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Actualizada:  03 de Septiembre de 2.008.  

 
 
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Cartas al director.



La Causa General de Garzón.

Por Alberto Heredia. 03/09/2008.

Señor Director:  

El criterio del juez Garzón respecto a la investigación sobre víctimas y represaliados del franquismo dista mucho de ser equilibrado: no quiere saber nada del asesinato de casi 7000 sacerdotes y religiosas e incontable número de católicos por odio a la fe cristiana, ni de los miles de torturados en las checas, ni del genocidio de Paracuellos, ni de los miles de encarcelados por ideología política por parte del bando republicano, o el asesinato del líder de la derecha, Calvo Sotelo, por parte de un grupo de policías próximos al Gobierno, hecho que encendió la mecha del alzamiento, pocos días después, el 18 de Julio de 1936. Todo ésto se silencia, Garzón lo ignora, así, de paso, no se habla de la ruina económica y del paro que éste Gobierno está fomentando con su desidia.

No se puede pedir investigar las tropelías de un bando, y desestimar una querella, sin siquiera analizarla, como hizo éste juez hace diez años con una asociación que pretendió buscar responsabilidades penales ante el fusilamiento masivo de derechistas, católicos, monárquicos e incluso muchos niños en Paracuellos del Jarama.

Un representante de la justicia ha de interesarse por lo ocurrido en ambos bandos. Todavía hay muchas víctimas del republicanismo marxista desaparecidos en campos y cunetas.

La Ley de Amnistía de 1977 era el símbolo reconciliador de la Transición. Si el juez Garzón y el PSOE quieren seguir reabriendo heridas que sólo fomentan odio y rencor, que al menos se haga una memoria histórica de ambos bandos, sin sectarismos,  adulteraciones ni manipulaciones interesadas para destapar toda la verdad sobre la Guerra Civil.

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Campo de concentración de Castuera.

Por Ángel David Martín Rubio. 02/09/2008.

Señor Director:  

Durante el mes de julio pasado, historiógrafos y políticos han fantaseado en Castuera (Badajoz) sobre el campo de concentración que existió en esa localidad durante los primeros meses de la posguerra y al que paradójicamente se calificaba de "un campo en la retaguardia", calificativo que pierde su sentido cuando no existían los frentes y que oculta lo que en realidad fue: un centro provisional para la clasificación de los miles de prisioneros de guerra que provocó el final de la guerra, habilitado por poco tiempo con el régimen jurídico de una Prisión Central.

En las reseñas de prensa se alude a prisioneros y muertos, todo con la misma vaguedad que favorece la creación y difusión del mito pero... Hay otros muchos muertos y presos de los que nadie habla y también eran de Castuera o murieron allí. Me refiero a: Los asesinados por las milicias frentepopulistas en El Arenal, Los quemados vivos en el apeadero de El Quintillo, Los fusilados en el Cementerio, Los presos en el Depósito municipal, Los presos en la Ermita de los Mártires, Los presos en los Campos de Trabajo establecidos por el Gobierno de la República mucho antes de la creación del Campo de Castuera, como ocurrió en Monterrubio, Los centenares de soldados y voluntarios caídos en el frente de La Serena.

Por favor, que nos dejen a los historiadores estudiar nuestro pasado, que los políticos se dediquen a las gestiones que les corresponden y, por si puede servirnos la lección, que los españoles no olvidemos lo que ocurrió en 1936 cuando las izquierdas, con el Partido Socialista a la cabeza, dinamitaron el Estado de Derecho.

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Las fosas de Mérida.

Por Ángel David Martín Rubio. 02/09/2008.

Señor Director:  

La unilateral recuperación de la memoria histórica que se está llevando a cabo por la izquierda española ha vuelto a poner de actualidad unos enterramientos en el entorno del cementerio de Mérida que no eran ningún secreto para la historiografía que se ha ocupado de la Guerra Civil en Extremadura. Un informe del Ayuntamiento de Mérida fechado en la década de los cuarenta y publicado en mi libro Paz, piedad, perdón... y verdad afirma con toda claridad que "al ser liberada la ciudad por el Glorioso Ejército y con posterioridad a esto fueron sancionados por la autoridad aquellos que hicieron fuego contra las armas nacionales y cuyos cadáveres según noticias adquiridas por esta alcaldía fueron dados sepultura en las inmediaciones del cementerio". Si a ellos añadimos las ejecuciones de las sentencias dictadas por Consejos de Guerra, el total de muertes registradas en Mérida se sitúa algo por encima de las quinientas personas como se documentó en una memoria de licenciatura presentada por María del Mar Alvarez Román en la Uex (1989). Todo ello hace inexplicable el baile de cifras, a cual más disparatado, que se ha visto y leído en los medios regionales en los últimos días: unas veces eran mil, otras dos mil, otras cuatro mil...

