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Actualizada: 16 de Julio de 2.006.  

 
 
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  18 de Julio, 70 aniversario del Alzamiento.

La necesidad y justificación de aquel día.

Miguel Ángel.

¿Fue necesario aquel Alzamiento? ¿Rompía la legalidad vigente? ¿Fue un simple golpe de fuerza contra un gobierno democrático legalmente constituido? ¿Qué razones tienen las izquierdas y el Parlamento para condenar el franquismo? ¿También el Parlamento Europeo? ¿Es cierto que la reacción del “pueblo” hizo fracasar el golpe?

Para responder a algunas preguntas de este estilo, deberíamos remontarnos a los últimos días, por así decirlo, de la Monarquía que cayó en abril de 1931.

En ese mes de abril, tuvieron lugar unas elecciones municipales, para formar nuevos ayuntamientos lógicamente. El día 5, se realizó la primera fase de éstas, los resultados fueron más de14.000 concejales monárquicos y menos de 2.000 republicanos; en la segunda fase, el día 12 del mismo mes, los votos emitidos, dieron lugar a menos de 6.000 concejales republicanos frente a más de 22.000 concejales monárquicos.

Se dijo que la victoria republicana había sido en las grandes ciudades, y que un concejal republicano de Madrid tenía más votos detrás que el concejal monárquico de un pequeño pueblo provinciano. Podría ser cierto, parece razonable, pero la mayoría aplastante monárquica deja sin validez este razonamiento, que debería haberse tenido en cuenta en caso de empate, y no cuando los monárquicos cuadriplicaban a los republicanos. Además éstas eran elecciones municipales, y no a Cortes, ni siquiera un plebiscito entre monarquía y república como se ha dicho. Aún así se interpretó como un triunfo republicano y se proclamó la república.

Con los datos anteriores, puede afirmarse que la II República no estaba legalmente constituida y como consecuencia, el alzamiento militar fue contra un sistema al que se le podría dar cualquier calificativo menos el de legalmente constituido. En cuanto a democrático, dejaba mucho que desear, aunque insisto, que un sistema sea democrático no implica que sea el mejor ni el más justo, pero como hoy en día los políticos se llenan la boca con palabreríos del tipo de democracia parlamentaria, conviene profundizar en este aspecto. En las elecciones de 1933, ganaron las derechas, pero el señor presidente de la república, Niceto Alcalá Zamora, en un acto de talante democrático y de legalidad, se negó a entregar el poder a la CEDA, el partido mayoritario en las Cortes, y lo entregó a un partido de centro, el Partido Radical de Alejandro Lerroux.

Cuando Gil Robles, líder de la CEDA, reclamó en octubre la entrada en el gobierno, sin exigir ni siquiera la presidencia de éste, el PSOE y algunos partidos más (entre ellos Esquerra Republicana de Cataluña) se alzaron en armas contra este gobierno, que sí estaba legalmente constituido, dentro de la ilegal II República entonces impuesta en España. Otro acto de manifestación democrática de parte de las izquierdas. La actuación del gobierno de entonces fue la de llamar al general Franco, para que les sacase las castañas del fuego, y Franco cumpliendo con su deber venció a la revolución socialista que se había desatado. Tiempo más tarde, Salvador de Madariaga, republicano él, afirmó que esta sublevación, quitó a las izquierdas españolas toda fuerza moral para condenar el “18 de Julio de 1.936”. Aún así, las izquierdas desprovistas de fuerza moral (y de todo lo que tenga que ver con ella), condenan el 18 de julio, pero no recuerdan que fueron ellos los primeros en sublevarse, contra la república que ellos habían constituido.

Alcalá Zamora, a la sazón de presidente de la república, volvió a disolver las cortes (a instancias de las izquierdas), ante la disolución del Partido Radical y así evitar la entrega del poder a las derechas. Otro ejemplo de talante democrático. Pero esta vez el propio presidente saldría mal parado de sus acciones.

Se convocaron elecciones a Cortes para febrero de 1.936, a las que se presentaron dos grandes coaliciones. El Bloque Nacional, formado por las derechas, y el tristemente famoso Frente Popular. Las elecciones dieron la victoria por un muy estrecho margen al Bloque Nacional, pero en otro “arrebato democrático” el Frente Popular hizo votar a los muertos, falseó actas y destruyó urnas. Sacó a sus milicias a la calle para imponer “su victoria en las elecciones” y así fue, el Frente Popular se salió con la suya, formó gobierno.

A su vez, las Cortes un tiempo después destituían al presidente de la república por haber disuelto las Cortes anteriores de manera injustificada por segunda vez, con lo cual se quitaban a ellas mismas toda legitimidad que podían tener, puesto que procedían de la decisión de Alcalá Zamora.

Desde el gobierno, el Frente Popular se encargó de preparar la revolución “a la rusa”y como consideraban al presidente un estorbo lo sustituyeron por otro más afín: Manuel Azaña.

A partir de entonces, la justicia se imponía en la calle mediante la violencia de las milicias izquierdistas, las iglesias eran reducidas a cenizas, y los asesinatos estaban a la orden del día. Mientras el gobierno, no hacía nada por impedirlo. Se estaba fraguando la revolución marxista.

Con lo expuesto hasta ahora, queda claro que ni la legalidad existía, ni el régimen era legal, ni la democracia era tenida en cuenta cuando no favorecía a las izquierdas. Así como tampoco quedan razones a la izquierda actual para condenar el 18 de Julio si no condenan antes, por orden cronológico, Octubre del 34.

Ante esta situación de fondo, queda totalmente justificado un Movimiento que pretendiera reestablecer el orden en nuestra Patria y devolvernos la Identidad Nacional.

Este Movimiento Nacional fue encabezado por el Ejército, salvaguardia de lo permanente y columna vertebral de la Patria, pero fue secundado por el sano Pueblo Español, que era su mayoría. Aunque ahora las izquierdas quieren hacer entender que el Pueblo estaba con ellos, mienten, lo que ellos llaman pueblo no lo debemos entender como tal, sino como los afiliados a los sindicatos y partidos de izquierdas, ése era el pueblo que les apoyó, y no el Pueblo Español, que estaba dormido pero supo despertar ante las amenazas “rusificantes” que pretendían destruir nuestra Patria. Y el golpe fracasó gracias a los tibios, a los indecisos mandos del Ejército que no se sublevaron o que lo hicieron demasiado tarde, puesto que el pueblo sano se rebeló entero y en bloque contra la inminente revolución comunista. Además los sindicatos izquierdistas, no habrían tenido nada que hacer en los primeros momentos, de no haber sido por aquellos militares, traidores a España, que no secundaron el alzamiento que emplearon malintencionadamente parte del Ejército y de la Guardia Civil contra sus propios compañeros para permitir que España se volviera comunista.

Quede así claro, que el Alzamiento Nacional, fue un golpe de fuerza, de eso no cabe duda, pero no fue contra un gobierno legalmente constituido, ni tan siquiera democrático, por mucho que hoy se insista en ello; que no rompía la legalidad entonces vigente, porque no existía; fue un movimiento para evitar la llegada del comunismo a España, para evitar que nuestra Patria fuera un satélite de la Rusia soviética, y sobre todo hay que decir que el Pueblo Español (no los partidos de izquierda) lo recibió con agrado y se sumó  a él.

¡Honor y Gloria a los que dieron su vida por Dios y por España!


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