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Actualizada: 02 de Octubre de 2.005.  

 
 
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  Opinión

Y ahora ¿qué?.

Jakim Boar.

El último desafío a nuestra nación hace que por nuestra cabezas se plantee continuamente la incertidumbre sobre el futuro de España. Nuestro país afronta el segundo reto separatista en menos de un año, primeramente el plan secesionista Ibarreche y ahora el plan anticonstitucional Carod-Maragall. El primer plan, si bien peligroso y separatista, era totalmente inviable ya que la trama terrorista y el voto batasuno andaba tras él. Pero ahora el órdago a nuestro estado lo propicia nada más y nada menos que el partido que gobierna la nación. Ya que, no nos engañemos, el PSC de Maragall no es más que la rama catalana para ganar más votos del PSOE de Zapatero, por tanto, el estatuto catalán ha sido redactado con la pluma y letra de ZP.

No debemos sorprendernos ya que no es el primer desafío que Zapatero presenta a la Constitución Española. En Junio de este año con la Ley del matrimonio homosexual el presidente del gobierno plantaba cara a la Carta Magna. No es esta la única violación, Zapatero también plantaba cara a dicha constitución con una Ley de la enseñanza en la que la asignatura de religión no era evaluable, por lo que Zapatero dictaba a su gusto la enseñanza laica en nuestro país, que todavía según la Constitución es un estado aconfesional. Esta ley es totalmente anticonstitucional se mire por donde se mire, ya que en un estado aconfesional los ciudadanos deben decidir que religión quieren para sus hijos y esta debe ser evaluable.

El socialista Zapatero ha entrado en España a golpe de bombazo, primero boicoteando la jornada de reflexión electoral y segundo entorpeciendo la investigación del atentado que le llevó al poder. No contento con ello ahora desafía al sistema constitucional vigente y amenaza con romper la unidad de España a su antojo y provecho.

En España no sólo se comete inconstitucionalidad en lo político, también vemos como terroristas condenados a 700 años de cárcel por asesinar a 17 personas como la etarra Mercedes Galdós, salen a la calle libremente redimiendo condena por jugar al fútbol-sala. Y observamos atónitos como nuestra soberanía territorial es papel mojado en el asalto continuo a nuestras fronteras por parte de Marruecos.

No contentos con todo esto, ahora el independentista gallego Quintana, socio de Zapatero, amenaza a nuestra nación con que Galicia también va a ser una nación independiente. Por lo que tenemos tres heridas abiertas, dos por el PSOE y sus ansias de poder y venganza contra España y otra abierta por el terrorismo e independentismo vasco.

Entonces cabría hacerse la pregunta de si algo falla en nuestro sistema. Sin duda sí, viendo que cualquier personaje de tres al cuarto, por el simple hecho de ganar unas elecciones con unos pocos votos de más, tiene tanto poder como para acabar con el sistema del que salió elegido, para finiquitar una constitución que rige todo el sistema, fulminar la soberanía nacional de un país de golpe y porrazo, independizar territorios a su antojo y obligar a que los jueces dicten sentencias según su conveniencia. Por tanto nuestro sistema es tan débil que crea dictadores políticos durante cuatro largos años, esto se convierte en irresistible cuando los dictadores tienen como objetivo la destrucción de España.

Sin duda la Constitución Española de 1978 pecó de debilidad, de generosidad, de temores y de excesos. La debilidad la demostró en el poder excesivo que repartió a los políticos y el poder que quitó a jueces y militares. La generosidad en ceder tanto ante la presión de partidos que habían sido tan destructivos para la nación y enemigos declarados de España como PSOE y PCE. Los temores inexplicables de unos políticos que parecía que les temblaba la mano por poner que España era un país católico y dando de lado a nuestra religión. Y los excesos de definiciones de comunidades autónomas, banderas, nacionalidades y demás que abrió las ansias de poder y el abuso de los separatistas que ahora tanto padecemos.

Aún a pesar de eso, la Constitución Española define a España como nación y patria común e indivisible para todos los españoles. Da poderes a un Tribunal Constitucional para que la Constitución se cumpla y nombra a un Jefe de Estado para que sea el árbitro de la nación y mando supremo de las fuerzas armadas. El Jefe de Estado tendrá la última palabra y la responsabilidad para declarar la Guerra y/o la Paz.

Ahora cuando la unidad de España se ve amenazada extremadamente por independentistas catalanes, vascos y gallegos, ahora que el propio gobierno de la nación aprovecha su poder para asaltar las instituciones y realizar un golpe de estado en toda regla, ahora que Europa está herida de muerte por culpa de países como España que no controlan su inmigración, ahora que se incumple la Constitución por cada lugar de España, ahora que los políticos se creen una clase por encima de jueces y militares, ahora, es el momento de que alguien tome una decisión y solo una persona puede actuar de pleno derecho, y es el Jefe del Estado Juan Carlos I.

Si el Jefe del Estado no defiende la soberanía nacional y la constitución por la que fue elegido, no será rey de los españoles, y su función será una pantomima para llenar los bolsillos. Tristemente los españoles solo hemos visto intervenir al Jefe del Estado en la trama oscura del 23F que está más bien relacionada con la traición a nuestra patria que con la defensa de la misma. El reinado de Juan Carlos I se ha caracterizado por la comodidad de su inactividad y la ingratitud con el General Franco. Poco podemos esperar pues, pero en él está la responsabilidad y el deber de acabar con el asalto a nuestra nación por parte de Zapatero y sus politicones. Esperemos que cumpla al fin con su obligación, si no a Juan Carlos I los españoles le daremos definitivamente la espalda y se convertirá en el único y principal culpable de todos los acontecimientos que queden por venir.

Es curioso ver como algunos han intentado sacar tajada al definir la figura de Francisco Franco como un general golpista que violó la legalidad de la Segunda República. Y cuando a día de hoy tenemos una Constitución aprobada con un total consenso político de izquierdas y derechas, asistimos atónitos a la violación de la misma por parte de los mismos que manipulan la figura de Franco como golpista. No deben engañarnos estos manipuladores marxistas y masones. Ellos son los mismos que no respetaron las leyes en la Segunda República, los que aprovecharon su poder para aplastar la legalidad y la soberanía de la nación. Los mismos que golpearon el estado cuando perdieron las elecciones en el 1934 con la revolución de Asturias y declararon el estado catalán en contra de la legalidad vigente. Los mismos que cuando retomaron el poder en 1936 se permitieron hasta asesinar al líder de la oposición José Calvo Sotelo. Socialistas, comunistas y separatistas fueron los únicos responsables de una guerra civil en España y los que jamás respetaron la legalidad vigente, tal y como demuestran hoy, mañana y pasado. Y ahora si hay otra guerra civil en España ¿quien será el culpable?, ¿Franco?, y ahora ¿qué
?.

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OPINIÓN


Jakim Boar:

Y ahora ¿qué?.


Pepe Vinagre:
Suma y sigue.

Laura:
Falta de libertad.

José Gabriel: 
Las verjas de Ceuta y Melilla.

Juan L.: 
Manipula, que algo queda.

Juan Francisco: 
Karol, la película...

Ivan: 
Proteger la vida humana.

Antonio: 
Frentes abiertos...

Ana María: 
"Matrimonio" gays.

J.M.Novoa:
Traidores y víctimas.

Luis Carlos:
Café, copa y puro.

 

 

 

 


© Generalísimo Francisco Franco. Noviembre 2.003 - 2.005. - España -

E-mail: generalisimoffranco@hotmail.com