Pero no son estas las únicas tumbas existentes en el cementerio de Mérida. Cuando las tropas nacionales entraron en la ciudad emeritense pusieron fin a los asesinatos que, por orden del comité frentepopulista habían comenzado el 7 de agosto y continuaron en los días siguientes.

Personalmente preferiría que se dejara reposar a todos los muertos de la Guerra Civil bajo una cruz que fuera símbolo de reconciliación, unidad y verdad pero si otros prefieren seguir manipulando la historia y emplearla como arma al servicio de su demoledor proyecto político, habrá que recordarles que fueron los ahora llamados --republicanos-- quiénes comenzaron a derramar la sangre de sus enemigos sobre Extremadura.

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Terrorismo rojo, chekas, matanza anticatólica y muchas mentiras.

Por Alberto Heredia. 14/08/2008.

Señor Director:  

No hablo de ETA -que también- cuando me refiero al terrorismo rojo patrio e internacional. Pienso en el estado terrorista y criminal que la idolatrada República del 31 instauró en España. Hace poco, en un libro cuyo título no recuerdo, escrito por César Alcalá, se documentan las torturas que bajo el gobierno republicano se practicaron en nuestra patria, bajo el asesoramiento de la URSS. En las checas, propiedad de socialistas, comunistas, anarquistas e incluso separatistas vascos, se encerraba a enemigos ideológicos (quiénes pudieran ser sospechosos de estar contra  el estado socialista real que se quería imponer), y para ello, se recurría mucho a los porteros de los edificios, que informaban si los vecinos eran católicos, gente de dinero, monárquicos, derechistas o no próximos al marxismo. Gracias a la extensa red de chivatos, se presentaban en casa, se llevaban a sus moradores, y en lúgubres y terroríficas celdas, algunas con pinchos por todas partes para que no pudieran sentarse, otras, cayendo contínuamente agua, otras, imposible estar de pie o sentado debido a su estrechez... después los interrogatorios, a base de palos, puñetazos, bofetadas (además, se torturaba metiendo palitos bajo las uñas, estrangulando genitales masculinos, palos con vergajos en todo el cuerpo, violaciones en caso de ser mujer y además joven), todo eso y mucho más, sin legalidad alguna, sabiéndolo el Gobierno (llegaron a existir más de 200 chekas, muchas de ellas en conventos expropiados, una muy famosa, Bellas Artes de Madrid). Todo sea por la causa del comunismo bolchevique.
Gracias a Zapatero, su des-Gobierno y su des-Memoria Histórica, muchas personas que ignoraban ésto, hoy día, son conocedores de las atrociadades de la izquierda española de aquellos años, ya que ha surgido mucha literatura histórica al respecto.

La República "legítima y democrática" como gustan denominar sus herederos ideológicos, sólo en mi ciudad, Málaga, y refiriéndome a una mínima parte de su legado sanguinario, hizo la siguiente "obra": asalto al convento de la Inmaculada (servicio doméstico, como las llaman), que al menos pudieron huir a Gibraltar, salvando sus vidas, quema del Obispado, destrozos en la residencia de la Compañía de Jesús, incendio del convento de Santo Domingo, parroquias como San Pablo,  Capuchinos, varios asilos y hospitales religiosos, Adoratrices, San Carlos, El Ángel, Mercedarias, San José de la Montaña, Iglesia monumental de la Merced, sita a pocos metros de la casa natal de Picasso, destruida completamente, verdadera joya arquitectónica, San Felipe Neri... hasta un total de 48 edificios religiosos, algunos irrecuperables.

Cuentan que cerca de la Iglesia de Santo Domingo había un Comité de la CNT-FAI, y que sus militantes, al pasar por la parroquia, para desmostrar su satánico odio y desprecio, hacían sus necesisdades fisiológicas entre las columnas que soportan el edificio. De allí, hoy día, sale El Cristo de la Buena Muerte de la Semana Santa malagueña, portado por los Caballeros Legionarios.

Durante la primera orgía sanguinaria republicana se contaron 4 muertos. Fue el principio.

