, vertical si se quiere, pero como lo ha sido siempre el camino de la Verdad. De lo contrario, seremos almas de vía estrecha, prudentes, timoratas, de las que no saben lograr réditos de sus talentos.

No se trata de crear movimientos o partidos confesionales, y menos, clericales; se trata de beber en las fuentes con las que la Providencia nos ha premiado, de no olvidarnos de lo que queremos proponer como modelo de sociedad; se trata de tener criterio patriótico frente al desbarre patriotero que en ocasiones puede verse en algunos movimientos que se dicen nacionales. Para los que crean en otro estilo, tienen esa sandez de patriotismo constitucional a su servicio o, esa ignominia  de patriotismo “populista” que promueven algunos indolentes personajes que se dicen cercanos a nosotros. Los que promueven un patriotismo sin Dios: mutilan la esencia de España; o bien, son pobres victimas de la educación laica, o personajes condenados a peregrinar sin rumbo por la vida, ante su ausencia de valores trascendentes.

La Hispanidad, debe ser un pilar irrenunciable en cualquier proyecto que se diga español. Mantengamos la esperanza y luchemos como si todo dependiera de nosotros, sin olvidar que depende de Dios; tengamos claro que el mundo, Él, se lo alquila a los valientes.

¡Viva la Hispanidad! ¡Arriba los valores Hispánicos!


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© Generalísimo Francisco Franco. Noviembre 2.003 - 2.006. - España -

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