Hablar del Glorioso Alzamiento Nacional Español, supone hablar de cambio. Supone hablar de, quizá, malos momentos para el pueblo en situación de guerra, pero también del inicio de una etapa para la historia de nuestra patria imposible de ensalzar con palabras.

La decisión por parte de Sanjurjo, Mola y Franco, de tomar cartas en la difícil situación por la que España estaba pasando, al borde del desmadre social, a un paso del comunismo, no fue solo acertada sino también valiente y bienvenida por gran parte del pueblo consciente de la debacle a la que se enfrentaba.

A día de hoy, me vienen a la cabeza todos esos motivos y motivaciones por las que tomaron tan valiente decisión, y me da que pensar al darme cuenta que la situación es prácticamente la misma sino peor que la de aquellos años, ya que los republicanos de hoy, con el PSOE al frente, tienen mayores recursos, aunque nosotros, los españoles que verdaderamente amamos estas tierras, tenemos corazón, cabeza y justicia.

Al llegar el 70 aniversario del Glorioso Alzamiento Nacional, estoy seguro que no soy el único, que espera que las fuerzas del Estado, pongan orden en lo que tristemente va por camino de convertirse en una sociedad circense. En una sociedad gobernada por el desgobierno, por personas sin capacidad alguna para desempeñar funciones que les son encomendadas por líderes de movimientos políticos fracasados.

Hemos de acabar con la anarquía a la que estamos sometidos, enmascarada por una utópica democracia. Realidades sociales como la homosexualidad “aceptada”, la eutanasia, el aborto o el divorcio, son dignas del atraso a la época de los neardentales en que no existía ni ley ni orden, no del progreso sucio y barato que nos intentan vender y que llega a nuestras casas por medio de la televisión manipulada, las radios y demás medios, quienes dicen velar por una inexistente libertad de expresión.

¡Dios tenga en Su Gloria a los propulsores del 18-J y los Caídos por España!