Si volvemos a Madrid, se descuartizó y dió de comer a los cerdos a una monja hoy en proceso de beatificación en una de las chekas madrileñas. Se incubó odio hacia la religión católica, responsabilizándola de todos los males del mundo. De ahí esos ataques sistemáticos y la masacre asesina mayor de la historia, obra de socialistas, marxistas, anarquistas, masones... luciferinos, se podrían calificar en una justa palabra, con la matanza de 7000 sacerdotes y monjas e incontable número de católicos por odio a la fe de Jesucristo, bajo el saludo de "salud", el lema de "no Pasarán" y el grito de "Viva Rusia".

Las elecciones de 1936 son anómalas, las actas fueron adulteradas, carecieron de garantía legal. Eso dicen muchos destacados historiadores. No les interesaba la democracia, sino el poder para imponer la ideología comunista.

Una de las tendencias políticas del PSOE la encarnó en el 1936 Besteiro, el ala más suave del PSOE, (Largo Caballero sería la radical). Bien, pues Besteiro declaró: "Estáis envenenado la conciencia de los trabajadores con una propaganda falsa, que sólo puede llevar a un baño de sangre y luchas entre las propias izquierdas". Proféticas palabras.  Se eliminaba físicamente al adversario ideológico (se llegó a matar, pocos días antes del Alzamiento cívico-militar del 18 de Julio de 1936, encabezado por el General Francisco Franco al líder de la oposciión de derechas, señor Calvo Sotelo, por parte de un comando policial socialista, para así no tener la más mínima oposición, y ese crimen fue la mecha que terminó con la callada de la media España que estaba siendo atacada).

Muchos torturadores chekistas, cuando el ejército Nacional ganaba plazas en las provincias españolas, con el dinero robado a las personas que asesinaron y saquearon sus bienes, se marcharon al exilio. Después vino la leyenda de los pobres exiliados, callando que entre miles de ellos había salvajes asesinos torturadores.

Por supuesto, como perdieron la Cruzada por la patria y la fe gracias a la "media España que no se resignó a morir", ahora, falseando la verdadera historia, la quieren ganar. Y salen tipos tan barriobajeros, llenos de odio, rencor, mentira y mala leche como el tal Jimmy Giménez, insultando a Franco groseramente en Telecinco, junto a un presentador-animador que hacía lo mismo, sin nadie que defienda a Franco, todo bajo la excusa de que una nieta del Caudillo se cdasó en el Pazo de Meirás, lugar de residencia de los Franco, donado voluntariamente por muchos ciudadanos con su aportación. Esa es la historia. Tantos años muerto el Generalísimo, y cuánto odio satánico incubado.

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Señor Fiscal de la Audiencia Nacional: ¿A qué viene ahora tanta imputación, no sabe, acaso, que De Juana Chaos no mató a John Lennon?

Por Pablo Gasco de la Rocha. 02/09/2008.

Señor Director:  

Y es que, a tenor de la imputación por la "carta homenaje" que le hace la Fiscalía de la Audiencia Nacional, bueno será recordar al juez don Eloy Velasco que la rata de De Juana Chaos no mató a John Lennon. Una pena, desde luego, porque si en vez de cargarse a 12 guardias civiles hubieses matado sólo a John Lennon, hoy seguiría pudriéndose en la cárcel, como se pudre Mark David Chapman, su asesino, tras habérsele denegado por quinta vez la libertad condicional. Una denegación que la Junta de Libertad Condicional de Nueva York ha considerado en orden a dos argumentos irrefutables. El primero, el de la propia junta: "Chapman sigue siendo muy peligroso para la seguridad y el bienestar público". Y el segundo, la certera evidencia que ha manifestado al respecto la viuda de Lennon, Yoko Ono: "Chapman corre peligro de ser asesinado por alguno de los muchos admiradores de Lennon".

Pues bien, estas dos consideraciones son las que han actuado para que el asesino de una persona sigua en la cárcel, presumiblemente hasta el final de sus días o hasta que sea tan anciano que ya no represente un peligro para nadie.  Un concepto de justicia que en España no se entiende. Pues, como ha dicho Trillo, la cadena perpetua es una humillación intolerable para el agresor que  "resultaría decimonónica".  

Por eso digo, y sostengo, que, a qué viene tanta imputación a De Juana Chaos cuando la rata no ha matado a John Lennon. Aunque si también le hubiese matado, tendría que haberlo hecho en España para estar en la situación en la que se encuentra ahora: libre, vivo y coleando.

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© Generalísimo Francisco Franco. Noviembre 2.003 - 2.008. - España -

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